Universitarios en un examen en Valencia. Jesús Montañana

Las carreras universitarias con más empleo: Desarrollo de software, Ingeniería electrónica y Podología

Las áreas de informática y de salud son las que mayores salidas laborales tienen, mientras que las de Humanidades consiguen los peores datos

José Molins

Valencia

Martes, 16 de mayo 2023, 01:22

Miles de estudiantes valencianos afrontarán en unos días los exámenes finales en sus respectivos grados universitarios. Pero no todos lo hacen con las mismas perspectivas laborales. Hay carreras que tienen una tasa de empleabilidad mucho más alta que otras. Es decir, los alumnos de ... determinados grados saben que en unos meses tendrán un buen trabajo, mientras que a otros les esperan años de incertidumbre. Las áreas de informática, salud e ingeniería lideran el ranking con mayores salidas laborales, mientras que las carreras de Humanidades son las que peores datos obtienen.

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En concreto, las carreras con más empleo son Ingeniería electrónica, Desarrollo de software y de aplicaciones, Ingeniería de Telecomunicación, Informática, Podología, Odontología y Medicina, según un estudio realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) titulado 'Análisis de la inserción laboral de los universitarios'. Todas estas titulaciones superan el 96% de tasa de empleo cuando se accede al mercado laboral. En cambio, las carreras que menos inserción consiguen de cara a que los estudiantes logren un trabajo son Filosofía, Historia del Arte, Conservación y restauración y Literatura, que se quedan entre el 63 y el 68%. El estudio está dirigido por Francisco Pérez y Joaquín Aldás.

«Cuando una universidad está mas especializada en titulaciones con buena inserción logra un mejor acceso laboral de sus titulados. La UPV está especializada en titulaciones con buena inserción como ingenierías e informática», dice a LAS PROVINCIAS Francisco Pérez, director de investigación del Ivie, coautor del informe y profesor emérito de la Universitat de València. «La orientación de la oferta de las universidades es muy relevante para la inserción y la calidad del empleo. Algunas universidades privadas jóvenes no ofertan cualquier título, sino los que la tasa de empleo es mejor y por eso consiguen mejores resultados», explica el experto.

El análisis confirma que los grados relacionados con informática, ingeniería y salud tienen, de media, mayores tasas de empleo y mayor porcentaje de ocupados con un sueldo superior o igual a 1.500 euros, de ocupaciones altamente cualificadas y de personas trabajando en tareas relacionadas con los estudios que han cursado. Aunque esto muchas veces depende de dónde se cursen los estudios, y ahí la Comunitat está por debajo de la media nacional. «El territorio donde los titulados encuentran su trabajo es fundamental. Tienen ventaja las comunidades con mayor nivel de desarrollo, como Madrid, País vasco y Cataluña. En cambio, la Comunitat tiene más dificultad por su tejido productivo, ya que no hay abundancia de puestos de trabajo de responsabilidad, por eso los titulados mejoran su posición yéndose a otros lugares fuera», expone Pérez. El director de investigación del Ivie lanza un reto para las empresas que conforman el tejido productivo valenciano, que es «transformarlo para que sea más abundante y atractivo para los universitarios».

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El ranking de carreras elaborado ordena 101 campos de estudios en los que se agrupan las más de 4.000 titulaciones de grado actuales. Los autores del documento destacan los estudios relacionados con el grupo de Informática como los que ofrecen mejores indicadores de inserción laboral, con una tasa de empleo del 96,3%, un porcentaje de ocupados con un sueldo mayor o igual a 1.500 euros que roza el 80%; un 92,8% de ocupaciones altamente cualificadas y un 89% de los licenciados trabajando en actividades relacionadas con sus estudios.

Le siguen los titulados en Ingeniería, industria y construcción y, en tercer lugar, los de Salud y servicios sociales. Para obtener estos resultados, se analiza la situación en 2019 de los graduados cinco años antes. El informe concluye que los grandes condicionantes del empleo y de la calidad del mismo son, fundamentalmente, «el grado que elige el estudiante y la comunidad autónoma en la que vive o a la que se desplaza para trabajar». Elegir un grado con alta empleabilidad puede incrementar la probabilidad de estar ocupado en hasta un 25% frente a otro con baja; puede aumentar en 82 puntos la probabilidad de tener un sueldo neto mensual superior a 1.500 euros.

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Además, la carrera con más porcentaje de empleo en su área de estudios es Medicina. El 99,2% de los estudiantes que la terminan trabajan como médicos, igual que ocurre en Odontología. Farmacia y Enfermería también superan el 90% en este aspecto. Le siguen como mejores clasificadas en este listado Desarrollo de software, Ingeniería de computadores y Veterinaria. En cambio, las profesiones con menor porcentaje de empleo en su área de estudios son Geografía (22%), Historia del Arte (35%), Historia y Antropología, donde la mayoría de licenciados acaba trabajando de otra cosa.

La Comunitat, peor que la media

En la Comunitat los datos de trabajo de los jóvenes de 22 a 26 años con estudios universitarios es peor que la media nacional en todos los aspectos. La tasa de empleo es el 56,3% (4,6% menos que en España), el paro es casi cuatro puntos superior a la media nacional y sólo el 39% tiene contrato indefinido, por el 46% en España. Además, el 64% ocupa puestos cualificados, ocho puntos menos que la media, y el sueldo anual que cuantifica este estudio es de 18.143 euros, 39 menos que el promedio.

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Pero si los datos valencianos no son buenos con respecto al total de España, al país también le ocurre lo mismo en Europa, que está lejos de las mejores cifras. Sólo el 64,3% de los titulados con estudios superiores españoles ocupa puestos de trabajo altamente cualificados, lo que sitúa a nuestro país a la cola de los Estados europeos, cuya media está en el 77%. Una realidad que confirma la debilidad de la economía española, que se sitúa al nivel de la de Italia o Grecia. «Este déficit se deriva de una especialización de la economía en la que sectores como la construcción, el comercio o la hostelería tienen un peso significativo en nuestro tejido productivo y en ellos las ocupaciones altamente cualificadas son muy limitadas», dice el estudio. Como consecuencia de ello, una parte importante de los universitarios no están empleados en ocupaciones altamente cualificadas sino en otras de cualificación media, o incluso baja.

Pérez y Aldás establecen como conclusiones del análisis que las universidades deben tener en cuenta «para hacer el diseño de la oferta de estudios y de los mapas de titulaciones por las administraciones que el título condicione de manera muy notable los resultados de inserción laboral». Los autores argumentan: «El estudiante debe seguir eligiendo con libertad, pero sería mejor que lo hiciera con unas expectativas correctas sobre el periodo de transición al mercado de trabajo para evitar problemas como el abandono de los estudios universitarios y la deficiente inserción de parte de los titulados». Los expertos indican que para lograr este objetivo «es necesario promover mejoras en la orientación en los centros de secundaria, reforzando la figura del orientador y favoreciendo la interacción de estos con las universidades».

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Por eso, para los directores del estudio «es necesaria la paulatina adaptación de la oferta de títulos hacia una composición que responda mejor a la demanda del mercado de trabajo, bien por cambio de títulos, bien por redefinición de los contenidos de los existentes», exponen. «La composición de títulos en la oferta de cada universidad condiciona los resultados globales de inserción de la misma», añaden.

Los expertos explican que el mercado de trabajo español padece desde hace décadas problemas de funcionamiento importantes, tanto por el lado de la oferta como de la demanda, «que colocan en una posición desfavorable a los jóvenes». Los titulados los padecen con menor intensidad, pero gozan de menos ventajas que los universitarios de otros países. Dos rasgos destacados de esos graves problemas de desempleo son que afectan más a lo menos formados y a los jóvenes. Los universitarios padecen menos desempleo que aquellos con inferior nivel educativo pero los recién licenciados lo sufren más, y tampoco se libran de los efectos del ciclo económico.

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