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Daniel Guindo
Lunes, 22 de mayo 2023, 00:55
La central nuclear de Cofrentes daba sus primeros pasos a principios de 1985 y supuso un auténtico punto de inflexión en el modo de vida y en la economía del municipio del que toma el nombre; una pequeña localidad enclavada en el Valle de ... Ayora que, en estos 38 años, ha incrementado su población en unos 200 habitantes hasta superar ligeramente los 1.100 censados. La instalación eléctrica, tras todo este tiempo, forma ya parte de la idiosincrasia de los residentes –«la sentimos como nuestra», señalan algunos vecinos–; pero, pese a ello, no parece que preocupe demasiado el anuncio de cierre de la planta previsto para noviembre de 2030. «Hasta que se lleven los residuos tendrán que seguir pagando. No dejará lo mismo, pero dejará», augura Enrique, empleado municipal.
Además, la inercia del municipio, con cada vez más niños escolarizados y más turistas, invita al optimismo, de ahí que la actual campaña electoral y las demandas de los residentes no giren en torno a la infraestructura y se centren en apuntar al Cofrentes que quedará tras el fin de la actividad de la instalación. «El pueblo se está esforzando mucho en mejorar en todos los sentidos», subraya el operario del Ayuntamiento.
Según un informe del Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales, la central aporta anualmente a los municipios de su entorno alrededor de 13 millones de euros en concepto de impuestos, pero es el ayuntamiento de Cofrentes, con diferencia, el más beneficiado, ya que recibe financiación en concepto de IBI, IAE y catastro. Esto propicia que este consistorio tenga un presupuesto de alrededor de 9 millones de euros anuales (en 1985 era de unos 200.000 euros), cerca del doble que otros municipios de la zona que son hasta cinco veces más grandes.
María
Dentro de cuatro años arrancarán los trabajos de desmantelamiento de la central, tareas que está previsto que se alarguen 16 años más, de ahí que hasta 2043 (dentro de dos décadas) no está previsto que desaparezca por completo. En su lugar se baraja la instalación de placas solares como alternativa.
En la actualidad, la mayor parte de los vecinos de Cofrentes en activo están empleados por la infraestructura, el ayuntamiento (directamente o a través del balneario) o trabajan en negocios o servicios del municipio como el colegio, pero mucho coinciden en que el futuro de la población pasa por el turismo.
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En periodos como el actual, en los que está en juego quién estará al frente de la alcaldía durante los próximos cuatro años, «se vota a la persona al conocernos todos; lo de menos es el partido», señala María desde detrás de un mostrador del estanco. «PP y Ciudadanos son gente del pueblo y he escuchado que del PSOE se va a presentar gente de fuera». En concreto, se trata de las listas encabezadas por Voro, el actual alcalde (Salvador Honrubia, de Ciudadanos); Nacho (José Ignacio Cuevas, por el PP); y Adrián Blas por el PSOE.
Marta
Para esta vecina una de las iniciativas de las que más se habla estos días es de fomentar el turismo. «Cuando cierren la central no queremos que haya despoblación como está pasando en otros sitios», apunta. Así, explica que «muchos jóvenes hemos elegido volver aquí. El futuro está en el turismo y en crear negocios para que venga gente de fuera y que los que estamos no nos tengamos que ir». En general, agrega, «estamos bien y no falta trabajo gracias en parte al Ayuntamiento. También hay muchos trabajadores de aquí en la central y en el balneario». Precisamente, pocos minutos después, los altavoces que difunden los bandos municipales informaban de tres puestos vacantes en el balneario. «Que se cierre la central o no, no depende de nosotros, por lo que hay que pensar en otras formas de generar empleo», concluye.
Marta, profesora, llegó hace diez años a la localidad (su marido trabaja en la central) y coincide en la importancia de la persona, no tanto de las siglas, y que las promesas electorales «están enfocadas al turismo». No quiere ni pensar en el cierre de la central. «Pensamos en el futuro y en que, por ejemplo, el colegio cada vez va mejor y ahora estamos haciendo hincapié en que haya comedor escolar», agrega, mientras destaca que la intención de esta familia es quedarse en la localidad. «Está bien, hay actividades deportivas, pabellón y muchos servicios», resume.
Enrique
Enrique, por su parte, lleva 30 años viviendo en Cofrentes y trabaja para el consistorio del municipio. Destaca que en la localidad «se está haciendo mucho por el turismo como rehabilitar caminos. Viene mucha gente, en las últimas fiestas casi no se podía ni estar». «Yo de aquí no me muevo, tengo a la familia y me jubilo antes de que cierren la nuclear, por lo que no tendré quebraderos de cabeza. Además, el Ayuntamiento hace lo que está bien para el pueblo, y los que nos jubilamos dejamos mucho sitio para los que vienen detrás, que no tendrán que salir corriendo», opina, puesto que en el pueblo «todo lo hacemos nosotros, por lo que hay una bolsa de trabajo importante». Sobre el cierre de la central, Enrique asegura que preocupó «cuando se dijo, pero luego se vio que aún quedaba mucho tiempo».
Son tales las posibilidades laborales en la localidad que Diana y su familia hace cinco años tuvieron que cerrar el restaurante que regentaban «por falta de mano de obra». También se encargaron hace un tiempo del comedor de la central nuclear y reclama que, lo que quieren, es «sentirnos arropados por el alcalde». «En estos momentos a nadie le preocupa ya el cierre, aunque ya veremos qué pasa cuando no esté la gallina de los huevos de oro», apunta, para insistir en que «el turismo se puede fomentar». Diana echa en falta más apoyo al sector de la hostelería (el municipio cuenta con tres bares y dos restaurantes) y alguna mejoras en la población, aunque subraya las importantes inversiones que se han desarrollado, como por ejemplo en la piscina. También destaca, por ejemplo, que los vecinos de la localidad tienen bonificada un 30% el consumo eléctrico gracias a la central nuclear.
Diana
Así las cosas, y en lo que parece una disputa entre Voro, el actual alcalde de Ciudadanos, y Nacho, el candidato del PP, Cofrentes empieza a mirar hacia el futuro con la vista puesta en el turismo, gracias a sus parajes naturales en los que es posible desarrollar un sinfín de actividades (senderismo, piragüismo, rafting, pesca deportiva...). También cuenta con el volcán Cerro de Agras, el único visitable de la Comunitat, y su reconocido balneario, así como una amplia oferta patrimonial como el castillo, el museo, el reloj de la Torre del Homenaje, la iglesia, el calvario de la Ermita de la Soledad, los paneles cerámicos que narran la expulsión de los moriscos, la cueva de Santa Ana o el lavadero. Hoteles, un albergue y otros alojamientos, así como la Fiesta de la Maderada, de Interés Turístico, completan la oferta.
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