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VALENCIA
Lunes, 27 de julio 2020, 13:38
El programa de Televisión Española, 'Comando al sol' busca el fresco en en el Mediterráneo donde comprobará que Valencia es mucho más que playa y disfrutará del vértigo refrescante de los puentes colgantes sobre el río Turia.
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Valencia, más que playa. El programa pisará el atajo que crearon a mediados del siglo XX quienes levantaron la Presa del Loriguilla, que invita a la aventura: puentes colgantes, pasarelas sobre el río, túneles que atraviesan cascadas, cataratas, un cañón con 160 metros de altura…
El pueblo que lo esconde es el valenciano Chulilla, un fortín amurallado de casas blancas con un castillo de época islámica. La naturaleza que abraza la localidad lo ha convertido en referencia mundial de escaladores. Anna tampoco tienen playa, aunque el significado mismo del nombre de la localidad, «ojos de agua», lo explica todo. En el programa compartirán con Julio, monitor de la ruta de las cascadas, los saltos y el barranquismo acuático para liberar las tensiones aparcadas.
Además visitará la primera playa con bandera azul alejada del mar, la joya acuática de la Costa Dulce extremeña, en la comarca de la Serena. Pondrá después rumbo al sur, a la Reserva de la Biosfera de la Sierra Norte sevillana, y mostrará que la venta y alquiler de caravanas se ha disparado.
Se refrescan en la Sierra Norte ya que los augurios se confirman: las caravanas se han convertido en el vehículo de moda para las vacaciones. Raúl y Montse han puesto distancia a la rutina veraneando con la casa a cuestas. Acampan en la Sierra Norte sevillana, una región de media montaña donde se esconde de la extinción la vaca Berrenda, que pasta en una Reserva de la Biosfera. Este verano, sevillanos y andaluces se refrescan en las cascadas del Río Huéznar. Entre galerías de bosque para senderistas se abre una de las mecas para escaladores: el imponente Cerro del Hierro.
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Su paso por las playas dulces. Beni y Ramón recargan pilas en aguas del único puerto deportivo de interior que presume de bandera azul. Hace once años que el Pantano de Orellana, en Badajoz, consiguió el distintivo que se ha convertido en símbolo de calidad de las aguas y de las playas. Fue el primero en ondear la azul en su litoral y esta temporada ha vuelto a renovarla. En esta temporada, han pasado de recibir 3.500 bañistas en un fin de semana a 1.000. En sus zonas dedicadas al baño, han dibujado por primera vez cuadrículas que marcan las distancias por la Covid.
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