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La temperatura marcada el pasado jueves en el aeropuerto de Valencia (46,8 grados) ha supuesto no sólo un récord en la Comunitat sino ... también a nivel nacional y se posiciona entre los diez valores más elevados desde que hay registros. La región entra de esta forma en el top ten de los valores más elevados de la historia
Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el registro más alto alcanzado en España se contabilizó en la localidad cordobesa de La Rambla. El mercurio llegó a los 47,6 grados el 14 de agosto de 2021. La temperatura alcanzada en el aeropuerto de Valencia se quedó a menos de un grado de este valor y entra en el ránking en el puesto octavo junto a los municipios de La Rambla (el 13 de julio de 2017) y El Granado en la provincia de Huelva (el 4 de agosto de 2018).
De esta forma, el aeropuerto de Valencia se cuela en un ránking en el que los primeros catorce puestos estaban hasta el jueves ocupados sólo por municipios andaluces.
La localidad cordobesa de La Rambla tiene el dudoso honor de aparecer dos veces en este ránking. Por un lado, encabeza la lista de municipios más calurosos y repite en el puesto octavo con 46,8 grados.
Este ránking esta confeccionado por la agencia de meteorología de acuerdo con los datos que la entidad considera más fiables y en estos momentos son los de referencia para el conjunto de España.
Y es que el jueves fue un día de récord para la Comunitat Valenciana en términos meteorológicos. Se superaron varios registros ampliamente. Los 46,8 grados en el aeropuerto de Valencia se imponían a los 43,3 alcanzados en julio de 1986.
También hubo récord en la ciudad de Valencia donde el termómetro se quedó en los 44,5 grados (inicialmente fueron 44,7 pero tras varios ajustes Aemet ha reducido en dos décimas esta temperatura). En cualquier caso esta cifra es la más elevada desde que hay registros (1869) en la ciudad del Turia.
El poniente que se dejó sentir con fuerza el jueves en la provincia de Valencia fue el causante de estos registros tan altos. José Ángel Núñez, jefe de Climatología de la delegación de Valencia de Aemet, explica que el fenómeno meteorológico presentó varias particularidades. Por un lado, el día comenzó soplando una brisa marina débil en el aeródromo que hacia las 12 dio paso a una situación de viento de poniente que procedía de la llanura prelitoral lo que elevó de forma brusca las temperaturas. A las 13.50 se alcanzaban los 46,8 grados. Pero a partir de primeras horas de la tarde las brisas marinas volvieron a imponerse reduciendo bruscamente los registros.
Núñez explica que cuando hay dos masas de aire superpuestas (una cálida y otra más fría) pueden provocar bruscos ascensos o caídas de las temperaturas tal y como sucedió el jueves en Valencia. «Si esto sucede los cambios pueden ser muy fuertes en un corto espacio de tiempo», aclara el experto.
Otro de los factores que hay que tener en cuenta para explicar la situación vivida el pasado jueves es que las brisas marinas que soplan estos días ya no son muy fuertes porque el verano está avanzado y el mar registra valores muy elevados.
En cualquier caso, parece que los valencianos vamos a tener que acostumbrarnos a que se produzcan estos fenómenos en los próximos años relacionados con el cambio climático. En este sentido, José Ángel Núñez explicó que si se tratara de un hecho aislado no se podría relacionar con el calentamiento global, «pero llevamos años con fenómenos extremos tanto en temperaturas como en precipitaciones».
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«Lo que está sucediendo va más allá incluso que lo que dicen los modelos climáticos», apunta Núñez que recuerda que el 14 de mayo de 2015 se registraron 42 grados en el observatorio de Valencia. «No sé que es más raro si que el jueves se rozaran los 47 grados en el aeropuerto de Valencia o los 42 grados en mayo», explicó.
En la misma línea se pronuncia Jorge Olcina, catedrático de Geografía en la Universidad de Alicante. «Tenemos que acostumbrarnos a los fenómenos extremos tanto en temperaturas como en precipitaciones», señala. En este sentido, detalla que el año 2010 supuso un punto de inflexión. «A partir de ese momento se registra una aceleración en el calentamiento global, un calentamiento que avanza más rápido que lo que señalan los modelos climáticos», explica Olcina que añade que lo peor es que «cambie la dinámica atmosférica».
Por todo ello, no puede suponer una sorpresa que a lo largo de las tres semanas que quedan de agosto se pueda producir un fenómeno parecido aunque sin alcanzar necesariamente los valores registrados el jueves.
Así lo explica Olcina. «La coyuntura es compleja, no alarmante, pero nos tiene que llevar a ser vigilantes y a tomar medidas», ha destacado.
En este sentido, el catedrático de la Universidad de Alicante subraya que los modelos «nos muestran que agosto está siendo cada vez más caluroso». Ya no pasa como antes cuando se decía que en la segunda mitad del mes se relajan las temperaturas. Por todo ello Olcina considera que a lo largo de lo que queda de mes podría entrar otra masa de aire sahariano que elevara los termómetros hasta valores extremos.
José Ángel Núñez señala que en las previsiones para los próximos siete o diez días indican que en la Comunitat hará un tiempo caluroso, quizá con temperaturas más elevadas de lo normal sin llegar a los extremos del jueves. Pero recalca que no es descartable que se produzca un nuevo episodio con valores altos, aunque quizá no tanto como los vividos esta semana, antes de que finalice el mes.
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