
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Estas últimas semanas el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha diseñado su agenda marcando distancias con Madrid. Todo empezó con la conferencia que pronunció en la capital hace diez días en defensa de un modelo federalista. Sus palabras acabaron provocando el malestar no sólo del Gobierno madrileño sino también de los empresarios. Su propuesta de incrementar impuestos cayó como una bomba y llegó hasta ser rechazada incluso por la patronal valenciana.
Además, el jefe del Consell en estos años ha establecido alianzas con prácticamente todas las regiones españolas salvo Madrid. Así, Puig ha estrechado lazos tanto con autonomías gobernadas por su propio partido como con independentistas e incluso con ejecutivos apoyados por Vox. Por el contrario, con la capital de España ha marcado distancias.
El discurso del presidente en Madrid sirvió para fortalecer su vertiente federalista frente a una teórica política centralista que estaría dañando los intereses de la Comunitat. Pero los datos no parecen respaldar la tesis sostenida por Puig, que incluso arrastró la polémica hasta la Conferencia de Presidentes del pasado viernes cuando aseguró que «nadie va contra Madrid» al tiempo que criticaba que esta autonomía no puede estar «mirándose el ombligo continuamente».
Valencia y Madrid están a 350 kilómetros por carretera, pero esa distancia se acorta si se ponen sobre la mesa los intereses comunes. Entonces son casi vecinos. Se trata de una vinculación que se ha ido articulando desde la segunda mitad del siglo pasado y que hace que las dos autonomías estén mucho más próximas que otras geográficamente más cercanas.
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Eso es precisamente lo que ha querido poner de relieve la Fundación Conexus con el encargo del informe 'La intensidad de las relaciones socioeconómicas entre la Comunidad de Madrid y la Comunitat Valenciana', elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). «El estudio constata la elevada intensidad que desde el punto económico existe entre las dos comunidades por lo que consideramos de sentido común seguir poniendo en valor esta relación y para ello es necesaria la colaboración público-privada», explica el presidente de la entidad, Manuel Broseta. De ahí que se haya presentado a las organizaciones empresariales de la Comunitat, Castilla-La Mancha y Madrid la propuesta de convertir el eje Madrid-Valencia «en un corredor sostenible y digital alineado con los cambios que Europa y el devenir de la economía nos están demandando».
Pero más allá de los datos se encuentran los nexos estratégicos. Nadie duda de la afluencia de madrileños a la costa valenciana durante el verano o de las estrechas relaciones entre el puerto de Valencia y la capital de España. La distancia es cada vez menor y los datos avalan la complementariedad de las dos economías.
Madrid es el principal mercado emisor de turistas nacionales en la Comunitat. En 2019, el último año prepandemia, 3,6 millones de madrileños se desplazaron a la autonomía, lo que supuso el 18,6% de los visitantes con 13,6 millones de pernoctaciones. Casi un millón y medio eligieron alguna de las tres provincias para sus vacaciones. Turistas que permanecieron en 2019 una media de seis días y medio.
El corredor Valencia-Madrid por carretera se configura como uno de los principales ejes del transporte interior con más de 8,8 millones de toneladas de mercancías en 2012. Madrid, por su parte, ocupa la cuarta posición como receptora del transporte de mercancías con origen en la Comunitat. El informe destaca la importancia del puerto de Valencia. Las relaciones con la capital configuran a la Comunitat como el puerto de Madrid. El 91% de los contenedores que pasan por el puerto seco de Madrid proceden de Valencia.
1.285 millones invierte el capital madrileño en empresas valencianas.
6,5 días es el promedio que pasa un turista madrileño en la Comunitat.
91% de los contenedores que manipula el puerto seco de Madrid tienen su origen en el de Valencia. Esta cifra da relieve a la importancia de la infraestructura valenciana. La conexión es uno de los corredores más densos en tráfico de mercancías de España. En toneladas por kilómetro es el segundo a escala nacional.
11.000 millones es el déficit comercial valenciano con Madrid.
8,8 millones de toneladas pasaron por el corredor de mercancías entre las dos autonomías en 2017.
18,6% de los turistas nacionales que llegaron a la Comunitat procedían de Madrid. Esta región se ha convertido en el primer emisor de turistas a la Comunitat por delante de otras autonomías como Andalucía, Castilla-La Mancha o Castilla y León.
La conexión ferroviaria de alta velocidad configura el flujo de viajeros entre Madrid y Valencia que casi se ha triplicado desde la puesta en marcha.
Madrid es el principal accionista de las empresas valencianas y se centra en firmas del sector servicios (1.285 millones). Por su parte, la Comunitat es la principal inversora de las compañías madrileñas y se centra en las actividades financieras y de seguros (5.555 millones).
Las empresas valencianas y madrileñas mantienen intensas relaciones comerciales en términos de compraventa de bienes y servicios. Madrid es la primera región de origen y destino de las operaciones de las firmas de la Comunitat. La capital de España concentra el 33,1% de las ventas nacionales de las empresas valencianas. Y la tendencia es similar con las compras. Madrid se configura como el principal proveedor de las firmas valencianas al concentrar el 35,6% del total.
Los principales sectores exportadores son el comercio, la fabricación de vehículos, la industria de alimentación, bebidas y la construcción. La evolución positiva tiene una relación proporcional con la marcha de la economía madrileña. Como contrapartida, las compras de las empresas valencianas en Madrid se centran en el comercio. El efecto tractor valenciano se focaliza en las actividades profesionales, científicas y técnicas.
Madrid es el segundo destino al que se dirigen las ventas de mercancías de la Comunitat, mientras que en el caso de las compras, la capital se sitúa en el tercer puesto. El saldo comercial es positivo con 11.000 millones. La gran mayoría de las ventas se concentran en la rama de bienes de consumo y de equipo. Por otro lado, la Comunitat es la cuarta región en importancia como destino de las ventas de Madrid, pero está en la segunda posición en bienes de equipo.
Madrid es la tercera comunidad que envía más residentes a la Comunitat, con un peso total del 1,6% sobre el total de población. El número de valencianos en Madrid no ha dejado de crecer desde el año 2000 aunque el peso relativo es sólo del 0,7%. El saldo migratorio fue positivo para Valencia en 2018 por primera vez.
Los ocupados procedentes de Madrid son un 1,6% del total en la Comunitat, mientras que a la inversa suponen el 0,6%. En el caso de los valencianos en la capital, más de dos tercios están en empleos cualificados mientras que el 45% de los madrileños en Valencia trabajan en puestos de alto valor nivel.
La conectividad de Valencia con la capital de España es una de las bazas que tienen las empresas para elegir el cap i casal como centro de sus negocios, tanto por el AVE y la autovía A-3 como por el aeropuerto. Para el próximo año se espera la llegada a la conexión Madrid-Valencia de nuevos operadores ferroviarios para la alta velocidad (Ilsa y Ouigo).
La fundación Conexus apostó desde sus inicios, hace ya diez años, «por fortalecer el eje Madrid-Comunitat Valenciana como palanca de crecimiento económico y pieza clave para afianzar un proyecto de país fortalecido, plural y heterogéneo», explica su presidente, Manuel Broseta, que comenta que el estudio elaborado por el IVIE se marcó «conocer en mayor detalle los flujos socioeconómicos existentes» entre las dos autonomías.
«Siempre se ha dicho que somos dos comunidades muy complementarias a todos los niveles pero queríamos comprobarlo con datos reales y contrastados», añade. Además se abordaron cuestiones que hasta ahora no se habían analizado como la intensidad de las relaciones comerciales o las participaciones accionariales.
A su juicio, «el desarrollo de este eje es la mejor oportunidad para el crecimiento del puerto de Valencia, que sin duda es el puerto de Madrid, y apoyo indiscutible para el corredor mediterráneo. Si tenemos altura de miras, cuanta más colaboración y cercanía haya entre nuestras dos comunidades, más fuertes serán ambas y más contribuirán al desarrollo y prosperidad de España. En ese sentido, entendemos que los empresarios y también los gobernantes de ambas regiones tienen que buscar (por supuesto de igual a igual) generar riqueza y prosperidad mediante diálogo y cooperación, huyendo de enfrentamientos».
Más allá de la autovía A-3 o de la conexión ferroviaria en alta velocidad, el director-gerente de la Cámara de Contratistas, Manuel Miñés, aboga por poner en valor la línea ferroviaria Valencia-Cuenca-Madrid. «Hemos de apostar fuerte por este eje y electrificarlo, ya que la inversión se amortizaría en pocos años», remarca.
«Siendo el puerto de Valencia, junto con Sagunto, el puerto de Madrid, y por la proximidad, por el volumen de mercancías transportadas desde ambos puertos al gran mercado de Madrid, por ser el ferrocarril el transporte más ecológico, resiliente y menor contaminante, por ser el transporte ferroviario el transporte del futuro y estar avalado por los fondos europeos Next Generation... Sobran razones para hacerlo», explica.
«Es, junto al eje mediterráneo y el eje cantábrico, el primer eje ferroviario a poner en marcha», insiste Miñés. «Adaptando el actual trazado de Fuente San Luis-Buñol-EnguídanosCuenca-Aranjuez-Madrid y sus actuales y ampliables puertos secos sería ampliar la posibilidad de que las mercancías y productos agrícolas accedan a un mercado directo de 6,7 millones de personas y otros cuatro millones de provincias cercanas de Castilla y León, Castilla-La Mancha o Extremadura», comenta al tiempo que remarca que hay «un aliado fiel, seguro y colaborativo como es la autonomía y el tejido industrial, comercial y ciudadano de Madrid».
Benidorm, Gandia, Dénia, Xàbia o Benicàssim son algunos de los destinos de costa «más interesantes» para el turista madrileño, explica Alberto Galloso, socio director de Soluciones Turísticas, que apunta que no hay un perfil único de turista procedente de Madrid. Por un lado, el vacacional, sobre todo de sol y playa, «con una estancia larga, de 15-20 días, gasto medio alto y que elige apartamento, hotel. Es un mercado muy importante para la Comunitat».
Por otro, el turismo urbano, «que es el cliente que llamamos de 'city break', que viene el fin de semana a Valencia o a Alicante-Elche. Es un tipo de cliente que puede crecer mucho más. Hay que potenciar ese turismo fin de semana, intentar atraerlo porque ahí hay nicho de crecimiento». «Es un turista que busca el Mediterráneo, el producto arroz, que tiene capacidad de gasto y, además, la gente de Madrid sale mucho. Para ello habría que mejorar las conexiones de AVE en cuanto a frecuencia y precio, que los billetes fueran más asequibles, algo que se podrá ver cuando llegue el AVE 'low cost', Creo que este tipo de turista despegará porque la mayoría del turista vacacional viaja en su coche», detalla Galloso.
Madrid también es importante por «ser puerta de entrada del cliente internacional, sobre todo de Latinoamérica» y por «el cliente de negocios que puede hacer sus eventos en Valencia a un precio más competitivo».
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