Los peregrinos esperan a la Misa dels Infants. B. H.

Cuatro horas caminando para ver a la Mare de Déu

«Si vienes hasta aquí andando es por un motivo», cuenta emocionada una de las peregrinas de los pueblos valencianos

Domingo, 14 de mayo 2023, 12:38

Llegar a la Plaza de la Virgen con el cuerpo cansado y el alma más despierta que nunca. Los peregrinos de Riba Roja, Benaguacil y Vilamarxant llevan caminando desde las 00 horas para poder ver a la Virgen de los Desamparados. Cuatro horas y ... media de trayecto. Después, otras tres horas y media de espera hasta que comience la Missa d' Infants. Pero para ellos, vale completamente la pena. «Si vienes caminando es porque hay un motivo», cuenta Mónica Aguilar. Se le llenan los ojos de lagrimas al desvelar por qué se ha animado, por primera vez, a peregrinar: «Por la salud de mi familia».

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Mientras confiesa el deseo que le ha pedido a la Virgen de los Desamparados, mira fijamente el tapiz en 3D que preside la plaza en conmemoración al centenario de su coronación. Esperando que escuche sus plegarias. Que le dé fuerzas para afrontar los momentos duros. Para ella, la experiencia «ha sido completamente espectacular». Cerca de cien personas se han animado a llegar desde sus pueblos andando.

El camino ha unido a los vecinos de Riba-Roja, Benaguacil y Vilamarxant. Era tanta la ilusión que han llegado una hora antes de lo que calculaban. Sus pies han dado pasos firmes y rápidos para ver a la Mare de Déu. «Teníamos previsto que estaríamos aquí a las 5:30 y a las 4:30 ya estábamos y llevamos desde entonces esperando a que se celebre la misa», cuenta Fernando San Isidro entre risas.

Él es uno de los organizadores del peregrinaje. La primera vez que participó «era un chaval. Como ella», dice señalando a una niña de unos 12 años. No había vuelto hasta ahora, pero sin duda, lo ha hecho con más ganas que nunca.Con los peregrinos han venido cuatro caballos para marcarles el paso.

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En uno de los carros que arrastraba un equino llevaban a cuestas una pequeña estatua de la Virgen de los Desamparados adornada con luces.

Para que les guiara a lo largo de su camino y les sirviera como faro al que seguir. Con pañoletas azules y chalecos reflectantes, han peregrinado toda la madrugada. Pero, lejos de lamentarse por el cansancio, se sienten alegres y dichosos. Mientras iban sumando kilómetros a su andadura, los problemas y preocupaciones se quedaban más atrás.

Una fe incansable les movía y empujaba a seguir hacia delante. No sólo los más jóvenes se han animado a peregrinar. En el grupo también hay personas mayores como Pepa García. Tiene la cara completamente descansada. Habla de manera animada. «Yo llevo participando desde que empezó, hace 20 años», cuenta la mujer llena de alegría.

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Con un ímpetu que hace pensar que, sin dudarlo, caminaría otras cuatro horas y media más para mostrar su devoción a la Virgen. Ser peregrino conlleva también una gran responsabilidad. «A todos nos han mandado 'recados' nuestros seres queridos para que le pidamos a la Mare de Déu por ellos», desvelan entre risas. Como ha dicho Mónica, sin lugar a dudas el deseo por excelencia es la salud. Porque ese es el motor de la vida. Que el cuerpo esté fuerte y en forma para corresponder a las inquietudes del espíritu. «Pensábamos que íbamos a estar más cansados, pero estamos bien»; cuenta Emma Murthy, otra de las peregrinas.

A pesar de tener que esperar tres horas y media a que comience la Missa d' Infants, no les importa. Aprenden a entrenar su paciencia. Ni siquiera el frío de la madrugada ha podido con ellos. Algunos incluso han optado por ponerse la capucha de su chaqueta. Han conseguido estar en las primeras filas habilitadas en la Plaza de la Virgen para presenciar la homilía.

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Tres horas y media de espera

Cualquiera que les viera, pensarían que son unos privilegiados por poder estar tan cerca en una plaza completamente abarrotada de gente. Sin embargo, detrás hay una historia de sacrificio. De constancia. De aparcar, por un momento, sus vidas cotidianas para mantener viva su Fe. Las campanas del Miguelete que anuncian que va a comenzar la Missa d' Infants hacen que los peregrinos se estremezcan.

No son capaces de expresar con palabras lo que supone para ellos este acontecimiento. Además, teniendo en cuenta que se celebra el centenario de la coronación de la Virgen de los Desamparados. Su peregrinaje les ha convertido en protagonistas de un hecho histórico.

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Tienen a mano los pañuelos. Cuando empiezan a oír cantar a los niños de la coral Juan Bautista Comes, del Conservatorio Municipal José Iturbi, rompen a llorar de la emoción. Todos ellos se sienten alegres de haber emprendido la caminata. De hecho, se sienten motivados para realizar experiencias similares. «¿Si esto ha sido tan bonito cómo debe ser hacer el camino de Santiago? Podríamos mirarlo», comentan entre ellos, presas del subidón de energía que les ha aportado una vivencia tan mágica.

Lo que les llena el corazón es saber el viaje de fe, ilusión y penitencia que han recorrido juntos y que están a punto de recibir a la Mare de Déu con el alma purificada por su peregrinaje.

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