![La consulta en los colegios ya es oficial: las familias votarán la lengua entre febrero y marzo](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2025/02/10/1480933890-RbMadz5kv0FdFJMBBxO34sL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![La consulta en los colegios ya es oficial: las familias votarán la lengua entre febrero y marzo](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2025/02/10/1480933890-RbMadz5kv0FdFJMBBxO34sL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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La consulta lingüística a las familias ya tiene fechas definitivas y oficiales: el plazo para votar se prolongará durante siete días y medio, exactamente entre las 9 horas del 25 de febrero y las 14 del 4 de marzo. Así lo recoge la orden que ... regula el proceso, publicada este lunes en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGV) una vez recibido el dictamen del Consell Jurídic Consultiu, el último trámite que faltaba.
La normativa da el pistoletazo de salida a un procedimiento extraordinario, que no se repetirá, y que en la práctica servirá para reorganizar el modelo vigente, heredado del Botánico, en cumplimiento de la Ley por la que se regula la libertad educativa. En función de los resultados, la Conselleria de Educación determinará la lengua base en cada nivel, pudiendo convivir aulas con el castellano como lengua mayoritaria con otras haciendo lo propio con el valenciano. Por ejemplo, dos 4º de Primaria, una en cada lengua. Hasta ahora el peso, validado por los consejos escolares o las titularidades de los centros concertados era el mismo para todas las clases del mismo centro.
La consulta servirá para repartir a los alumnos entre los diferentes grupos. Si hay plazas suficientes, el programa lingüístico coincidirá con las preferencias de los padres. De lo contrario, la prioridad dependerá de una serie de criterios de prelación, coincidentes con los que se utilizan en la admisión de alumnos. Y esta adscripción se mantendrá de cara a los próximos cursos, durante toda la educación obligatoria, a medida que los alumnos vayan promocionando. De hecho, lo que se vota ahora servirá para ordenar las aulas a partir del ejercicio que viene. Siguiendo con el mismo ejemplo, las familias de 4º participarán para decidir sobre la lengua base de 5º, nivel en el que estarán sus hijos el próximo ejercicio. Y así hasta que lleguen a 4º de la ESO. Todo estará resuelto antes de que empiece la próxima admisión de alumnos, que suele programarse de cara al mes de mayo.
Actuaciones previas
Hasta el próximo viernes los centros deberán facilitar a sus familias información sobre el procedimiento. Será neutra. Se dará una copia del anexo incluido en la orden, que recoge las fechas clave -los días de votación, la publicación del censo provisional de familias que pueden votar así como la del listado definitivo- y la dirección de internet para poder hacerlo. También se trasladará una ficha con los datos de los padres que obran en poder del centro (por si es necesario hacer alguna actualización de cara a la votación), además del Número de Identificación de Alumno (NIA), necesario para participar.
Además, se incluye información básica sobre qué es la lengua base (la mayoritaria y la que se utilizará para iniciarse en la lectoescritura en Infantil y 1º y 2º de Primaria) y se recuerda que basta con que participe un progenitor por alumno. En caso de no hacerlo, el centro decidirá en qué clase queda adscrito.
Las escuelas también tienen que difundir esta información (la genérica, no la personal) a través de las plataformas de comunicación que utilizan habitualmente (como Web Familia), de las páginas web corporativas y de los tablones de anuncios.
La votación
La previsión es que participen 570.000 familias de centros públicos y concertados. Exactamente las que tienen hijos matriculados en el 2º ciclo de Infantil, en Primaria o en los tres primeros niveles de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Las de los niños que se incorporen al colegio por primera vez el curso que viene (sobre todo en 1º de Infantil) trasladarán su preferencia en la admisión de alumnos. Elegirán colegios y lengua. Lo mismo sucederá con los que pasen a 1º de Bachillerato desde 4º de la ESO. Estos marcarán la modalidad y la lengua. En caso de colegios de Educación Especial y niños matriculados en unidades específicas, no deben participar en la consulta, pues los progenitores pueden elegir la lengua de enseñanza sólo trasladando su preferencia al centro.
La votación es exclusivamente telemática y se vehicula a través de la web de la Secretaría Digital de la Generalitat. Se activará en los próximos días y es necesario disponer de una cuenta y una contraseña, que se generará introduciendo el DNI y el número de soporte o equivalente (que figura en el documento de identificación). También se permiten otros medios electrónicos de verificación, como el sistema Clave, y se tienen en cuenta casuísticas diversas como el disponer únicamente de pasaporte. Una vez dentro del sistema, antes de votar se tendrá que introducir el NIA para que la preferencia quede adscrita al alumno en cuestión.
Para garantizar la participación, aquellas familias que carezcan de medios o conocimientos podrán hacerlo en su centro, pues deben disponer de algún equipo informático para estos menesteres. Si se trata de afectados por la dana, podrán dirigirse a cualquier escuela.
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El contenido
El padre, madre o tutor legal deberá cumplimentar tres apartados. En el primero se le planteará la siguiente pregunta: «¿Cuál es su preferencia sobre lengua base de educación?», pudiendo optar por dos opciones excluyentes: castellano o valenciano. En el segundo deberá marcar los criterios de prelación que reúne: número de hermanos matriculados en el centro (15 puntos), domicilio del alumno (10 por vivir en la misma área de influencia y 5 por hacerlo en una limítrofe), situaciones de discapacidad del estudiante (entre 4 y 7) y tipología de familia numerosa o monoparental (entre 3 y 5). El tercero recogerá una declaración responsable, en la que se compromete a que las circunstancias alegadas se ajustan a la realidad, quedando a disposición del centro para acreditarlas en caso de que se le requiera.
Aunque sólo se necesita el voto de un progenitor, nada impide que participen los dos. Si la elección es la misma, sólo computará uno de los votos, pero si es distinta no se tendrá en cuenta. Y si es coincidente pero varían los criterios de prelación, se tomará la que dé como resultado una baremación inferior. Se trata de cautelas para evitar distorsiones en los resultados, pues el porcentaje de votos para cada opción es determinante a la hora de planificar la organización de aulas.
Los resultados
Tras la consulta, la aplicación informática generará unos listados en los que aparecerá todo el alumnado, para cada nivel, en función de la lengua base elegida por las familias. Estarán ordenados en función de los criterios de prelación. Serán brutos pero no definitivos, pues todo dependerá de cuántas aulas se vehiculan en una lengua u otra. Una cosa es la demanda y otra la oferta.
Para la planificación de unidades -en zonas valencianoparlantes, que son la inmensa mayoría- se utilizará la tabla recogida en la ley por la que se regula la libertad educativa, que determina los porcentajes que se tienen que alcanzar en cada opción y en cualquier tipo de centro, en función del número de aulas o grupos que tiene en cada nivel. Porque no es lo mismo una escuela de una sola línea, las que tienen una clase en cada uno -su lengua base será la elegida por la mayoría- que las que tienen dos o más, en las que podrán convivir ambos modelos. La tabla incluye el reparto hasta en centros de diez líneas (algo que sólo se da institutos y sus respectivas secciones).
Sirve un ejemplo para hacerse una idea, que además está especialmente extendido en el sistema valenciano. Si hay dos clases de 4º de Primaria y más del 75% de los padres participantes votan por el castellano, los dos grupos tendrán esta lengua base el curso que viene, cuando lleguen a 5º, y en los sucesivos, a medida que promocionen. En cambio, si los que optan por el valenciano llegan al 25%, habrá una y una.
Con la tabla de equivalencias se hará la planificación de aulas sobre la base de las que existen. Es decir, no se trata de una elección a demanda, sino condicionada por la oferta. A continuación se tomarán los listados de alumnos en función de la preferencia familiar y se irán adscribiendo, siguiendo el orden resultante de la consulta (los criterios de prelación). Si no caben todos en la misma opción (algo que sucederá bastante, teniendo en cuenta que un 25% ya permite doble programa) serán matriculados en la otra.
El resultado definitivo se conocerá antes de que empiece la admisión de alumnos, que suele llegar en mayo. Tiene lógica, pues todas las vacantes que queden deben ponerse a disposición de las familias que quieran participar en este proceso, por ejemplo, para cambios de centros. O, incluso, de modalidad lingüística dentro del mismo colegio (si finalmente se produce una vacante en la opción preferida, pero no conseguida).
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