![Los manifestantes, al final del recorrido.](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202111/13/media/cortadas/mani_20211113132153-RryPbqqK7q7WGPSKKsIW7xJ-624x385@Las%20Provincias.jpg)
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f. ricós
Sábado, 13 de noviembre 2021, 14:05
En pie de guerra. Así se mostraron ayer cientos de jubilados por el centro de Valencia que se manifestaron contra la reforma de las pensiones promovida por el Gobierno de Pedro Sánchez y protagonizada por el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, para quien pidieron su dimisión.
La protesta la convocó la Coordinadora por la Defensa del Sistema Público de Pensiones. José García Polo, su portavoz, advirtió de que la pretensión era que «sirva de toque de atención para que el decreto ley sobre las pensiones no se aprueba tal cual está planteado porque es ir en la misma dirección de lo que se aprobó hace una década: rebajar las pensiones con el fin de que la gente tenga que obligarse a acudir a los planes privados de pensiones que es el objetivo final».
En la manifestación por el centro de Valencia (empezó en San Agustín, pasó por la plaza del Ayuntamiento, Barcas, Parterre y finalizó en mitad de la calle Colón, frente a donde hasta hace unos meses era la sede de la Delegación del Gobierno), además de la coordinadora convocante, participaron organizaciones procedentes de Valencia, Paterna, Alzira, Sueca, Pego y Petrer y de las comarcas del Camp de Morvedre, la Safor, la Costera y la Vall d'Albaida. También hubo presencia de los sindicatos CGT, CNT e Intersindical. La marcha no la apoyaron ni UGT ni Comisiones Obreras. Partidos políticos participantes, dos: PCPV y el Partido Comunista de los Pueblos de España. Ningún otro se sumó.
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El portavoz de la coordinadora, García Polo, reconoció que el Ejecutivo de PSOE y Podemos, «es un Gobierno de izquierdas que no ejerce». Señaló que con el azote de la pandemia las cosas se han puesto más difíciles pero añadió que «se comprometieron a ciertas cosas con el movimiento de pensionistas que no están cumpliendo».
Unidades de la Policía Local de Valencia controlaron la marcha pero olvidaron cortar el tráfico rodado en Alfonso el Magnánimo, mientras los procedentes de la calle Poeta Quintana no paraban de hacer sonar sus cláxones.
Un jubilado de un segundo piso en la calle de las Barcas se sumó a la protesta haciendo sonar una cacerola, aunque durante el recorrido los manifestantes recibieron muy pocos apoyos.
En el manifiesto con el que se culminó la manifestación pidieron «pensiones públicas y dignas gobierne quien gobierne», su blindaje, que se actualicen anualmente «como mínimo» con el IPC, equipararlas al salario mínimo y calificaron de «intolerables las pretensiones de Bruselas de privatizar el sistema», al margen de volver a pedir la dimisión del ministro José Luis Escrivá.
Los pensionistas no sólo salieron a la calle en Valencia. En las grandes ciudades de España, como Madrid o Barcelona, mostraron sus reivindicaciones coincidiendo con la semana de máxima tensión entre los socios de Gobierno y entre los agentes sociales a cuenta de la extensión de los años computados para calcular la pensión. En el caso de Madrid, la Mesa Estatal por el blindaje de las Pensiones exigió la protección de esta paga a los jubilados en la Constitución y que se evite la pérdida de poder adquisitivo de las mismas.
En su manifiesto pidieron la «prohibición expresa» de que cualquier Gobierno pueda «recortar o privatizar, total o parcialmente», el Sistema Público de Pensiones y que se «recoja como obligación constitucional mantener el poder adquisitivo real de las pensiones públicas».
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