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Una de las consecuencias de la pandemia del Covid-19 ha sido el incremento de las patologías de salud mental. La crisis sanitaria ha agravado los síntomas y los expertos están llamando la atención sobre este hecho. Pero no es sólo una cuestión de los científicos sino que esta percepción se está filtrando en el conjunto de la sociedad.
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El Covid-19 ya ha provocado muchas consecuencias negativas en el comportamiento entre las que destacan el aumento de los casos de estrés y ansiedad, las alteraciones de la conducta relacionados con hábitos alimenticios (anorexia y bulimia), la depresión o el deterioro cognitivo.
El objetivo de los expertos es, sobre todo, atender a la población más joven que es la que se ha identificado como más vulnerable ante estas afecciones y donde se está descubriendo un incremento generalizado de las patologías.
Uno de los indicadores que ha encendido todas las alarmas es el incremento en el número de suicidios entre los más jóvenes. La cifra se ha mantenido más o menos estable entre los años 2019 y 2020 (445 frente a 430). El problema es que, una vez se estudian los grupos de edad, los casos se han disparado entre los más jóvenes (menores de 39 años). La tasa ha crecido un 25% al pasar de 66 a 88. Mientras, entre los mayores, donde se concentraban estos episodios, cayeron un 21% en 2020.
Otro dato preocupante es que se ha detectado un incremento de los casos de autolesiones entre los más jóvenes.
Todos estos factores han llevado a los expertos a concluir que se está produciendo un fenómeno preocupante de incidencia de las enfermedades mentales entre el sector más joven de la sociedad.
Como consecuencia el Consell ha activado un plan de choque contra este fenómeno que está coordinado por el catedrático de Psiquiatría de la Universitat de València, Rafael Tabarés. Una de las líneas de actuación que ha propuesto es la creación de una serie de unidades móviles en cada provincia para atender los casos que se produzcan entre los jóvenes.
La idea de Tabarés consiste en contratar a 69 profesionales (psiquiatras, psicólogos, enfermeras, trabajadores sociales...) para crear tres unidades móviles que se desplazarán a colegios, centros de menores y domicilios para atender en su ambiente a los jóvenes que presenten problemas de salud mental.
Estos profesionales, según ha explicado Tabarés a LAS PROVINCIAS, se empezarán a contratar a partir de mayo. «Ahora se está viendo la forma en la que se pueden emplear. Está en manos de Recursos Humanos», ha recalcado el experto. La idea es que empiecen a funcionar a lo largo de este año.
También está en marcha la ubicación de tres hospitales de día en la provincia para atender a estos enfermos. Según ha destacado Tabarés, la Conselleria de Sanidad está viendo cómo y dónde ubicar estos espacios y espera que entren en funcionamiento también a lo largo de este año. Estas infraestructuras están destinadas a la población infantil y juvenil que presente alguna de estas patologías. Y es que en la Comunitat todavía no se dispone de ninguno de estos servicios.
La tercera medida de este plan de choque es la contratación de 450 agentes de salud. Se trata de una figura novedosa ya que son jóvenes que presentan algunas de estas patologías que, una vez formados, actuarán como apoyo de las personas que sufren alguna de estas conductas.
Otra iniciativa que se está planteando aplicar es el impulso a lo que se conoce como escuelas promotoras de salud siguiendo una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El objetivo de esta actuación es conseguir que en los planes de estudio se tenga en cuenta la salud para que los más jóvenes puedan tener herramientas para hacer frente a situaciones de estrés o depresivas.
Tabarés explicó en su momento que nos encontramos en una sociedad donde las situaciones traumáticas están a la orden del día por lo que el catedrático apostó por dotar de instrumentos de defensa a los más jóvenes frente a momentos de estrés o ansiedad.
Por otro lado, los españoles están absolutamente convencidos de que a la pandemia de coronavirus le va a seguir otra gran epidemia sanitaria. En este caso, será un alud de trastornos psicológicos provocados por el desgarro social y emocional al pairo de la crisis sanitaria. El convencimiento de la llegada de la nueva epidemia alcanza al 55% de los españoles, según el Estudio Internacional AXA sobre Salud Mental, realizado durante el pasado otoño.
Los indicios son claros. A la constatación del crecimiento en el consumo de antidepresivos (enfermedad presente hasta en una de cada cinco bajas) o el triste récord en suicidios, se unen las confesiones directas de los ciudadanos.
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