Una cabra en el municipio de Ayora. LP

Un centenar de agricultores del Valle de Ayora plantea una demanda contra la Generalitat por la fauna salvaje

El colectivo se queja de que corzos, ciervos y jabalíes bajan hasta los pueblos y provocan daños en cultivos y jardines

Juan Sanchis

Valencia

Sábado, 21 de septiembre 2024, 01:00

La proliferación de fauna salvaje sigue causando preocupación entre los agricultores. Los daños que causan manadas de ungulados y jabalíes a los campos siguen al alza. Ante ello, un grupo de un centenar de cultivadores del Valle de Ayora estudia la presentación de una ... demanda contra la Generalitat por los perjuicios que están ocasionando y la demora de la administración en tomar medidas.

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En este caso, la preocupación de los agricultores se centra en la presencia fundamentalmente de cabras montesas y jabalíes. Estos animales están multiplicando los daños tanto agrarios como urbanos en el medio rural valenciano. Una de las zonas más afectadas es el Valle de Ayora y la Canal de Navarrés, donde cada vez resulta más habitual observar ungulados saltando por los tejados o chocando sus cornamentas entre los vehículos. A la vista de que el problema no sólo se dilata en el tiempo sino que además va a peor, más de un centenar de agricultores plantean interponer una demanda colectiva ante la Generalitat Valenciana con el objeto de minimizar las pérdidas ocasionadas por la fauna silvestre.

De momento, vecinos de Cortes de Pallás, Cofrentes, Jalance y Jarafuel ya han mantenido las primeras reuniones y permanecen en contacto a través de Whatsapp para estudiar posibles acciones legales. La iniciativa prevé ampliarse a afectados de los otros municipios de la Reserva Valenciana de Caza de la Muela de Cortes, es decir, Bicorp, Millares y Teresa de Cofrentes. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) comparte y apoya las reivindicaciones del colectivo, especialmente el impulso de la caza para reducir las poblaciones de fauna salvaje y el pago de compensaciones que cubran todas las pérdidas directas e indirectas sufridas.

El agricultor de Cortes de Pallás, Enrique Juan, resalta que «el problema de raíz es el exceso de fauna, un problema que ha generado la Administración y que ha dejado que crezca desde hace tres generaciones. Frente a situaciones excepcionales como esta, necesitamos soluciones excepcionales. Si hay que cambiar leyes y flexibilizar normativas, que se haga. Si hay que cambiar los baremos para valorar unas indemnizaciones justas, que se haga. Lo que no puede ser es que no pueda tener plantas ornamentales a la puerta de casa o plantaciones en el bancal porque los animales lo comen y rompen todo».

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Enrique Juan ha destacado que la situación está siendo insostenible en los municipios en los que se encuentra la reserva de caza que se extiende por 33.000 hectáreas de seis municipios de la zona. En esta, está autorizado abatir a un número determinado de piezas por año. Pero a todas luces, según los agricultores, parece que es insuficiente. «Es cada vez más frecuente ver a estos animales fuera del territorio por medio del pueblo en busca de comida», añade Juan quien se pregunta si es que la alimentación que tiene que poner la Generalitat en la reserva es suficiente. «Que echen más comida o que los cupos de caza sean mayores. Pero esto no pude continuar así», ha explicado este agricultor de Cortes de Pallás.

Juan ha considerado irrisorias las compensaciones que está dando la administración por los daños originados por la fauna salvaje. «Conozco un caso donde le daban 8 o 9 nueve euros por unos naranjos dañados. Algo ridículo. Si es necesario que cambien los baremos», apunta este agricultor. También ha advertido del riesgo para la salud que suponen ya que en ocasiones enferman de dolencias como sarna.

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En el mismo sentido se expresa el asociado de AVA Maikel Mora: «La gente está abandonando los campos porque ve con impotencia cómo la fauna salvaje causa cada vez más daños y desperfectos. La Generalitat Valenciana, que gestiona la Reserva Valenciana de Caza de la Muela de Cortes, es consciente de la gravedad de la situación pero no está dando suficientes soluciones, ni a la hora de facilitar la caza ni a la hora de compensar el 100% de los daños reales sobre el terreno».

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