El Consell activa un plan contra las consecuencias de la sequía en el monte valenciano

El plan lo ha presentado en Murcia el conseller de Medio Ambiente, Vicente Martínez Mus, en la cumbre que ha reunido a los consejeros del área de las comunidades de Valencia, Murcia y Andalucía para estudiar la incidencia de la sequía en las masas forestales.

Según ha explicado el conseller, el plan tendrá un presupuesto de 750.000 euros para actuaciones que se pondrán en marcha de forma inmediata. Mus ha señalado que «las regiones del sureste español estamos sufriendo una de las peores sequías que se recuerdan en años y ello requiere una respuesta urgente y coordinada entras las administraciones».

Por otro lado, el conseller se ha referido a que «las plagas de insectos están agravando la situación: atacan a los pinos que se debilitan por la sequía y ponen en riesgo la salud de los bosques».

El plan contempla medidas como la monitorización de la sequía en los pinares por teledetección; la retirada de los árboles muertos ya que si se quedan en el monte pueden favorecer la propagación de las plagas o ser combustible en el caso de que se produzca un incendio forestal.

Además, otras actuaciones son la implementación de trabajos de sanidad forestal y la eliminación del arbolado en riesgo de caída en senderos o zonas de uso público. Por otro lado, los consejeros también han pedido al Gobierno central que se implique en la lucha contra las consecuencias de la sequía.

En este sentido, Martínez Mus ha incidido en que «estamos sufriendo una de las peores sequías de la historia» y que «es el periodo más seco y cálido desde que existen registros meteorológicos». «Por ello, la Generalitat, pese a la infrafinanciación patente, está realizando un esfuerzo un importante para paliar los daños ocasionados por esta situación excepcional para evitar la extensión de plagas causadas por la sequía», ha declarado Mus. En esta línea, el conseller considera que el Gobierno «ha perdido una gran oportunidad para reivindicar a Europa financiación para luchar contra la sequía y para cuestiones como los proyectos de modernización de regadíos que siguen parados».

El tomicus se trata de un coleóptero de la familia Scolytidae cuyo ejmeplar adulto alcanza de 4 a 4,5 mm de longitud. Para su reproducción, según se recoge en la página web de la Conselleria de Medio Ambiente, cada pareja realiza una galería en el tronco y ramas de los pinos en la que la hembra pone a ambos lados los huevos. Cuando nacen las larvas, realizan unas pequeñas galerías, generalmente perpendiculares a las maternas. Al terminar el desarrollo de las larvas éstas realizan una cámara de pupación en la corteza del árbol, y tras completarse la transformación, el insecto perfecto sale al exterior a través de un orificio que horada en la corteza. Los nuevos insectos adultos suben a las copas en las que perforan la médula de las ramillas terminales, para alimentarse y de este modo robustecerse y adquirir la madurez sexual.

Por lo tanto, los daños que provocan sobre las especies del género Pinus son las galerías subcorticales en troncos y ramas y las perforaciones de la médula de las ramillas terminales. Como consecuencia, los efectos son la muerte y caída de ramillas terminales a partir de finales del verano, y la muerte de los pies afectados por el corte de circulación de la savia debido a las galerías realizadas en el fuste.