¿Por qué salieron varios coches de lujo del parking del edificio de Campanar?

Los curiosos que enfilan Maestro Rodrigo en dirección a General Avilés, la mayoría movidos por el cuestionable impulso de ver el edificio consumido por las llamas, no pueden evitar girar la cabeza hacia los escaparates del grupo Quadis, que dispone de tres concesionarios de vehículos de alta gama a ambos lados de la avenida. Es la representante en Valencia de las marcas Ferrari, Maserati, Bentley y Aston Martin, vehículos premium cuyo valor puede oscilar entre los 80.000 y los 300.000 euros. Y también de BYD, la firma china de coches eléctricos cuya sede está situada en el bajo de la finca.

La empresa lleva años asentada en la ciudad, y cuando ocupó el local del edificio también pasó a gestionar la primera planta del aparcamiento, que se utiliza para la custodia de unidades de sus diferentes marcas, lo que explica la llamativa caravana de vehículos de alto standing que salieron en fila en la tarde del sábado, una vez que la policía y los bomberos autorizaron el acceso a las plantas subterráneas. Tanto a los vecinos del edificio con plaza de garaje como a los empleados de la empresa de automoción, que estaban sobreaviso y procedieron a trasladar las unidades a un destino más seguro.

Quadis tiene un concesionario a la altura del número 107, que expone vehículos de la marca Maserati, y justo enfrente se encuentra el destinado en exclusiva a los Bentley. Un poco más cerca de General Avilés (en el número 50) se pueden observar los modelos de Ferrari y de Aston Martin, y ya en la rotonda se ubica el concesionario de BYD.

Su presencia en la zona, donde también se ubican sedes del grupo Bertolín (que comercializa coches BMW), de Polestar (eléctricos premium del grupo Volvo) y de Tesla, la marca de Elon Musk, han convertido a la avenida en la milla de oro de los concesionarios, recurriendo al nombre popular que se le dio, en tiempos mejores, a la calle Poeta Querol de Valencia debido a la concentración de tiendas de lujo.

Como explica Álex Adalid, periodista de LAS PROVINCIAS especializado en automoción, la primera planta del parking subterráneo es de uso privativo por parte de Quadis, en el sentido de que dispone de accesos peatonales y de vehículos diferenciados respecto al resto de niveles, que sí están asociados a las torres. Lo habitual es que las plazas de la empresa se utilicen para emplazar vehículos a la venta (no todos caben en los escaparates a pie de calle), de propietarios que prefieren tenerlos custodiados en el garaje subterráneo o aquellos que han pasado por el servicio técnico para alguna reparación o para simple mantenimiento.

En cuanto al destino de los coches de lujo, se han trasladado a un espacio más seguro, donde se les realizará un peritaje para valorar si han sufrido algún daño y proceder a su reparación. En cualquier caso, por las imágenes de la caravana no parece que se hayan producido daños de importancia, sin olvidar que el fuego se paró en el entresuelo, que se encuentra en obra viva y por tanto sin materiales que facilitaran la propagación. Esto evitó que las llamas llegaran tanto a los bajos (la tienda Tedi y el citado concesionario) como al aparcamiento subterráneo.

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