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Sólo hay un especialista para cubrir las necesidades de toda la provincia de Castellón. Es lo que está ocurriendo con los médicos nucleares, los responsables de hacer pruebas diagnósticas fundamentalmente oncológicas, para determinar si un paciente tiene cáncer o cómo está evolucionando del tumor y otras enfermedades como alzhéimer o Parkinson. El único hospital que tiene este servicio en la zona es el Provincial, que antes del verano contaba con cinco especialistas en el servicio pero desde diciembre se ha quedado sólo con uno, para una población de unos 600.000 habitantes.
Esta situación está obligando a derivar la gran mayoría de pacientes a la privada en Valencia, en concreto al hospital Vithas 9 de Octubre, a donde tienen que desplazarse enfermos, muchos de ellos oncológicos y con patologías cerebrales, desde cualquier punto de la provincia de Castellón. No es el propio hospital Provincial el que deriva, sino que son los médicos que llevan a cada paciente en su hospital o centro de salud los que, ante la tardanza para que les hagan pruebas que requieren urgencia, los mandan al centro privado de Valencia. Las pruebas son imprescindibles para determinar si se tiene o no cáncer, si responden a los tratamientos, si el tumor se ha reactivado, así como otras pruebas de corazón, hueso o riñón. Desde el centro cifran en más de un 70% de pacientes los que se derivan a la privada.
Unos problemas internos de relaciones laborales y personales han provocado esta gran carencia de especialistas en el servicio de Medicina Nuclear. Uno de los que hasta septiembre era un especialista más, Daniel Flores, fue designado director médico y tras este nombramiento, según los representantes sindicales de CCOO en el Provincial, empezaron los problemas. Pese a disminuir el personal, la carga de trabajo fue en aumento y la exigencia, como explican estas fuentes, ha sido mayor, hasta el punto de complicarse mucho las relaciones profesionales.
Tras varios episodios de enfrentamientos en sólo unos días durante el mes de diciembre tres de los cuatro especialistas nucleares pasaron a estar de baja por ansiedad. Unos días antes el director médico había hecho saber a Sanidad que los facultativos no tenían una buena actitud laboral, pese a que en realidad estaban asumiendo más trabajo con menos plantilla.
Desde entonces han comenzado de forma masiva las derivaciones al 9 de Octubre. Todos los pacientes que requieren pruebas nucleares desde los departamentos de salud de Vinaroz, La Plana de Vila-real o el General de Castellón son derivados a Valencia, mientras que el único especialista que queda en el Provincial asume los que puede, unos cinco al día, de su propio centro. Es decir, un paciente de Morella o de Benicarló con cáncer tiene que desplazarse por sus medios hasta Valencia para hacerse pruebas, que tienen un coste económico de más del doble que si las hiciera el servicio del Provincial y que debe asumir la conselleria.
Hasta el verano, el servicio de Medicina Nuclear del Provincial de Castellón estaba muy bien considerado por su alto nivel, tras haber hecho una fuerte inversión en tecnología que permitiera la realización de complejas pruebas diagnósticas e incluso se planteó la contratación de un sexto facultativo. Pero en sólo unos meses sólo hay uno. Primero se marchó un médico a trabajar a otro centro, llegó un sustituto, luego otro fue designado director y ya no ejerce en el servicio, los otros tres están de baja por ansiedad ante las presiones sufridas y el que quedaba ha renunciado a la plaza y se ha marchado ante el mal ambiente que se ha creado. El único que sigue trabajando es el que llegó como sustituto recientemente, cuando los que ya no están llevaban más de diez años de experiencia en el hospital.
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