Visita a las obras del Ceip La Xara de Dénia, que se construye gracias al plan Edificant. Bernat Ortolà

El Consell desvía dinero de obras en colegios a la renta de inclusión, a los ERTE y a instalar barracones

El presupuesto del programa Edificant se ha reducido en 96 millones en lo que va de año, más que en todo 2019

Joaquín Batista

Valencia

Martes, 30 de junio 2020, 20:19

El presupuesto del plan Edificant,que permite a los ayuntamientos hacerse cargo de las obras de mejora o de nueva construcción de centros públicos en sus municipios, ha sufrido importantes modificaciones en lo que va de año para atender otros gastos, como la Renta Valenciana de Inclusión, el mantenimiento o instalación de barracones, las ayudas a afectados por los ERTE y otras necesidades extraordinarias derivadas de la pandemia.

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Así se desprende de las diferentes resoluciones publicadas en el Diari Oficial que dan cuenta de las transferencias de créditos entre programas presupuestarios aprobadas desde finales de abril. En total suman 96,5 millones desviados a otros fines respecto a la cuantía reservada inicialmente en las cuentas autonómicas de 2020 (310,3), lo que deja entrever que la previsión para Edificant fue mucho mayor que las necesidades reales. Es decir, la inversión de este año será bastante más baja que lo anunciado, pues los cambios evidencian que el Consell considera que hay dinero de sobra para otros gastos.

Los dos primeros acuerdos del Gobierno Valenciano para minorar el presupuesto datan del 30 de abril. El más importante, en términos económicos, redujo la cuantía en 50 millones. El destino era cubrir los pagos de la Renta Valenciana de Inclusión derivados de expedientes que contaban con una resolución favorable, según se desprende del anuncio publicado en el Dogv. El segundo acuerdo implicó una reducción de 20 millones adicionales que han servido para el pago de las ayudas a los trabajadores con rentas bajas afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). 

La siguiente minoración llegó el 25 de mayo y se justificó en diferentes acciones relacionadas con la gestión de la pandemia, como los vales para la compra de comida para las familias beneficiarias del 100% de la beca de comedor o el suministro de nuevos materiales a los centros, como los de carácter sanitario. El recorte en la ya mermada partida presupuestaria de Edificant fue de 20,1 millones más.

El pasado día 12 llegaron los dos últimos acuerdos del Consell conocidos hasta la fecha. Uno (-2,5 millones) permitió aumentar el dinero disponible para nutrir el convenio marco de instalación y alquiler de barracones escolares que acogerán a alumnos mientras se realicen obras en sus centros, y el otro (-3,9 millones) se ha impulsado para comprar 15.000 tablets que se repartirán entre estudiantes con problemas de conexión a internet.

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En resumen, tras los sucesivos recortes, el presupuesto inicial (310,3) se ha quedado en 213,8, y los 96,5 millones de detraídos implican un 31% del total. Es una cantidad superior a la de todo el 2019, teniendo en cuenta que la cuantía prevista para Edificant el año pasado ascendía a 303,7, de los que 86,6 se transfirieron a otras líneas presupuestarias.

El programa estrella del Consell para la mejora de los centros, que incluye la eliminación de barracones, llegó tras incumplirse la primera promesa del Botánico ante la imposibilidad de sacar adelante todas las obras necesarias con los recursos humanos propios de la administración autonómica, de ahí que se abriera la puerta a la cesión de las competencias sobre la materia a los ayuntamientos. La previsión es que hasta 2024 se hayan invertido mil millones, aunque el ritmo, a tenor de las reducciones aplicadas en los dos últimos años, está siendo especialmente lento.

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Las modificaciones del presupuesto anunciado para Edificant no son nuevas, pues el dinero previsto en las cuentas autonómicas ya sirvió para cubrir otros gastos distintos durante todo 2019.Entonces los recortes afectaron a casi uno de cada tres euros, exactamente al 28,54% del total.

El plan del Consell descansa en la implicación de los municipios, y pese a la buena acogida, la tramitación es farragosa, pues supone numerosos pasos administrativos hasta que se aprueba la disponibilidad de los fondos para las obras previstas, que son muy variadas. Es decir, el lento avance provoca que las previsiones iniciales sean especialmente holgadas, de ahí que existan remanentes para otras necesidades del Consell.

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Además, que este año el dinero transferido a otras partidas ya sea superior al de todo 2019 pese a haber consumido sólo la mitad del ejercicio también se explica por el parón derivado de la crisis sanitaria.

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