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A. RALLO/ P. S. / R. G.
Viernes, 19 de agosto 2022, 00:06
A mayor necesidad, más solidaridad. Se trata de una equivalencia que suele respetarse. De nuevo, los equilibrios se han cumplido. La máxima exigencia de los incendios de Bejís y la Vall d'Ebo llevaron a la Sociedad Valenciana de Gestión Integral de los Servicios de Emergencias ( ... Sgise) a efectuar un llamamiento entre los efectivos de extinción. Todo el personal que estuviera de vacaciones, pero quisiera colaborar para atajar el avance del fuego sería bien recibido.
El mensaje ha obtenido respuesta de más de un centenar de bomberos, según confirmaron fuentes de la entidad. De momento, se siguen recibiendo más adhesiones. Se trabaja en función del día y las condiciones y circunstancias que afectan a los diferentes siniestros. Este personal permite completar mejor los turnos, añadieron desde el organismo.
De momento, si las variables anteriores se mantienen, no serían necesarios nuevos refuerzos. En cualquier caso, la evaluación de las necesidades corre siempre a cargo de la dirección de la extinción.
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Cada bombero voluntario debía informar acerca de sus días y disponibilidad para sumarse al servicio. El gesto sería retribuido a través de dos fórmulas. Por un lado, las horas de trabajo contarían como horas extra. Estas se compensan o cobran a partir de la undécima hora. Si se intercambiaban por días libres, estos se podrán disfrutar tras la campaña de incendios, tal y como precisó la entidad de Emergencias. La Gerente, María Duart, ha agradecido la respuesta de los trabajadores.
Parte de estos voluntarios han podido compartir servicio con Jaime Llorca, sargento del Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante con 35 años de servicio a sus espaldas. Es jueves a las 11 de la mañana, quinto día del infierno en que el incendio de la Vall d'Ebo ha sumido parte del Comtat y la Marina Alta. Después de un intenso turno de 12 horas, toca iniciar el relevo; ha sido una noche dura y los efectivos necesitan descansar. «Nos hemos encontrado con una situación muy adversa; la difícil orografía y el fuerte viento ha dificultado mucho las labores de extinción», asegura Llorca.
El operativo terrestre se intensifica durante la noche, y es que ante la ausencia de luz los medios aéreos se retiran. Aunque las lluvias caídas la tarde del miércoles presagiaban una noche tranquila, lo cierto es que las rachas de viento reactivaron un foco en el término municipal de Benimassot. Es justamente a la entrada de este municipio (evacuado entre martes y jueves) donde efectúan el cambio de turno.
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Antes de efectuar esa transición, toca refrescar la zona de cara al mediodía, momento en el que empieza a intensificarse el calor. «El incendio se encuentra estabilizado, pero aún es pronto para decir que está controlado», asegura Llorca con toda la prudencia que su cargo exige.
En sus más de tres décadas de trabajo reconoce haber intervenido en otros incendios virulentos -en zonas de costa como Xàbia o Benidorm-, aunque el accidentado terreno del Comtat y la Marina hacen del de la Vall d'Ebo uno de los operativos más «exigentes» en los que ha intervenido los últimos años.
Su labor y la de sus compañeros se ha desempeñado en el identificado como Sector 4, que comprende los municipios del Valle de Seta y la pedanía de Margarida (en Planes). Hasta la zona han acudido efectivos de todos los parques de bomberos de la provincia de Alicante.
Los vecinos de los pueblos afectados sólo tienen palabras de elogio y agradecimiento hacia los efectivos que han luchado contra el fuego y que han evitado que las llamas alcanzaran sus hogares. Ellos consideran que forma parte de su trabajo.
Uno de los bomberos del Consorcio Provincial de Valencia reconocía ayer que habían sido unos días muy intensos. Según relataba, «la falta de accesos y la sierra y bancales abandonados» habían dificultado su trabajo, especialmente al principio.
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Ahora ya ha pasado lo más complicado, pero aún no ha finalizado su labor. Durante el jueves, muchos de los integrantes del operativo se encargaban de acudir a los puntos donde no quedaban llamas pero aún se podía observar que salía humo de los troncos.
Iñaki Sáez, oficial director del puesto de mando avanzado de los bomberos del Consorcio Provincial de Alicante, destacaba que los momentos más complicados habían sido cuando tenían que proceder a los desalojos, porque esos efectivos dejaban de luchar contra el fuego. Además son instantes en los que «la gente se pone nerviosa». Las tareas para tratar de estabilizar el incendio han requerido mucho esfuerzo. Tal ha sido la intensidad que en el primer turno de trabajo «sólo comí un plátano», reconocía Sáez.
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