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Los supermercados se quedan sin agua por la psicosis colectiva. Paula Hernández

Los cinco grandes bulos de la tragedia

La rotura de presas, el desalojo de poblaciones, la presencia de agua contaminada, la caída del 112 y la necesidad de sangre, mensajes falsos que siembran el pánico en la población

A. Rallo

Valencia

Miércoles, 30 de octubre 2024, 18:15

La gestión de las últimas grandes catástrofes no se puede desligar del uso de las redes sociales. Las plataformas resultan un canal formidable para la comunicación de alertas y la movilización. Pero también se han convertido en un terreno propicio para la gestación y difusión de bulos. Y las perversas consecuencias que todo esto genera. Temor, comportamiento ilógico e incertidumbre. Todo en grandes dosis. Sin mencionar el tiempo extra que los jefes de la emergencia invierten en los desmentidos. El jefe del Consorcio Provincial de Bomberos , José Miguel Basset, fue claro en su mensaje: «Todo esto interrumpe las labores de los equipos de emergencia». Genera, incluso, problemas de orden público.

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El 112 se ha caído. Fue el primer bulo, en la noche del martes. Es cierto que resultaba complicado contactar con el teléfono de Emergencias y numerosos afectados se quejaban de la falta de ayudas. Pero el sistema no se había caído sino que era imposible atender a todas las llamadas que llegaban al servicio. Esta circunstancia hizo que alguien difundiera un nuevo número para las Emergencias que casualmente se correspondía con un servicio de telemarketing. El erróneo mensaje se trasladó con extrema rapidez entre los grupos de mensajería. Mazón terció para desmentirlo en la noche del martes e insistió este pasado miércoles. Se han atendido 30.000 llamadas, pero con la mitad de líneas, por los problemas de cobertura que había generado el temporal.

Evacuación de poblaciones. Fue una constante en la mañana de este miércoles. Primero se habló de Paiporta, más tarde de Alfafar, Sedaví, Benetússer... Se vio incluso a algunos vecinos que caminaban ya por sus municipios con maletas. Los responsables de la gestión de Emergencias se encargaron de desmentirlo. Es más, precisaron, que eso iría justo en contra de lo que necesitaban para trabajar ya que tendrían que destinar efectivos a esa tarea en detrimento de las de Salvamento. Fue de agradecer, en este sentido, la claridad del discurso de Basset que no dudó en admitir las dificultades que planteaba ese hipotético escenario. Un nuevo bulo que añadió incertidumbre a las familias ya suficientemente desesperadas.

Agua contaminada. Otro de los mensajes deliberadamente erróneos. Se difundió que el agua de la ciudad de Valencia estaba contaminada. Nada más lejos de la realidad. La empresa concesionaria, Aguas de Valencia, garantizó el suministro y negó que se fuera a cortar el servicio. No obstante, algunos usuarios de L'Eixample, Algirós y Amistad sí recogieron incidencias en el servicio, como cortes provisionales o falta de presión. El bulo generó un comportamiento irracional, como la compra masiva de agua embotellada. Se repitió, pues, el planteamiento de la pandemia de Covid con el papel higiénico. Numerosos supermercados se quedaron sin existencias. Se repitieron las colas y nervios frente a los lineales. Las patronales de los supermercados, entre las que figuran asociados como Mercadona, Consum y El Corte Inglés, destacaron la «solidez» de la estructura de la distribución alimentaria y el suministro de agua. Del mismo modo hicieron un llamamiento a la calma y al consumo responsable. Pero el acopio ya se había producido.

Rotura de una presa. Esta burda mentira encaja perfectamente en el pasado de los valencianos lo que hace que aumente su verosimilitud. La pantanada de Tous en 1982 dejó un profundo recuerdo en toda una generación pese a que únicamente se contabilizaron ocho muertos. Nada comparado con las cifras y la magnitud de este violento episodio de lluvias. Se habló del riesgo del embalse de Forata y también el de Benagéber. Nada de esto era real, pero el mensaje contribuyó a incrementar la dosis de psicosis. La Confederación Hidrográfica del Júcar emitió un comunicado en el que tranquilizaba sobre la situación en Forata.

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Necesidad de sangre. Es uno de los clásicos bulos que también se integró en esta atmósfera de caos de las últimas horas. Suele ser habitual en grandes accidentes, con múltiples heridos y muertos, como el famoso accidente de metro de 2006. Pero desde Cruz Roja intervinieron de inmediato para certificar que se trataba de una mentira.

¿Qué se esconde detrás de las personas que se dedican a difundir bulos en momentos de máxima desesperación? Por un lado, sin duda, cierto afán de protagonismo. Y la intención de multiplicar el número de seguidores en redes pese a que horas más tarde, como ocurrió en algún caso, el mensaje se borre. Cuando esto sucede, el tuit o el post ya ha conseguido miles de réplicas. Es algo similar a lo que ocurre con el teléfono de Emergencias 112. Las estadísticas muestran que un relevante porcentaje de comunicaciones son bromas, lo que se conoce como llamadas maliciosas.

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