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El departamento de salud de Elche-Crevillent tiene el dudoso honor de presentar las ratios de tarjetas sanitarias más elevadas de toda la Comunitat. En los ambulatorios de estos municipios, de media, los médicos de familia tienen asignados hasta 1.681 potenciales pacientes frente a los 1.500 que, como máximo, recomiendan las sociedades científicas, aunque la cifra ideal rondaría las 1.300. El dato global de la Comunitat todavía no supera ese umbral máximo, aunque sí ha experimentado en un año un ligero aumento hasta alcanzar los 1.426 pacientes por facultativo al cierre de 2018 (un año antes eran 1.423), situación que se ve agravada en la provincia de Alicante.
En concreto, son siete los departamentos de salud autonómicos (el 30% de los 24 en los que se divide la región, uno de cada tres) que superan ese límite de 1.500 tarjetas: Clínico-Malvarrosa, Doctor Peset, Alicante-Sant Joan, Elda, Orihuela, Torrevieja y el citado Elche-Crevillent, mientras que otros nueve se acercan peligrosamente al umbral máximo, según la última memoria de gestión difundida por la Conselleria de Sanidad y referente al pasado ejercicio. Frente a ello, únicamente cinco de las 24 áreas de salud (Vinaròs, Sagunto, Requena, Xàtiva-Ontinyent y Marina Baixa) estarían por debajo de los 1.300 SIP que los especialistas consideran como la cifra más adecuada.
Y no sólo influye el aumento de pacientes (o de potenciales usuarios). El progresivo envejecimiento de la población y el incremento de casos con pluripatologías (que requieren más tiempo y atención) hace que, aunque no aumente el cupo, la presión asistencial en las consultas sí se incremente. De hecho, la saturación experimentada el invierno pasado impulsó las protestas de los facultativos a las puertas de los centros de salud, desde donde exigían al menos diez minutos para atender a cada paciente.
Este aumento de las ratios de tarjetas SIP por cada médico se debe a que las plantillas de profesionales no están creciendo al mismo ritmo que la población, de ahí que sea especialmente relevante que la mitad de los 307 refuerzos comprometidos por la Conselleria de Sanidad a principios de año no se hayan incorporado todavía a sus puestos de trabajo, como recogió ayer LAS PROVINCIAS. Precisamente, en este asunto, la pelota está en manos de los responsables de cada departamento. Al respecto, desde la conselleria explicaron a este diario que «ya ha finalizado el expediente de creación de las 166 plazas» pendientes de las 307 prometidas inicialmente «y ahora estamos en fase de que los departamentos de salud soliciten la autorización de la cobertura de las plazas vacantes que se han creado para cada uno de ellos, es decir, son los departamentos quienes tramitan la solicitud de autorización por la Dirección General de Recursos Humanos de la Conselleria de Sanidad para la cobertura de esas plazas». En esta línea, señalaron también que esa solicitud «se adecuará, lógicamente, a las necesidades organizativas y asistenciales que presente cada departamento en cada momento». «Hay que tener en cuenta que en la actualidad» las áreas de salud «se encuentran en proceso de planificación de la cobertura de las necesidades previstas para el periodo vacacional propio de finales de año», agregaron desde los despachos de Micer Mascó.
El problema de plantillas médicas insuficientes para alcanzar los cupos recomendados para una determinada cantidad de pacientes se traslada a los propios usuarios puesto que, como explican desde la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, «además de las consiguientes demoras en la asistencia -el tiempo que pasa entre la solicitud de la consulta y el día en el que tiene lugar la cita-, hay demoras en las salas de espera -tiempo que los pacientes esperan hasta que les llama el facultativo- y mucho desconcierto para los pacientes».
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Al respecto, apuntan que se está detectando también equivocaciones por parte de los usuarios puesto que, cuando piden citan por internet, aparece el nombre del médico que tienen asignado pero, en realidad, se lleva a cabo un reparto automático, por lo que es posible que deban acudir a otra consulta si ese día no puede atenderles su facultativo de cabecera. «A veces es un galimatías para ellos», admiten desde la citada sociedad.
Esto provoca que, en cuanto a la calidad de la atención, «aunque estemos preparados para atender técnicamente a todos los pacientes, se pierde la continuidad asistencial y el hecho de no conocer a los pacientes no es lo deseable, ni para darles una atención integral ni para generar confianza en pacientes que no nos conocen», agregaron, por lo que reclaman celeridad a la hora de incrementar las plantillas.
El Hospital General de Valencia ha adquirido un nuevo robot Da Vinci dVX, un sistema de cuarta generación con el que los cirujanos han empezado ya a realizar las primeras operaciones de diferentes especialidades y que permite una visión «inmersiva» de los cirujanos e incrementa la seguridad en las intervenciones. El jefe del servicio de Urología, Emilio López, explicó que una de las mejoras de este nuevo modelo es que se pasa a una visión 3D full HD y aumentada por diez, por lo que es una visión «inmersiva, como si el cirujano estuviera completamente dentro».
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