

Secciones
Servicios
Destacamos
Los resultados de la consulta lingüística a las familias establecen que a nivel de Comunitat el 50,53% de los participantes prefieren que sus hijos ... se formen con el valenciano como lengua mayoritaria, frente al 49,47% que se ha decantado por el castellano. Sin embargo, si los datos se organizan en función de la etapa educativa se observa una sensible diferencia: la lengua autonómica sigue siendo mayoritaria en Infantil y Primaria (un poco menos), pero no sucede lo mismo en la ESO, donde se produce un vuelco: el español se impone con un 52,9% de los votos frente a un 47,1%. Es decir, la demanda cambia: hay más progenitores que prefieren una formación mayoritaria en castellano, pues se da por sentado que lo elegido por los representantes legales coincide con su preferencia personal.
El dato, uno de los muchos que recoge tanto el informe de la Conselleria de Educación como el elaborado por el sindicato docente mayoritario, el STEPV, es interesante porque ayuda a comparar con la situación actual, que es la derivada del modelo que implantó el Botánico en el curso 2017-2018 a través de la Ley de Plurilingüismo. Es cierto que se trata de un sistema muy distinto al basarse en un modelo único, pero se puede hacer el ejercicio de poner en relación la oferta, el volumen de alumnos que se forman con el valenciano como lengua mayoritaria, con la demanda, que se expresa a través de los resultados de la consulta. Y se evidencia que hay más de la primera que de la segunda en el caso de la Secundaria.
Lo cierto es que no hay información oficial sobre el efecto global que tuvo la ley impulsada por los partidos de izquierda, más allá de una primera estimación parcial sobre centros de Infantil y Primaria y unas declaraciones del entonces conseller de Educación, Vicent Marzà, referidas a Secundaria. Las realizó durante la rueda de prensa que sirvió para presentar el curso 2021-2022, cuando la mencionada ley empezó a desplegar efectos en estos niveles.
Noticia relacionada
Entonces, el dirigente de Compromís defendió el avance conseguido por el valenciano, alegando que cuando llegó el Botánico al Consell el 28% del alumnado de la etapa (que incluye la ESO, el Bachillerato y ciclos de FP) se formaba con programas lingüísticos en los que era mayoritario, porcentaje que en aquel ejercicio se había elevado hasta llegar al 61% por obra y gracia de la citada ley. Tres meses antes, en una entrevista en À Punt, ya se expresó en términos similares, cuando mostró su satisfacción porque se hubiera apostado «por una enseñanza mayoritaria en valenciano (el 60%) frente a la vehiculación en castellano (40%)». Aunque ha pasado el tiempo, la distribución actual será muy similar, pues los únicos cambios, debido a la primera medida en materia de lenguas del Consell de Mazón, se han aplicado en algunos centros de zonas castellanohablantes, en los que en ningún caso la lengua propia era mayoritaria.
Si esos porcentajes de alumnos en proceso de formación (61% con el valenciano como lengua mayoritaria y por tanto el 39% con el castellano) se ponen en relación con la demanda de las familias en la ESO en base a la consulta (47,1%-52,9%) queda patente la diferencia: una presencia de la lengua propia por encima de los deseos de las familias y, de la misma manera, un déficit de enseñanza en castellano en la citada etapa.
El cruce de cifras sólo ofrece una aproximación. Aunque ayuda a ver lo que hay y lo que se desea, no se puede olvidar que los datos que dio Marzà se referían a un colectivo de estudiantes mayor al englobar las tres etapas de Secundaria. En cuanto a la consulta, cabe recordar que sólo han participado familias con hijos escolarizados en 1º, 2º y 3º de la ESO.
Con el modelo del Botánico eran los centros, concretamente el equipo docente, el que fijaba el peso de las lenguas, que después debía ser refrendado por el consejo escolar en el caso de los públicos o por la titularidad en los concertados. Además, los centros de Secundaria tenían su rango de acción más acotado, pues debían dar continuidad a la distribución lingüística de sus centros adscritos de Primaria. Es decir, no se podía fijar un modelo que cambiara la lengua mayoritaria.
Con el actual modelo del PP es la administración la que determinará el peso para cada aula o unidad, pero utilizando como base las preferencias de las familias trasladadas en la consulta. En cuanto a los nuevos alumnos, se les preguntará durante el proceso de admisión.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.