La CHJ no puede controlar el agua que llega al lago de la Albufera pese a tener doce medidores

Aún así la CHJ no es capaz de medir cuánta agua puede entrar en el lago pese a los doce medidores en total instalados. La Confederación dispone de cinco en cada una de las golas de salida de la Albufera (gola de Pujol, del Perellonet, de El Perelló, del Rei y Sant Llorenç), otros seis en distintas acequias y uno en el propio lago. Pese a ello no puede cuantificar qué cantidades están entrando en la laguna.

Fuentes de la Confederación señalan que es muy complicado medir la entrada de agua en la laguna porque son muchos los puntos, muchas las acequias que vierten las aportaciones en el lago. En estos momentos, la CHJ únicamente cuenta con un medidor en el lago que tiene la función de controlar los niveles, pero no el agua que se aporta al lago.

El Plan Hidrológico del Júcar establece que la estimación de los aportes al parque natural y al lago de la Albufera «es una tarea compleja dado que se trata de un área que se nutre de aportes distribuidos por una extensa red de acequias».

Por ello, prosigue el plan, «para conocer el balance hídrico que se da en este sistema» la CHJ ha implantado «una red de monitorización de caudales en todas las golas de salida del parque natural y en las acequias que tienen los aportes más importantes».

Por otro lado, también se ha instalado «el medidor de nivel de agua del lago». En este sentido, constatan que las medidas que se definen en el plan hidrológico «consisten en el seguimiento y evaluación de la información recogida a través de estas redes».

El documento también precisa que la medición de los datos «se hace forma continua y todos los puntos se han dotado de la mayor autonomía posible, mediante energía solar y envío automático de datos vía GPRS».

La actuación que corresponde a la Confederación según el plan es «el mantenimiento de las redes de control de medición en continuo de la Albufera incluyendo los caudalímetros y medidores de calidad físico-química.

En la rueda de prensa del pasado lunes, el presidente de la CHJ, Miguel Polo, afirmó que «es imposible medir» los recursos que llegan finalmente al lago a través de esas acequias, pero que se mide lo que se envía a estas que no tienen otro camino que el lago.

La polémica se abrió hace una semana cuando el Consell demandó que el Gobierno, a través del Ministerio para la Transición Ecológica, enviara los 18 hectómetros cúbicos procedentes del sistema Júcar y Turia que no habían llegado al lago. Fue el origen de un pulso político que se extiende hasta hoy viernes cuando el presidente Carlos Mazón ha vuelto a demandar aportaciones para el lago.

Desde el Gobierno y la Confederación contestaron alegando que entre el 15 de octubre y el 15 de mayo de este año hidrológico se han enviado 50 hectómetros cúbicos, el doble de la cantidad establecida en el plan de cuenca. Esta disparidad ha dado lugar a un cruce de acusaciones entre ambas partes que llega hasta el día de hoy.