Cuatro rostros de la quinta ola en la Comunitat

Una militar que ha vuelto a rastrear, un médico que no para en primera línea, una joven contagiada y un mayor que asiste consternado al aumento de casos cuentan cómo se enfrentan al nuevo repunte

P. M.

Lunes, 26 de julio 2021, 00:10

Una militar que ha vuelto a rastrear, un médico que no para en primera línea, una joven contagiada y un mayor que asiste consternado al aumento de casos cuentan cómo se enfrentan al nuevo repunte.

Publicidad

Patricia Montañana | Estudiante

«Conozco a más confinados este mes que a personas que no»

Conozco ya a más gente que ha estado y está ... confinada en estos últimos meses que a personas que no. Soy Patricia Montañana, tengo 21 años, estudio Periodismo y hago prácticas como periodista. El 14 de julio fui notificada como contacto estrecho. Ese día empezó mi cuarentena.

Cada vez somos más los confinados. Si me llegan a decir hace un par de semanas que me iba a tocar no lo hubiese creído. Es difícil pensar en que estás haciendo una vida relativamente 'normal', tomando las medidas de seguridad y que, a pesar de ello, estés viendo la vida a través de una ventana.

En el momento que se me avisó de que la persona con la que había estado en contacto durante una tarde era positivo no me lo creí. Llevo desde que llegó el coronavirus esquivándolo. Ahora, tengo que encerrarme por precaución. Fue un golpe de realidad que, por desgracia, no muchos viven en ella.

Publicidad

Noticia Relacionada

Mi caso no ha sido muy inusual. Tras haber dado negativo en dos pruebas de antígenos y una PCR, a los seis días de mi contacto estrecho, empecé a manifestar síntomas. El primer día supuse que sería un constipado. Cuando me dijeron al tercer día que era positivo, no quería creérmelo.

La vida como confinada es desesperante. No poder salir de casa se me está haciendo eterno. Obviamente existen los típicos entretenimientos, pero nada comparable a levantarte, irte en mi caso a trabajar, estar con gente... Aquí encerrada, me doy cuenta de todos esos detalles.

Publicidad

«Si me llegan a decir hace un par de semanas que me iba a tocar, no me lo hubiera creído«

Resulta increíble cómo cada vez somos uno al que le toca quedarse en casa. Por suerte y si todo va bien, mi confinamiento acaba el mismo día que me voy a pasar un fin de semana con mis amigas.

Esta situación a la que me ha tocado llegar me ha hecho reflexionar y darme cuenta de que tenemos el Covid persiguiéndonos sin parar y no podemos bajar la guardia ni un minuto. Seamos conscientes de que esto todavía no ha acabado y que todavía queda mucho camino por recorrer.

Publicidad

Noticia Relacionada

Lorena García | Rastreadora en Marines

«Ya he pasado dos veces de los misiles a los contagios»

La cabo primero de Artillería Lorena García lo tiene muy claro: «Si no derrotamos al virus al menos lo debilitaremos, lo atenuaremos y aprenderemos a vivir con él». Es su reflexión tras ser activada por segunda vez para colaborar con Sanidad, junto a otros 49 compañeros militares de Marines, en las tareas de rastreo de contagios.

La pandemia ha llegado a requerir la movilización de hasta 300 rastreadores miembros de las Fuerzas Armadas. Ahora son medio centenar los empeñados en esta tarea crucial para conocer los contactos estrechos de los positivos, cuantificar brotes y seguir la pista al virus.

Publicidad

«Hasta antes de la pandemia mi labor consistía en supervisar los componentes de una de las tres baterías antiaéreas Patriot» del Ejército de Tierra y con base en el acuartelamiento valenciano de Marines.

«Si no derrotamos al virus, lo debilitaremos y aprenderemos y aprenderemos a vivir con él», reflexiona desde su puesto en Marines

Pero cuando el virus irrumpió en nuestras vidas las Fuerzas Armadas se apresuraron a formar a sus hombres y mujeres en la guerra contra el enemigo invisible.Y en ella interviene Lorena, una conquense, madre y afincada en Marines. «Primero fui requerida en febrero, con la tercera ola, después regresé a mi tarea habitual militar y ahora, otra vez aquí. He pasado ya dos veces de los misiles a los contagios», resume desde su puesto en la base valenciana. «El ir y venir de una función a otra no es problema, se trata de servir a los demás y por eso entré en el Ejército. No importa lo que hagamos», valora. «Mis vacaciones son en agosto y de momento las mantengo, pero si esto pega ahora una subida ya no sé qué pasará. Con la pandemia no puedes hacer demasiados planes a largo plazo».

Noticia Patrocinada

La artillera y rastreadora es testigo del cambio en el perfil de contagios: «Esencialmente el rango de edad. Antes, de 40 en adelante. Ahora, la mayoría entre 15 y 30». A su entender, «han dado más libertades y los jóvenes han llegado a las vacaciones como 'miuras'». Pero «no es correcto centrarlo sólo en ellos. Creo que nos hemos relajado todos ante una variante más peligrosa». También se ha encontrado con «vacunados positivos con las dos dosis. Y es que la vacuna no es un milagro, es sólo una ayuda» en el complicado combate.

Antonio Monrabal | Atención Primaria

«Sospechaba que habría un rebrote, pero no me esperaba esto»

«La gente le pierde el miedo a la pandemia porque nos acostumbramos al riesgo, y cuanto más jóvenes son, más se acostumbran. Hay personas que piensan que esto le pasa a los demás, a ellos no». Antonio Monrabal, médico de familia en el centro de salud de Luis Oliag de Valencia y vicesecretario del Colegio de Médicos de la provincia señala que el exceso de confianza y la relajación en la adopción de medidas de prevención tienen mucho que ver con la actual explosión de contagios. «Esta quinta ola se le ha perdido el miedo porque hay pocos casos graves y los hospitales no están a tope», pero «la cantidad de gente que consulta por Covid es altísima». «El nivel de realización de PCR es igual o superior a las que hacíamos en enero, cuando llegábamos en mi centro a unas 90 diarias», pero «teniendo en cuenta que estamos con un 40 o un 50% menos de personal del que había en enero», lamenta el especialista. «Esperaba que pudiera haber un rebrote en cualquier momento, pero no me esperaba esto».

Publicidad

«Llamé a una familia para hacerles la PCR y el hijo, positivo desde hacía cinco o seis días, se había ido de fiesta y no había vuelto»

Este facultativo cree que la Administración debería haber impulsado una campaña de concienciación ciudadana para recordar que «el virus está ahí fuera, no se ha ido, y queda mucha gente sin vacunar»; y de esta forma reducir la relajación de la población o, por ejemplo, los incumplimientos de cuarentenas y recomendaciones. Al respecto, recuerda algunos casos llamativos de las últimas semanas. «Llamé a una familia para decirles que tenían que venir a hacerse la PCR y me dicen que el hijo se había ido de fiesta por la noche y no había vuelto. Era positivo desde hacía cinco o seis días y contra esto no se puede hacer absolutamente nada, seguir llamándole y decirle que eso no se hace». «Y tenemos abuelos vacunados que han cogido una infección grande por el nieto», «personas que se plantan en la consulta sin cita y con síntomas Covid», o «una familia de positivos que, pese a decirles que no utilicen el transporte público vienen en taxi, poniendo en riesgo la vida del taxista...».

Monrabal, sin embargo, se muestra relativamente optimista, puesto que parece que en los últimos días se está empezado a doblegar la curva. «Puede que lo notemos en ocho o diez días».

Publicidad

Sebastián Bravo | Pensionista

«Me preocupa la deriva de todo esto, parece que no tenga fin»

Con 84 veranos a sus espaldas, Sebastián Bravo asegura no haber vivido una situación equiparable a la que ha provocado la pandemia. «He vivido épocas duras, de necesidad, de trabajar mucho. Pero esta situación de incertidumbre constante, sobre una enfermedad desconocida que no sabes si puede acabar con tu vida o la de los tuyos... eso nunca», relata este jubilado que reside en Alaquàs.

Sebastián trata de llevar su vida con normalidad, sobre todo desde que le vacunaron. «Me preocupa la situación, porque ha tomado una deriva que parece que no tenga fin. Pero yo, por mi parte, trato de hacer mi vida con normalidad», explica frente al portal de su casa, después de haber dejado la comida a fuego lento.

Publicidad

Y es que, en su rutina diaria no ha cambiado nada. Se levanta por las mañanas y se toma su café con leche mientras escucha las noticias en la radio. Luego, hace un repaso general por la casa, donde vive con su hijo Antonio, para ver si hay necesidad de limpieza. Casi todas las mañanas sale a la calle para comprar y hacer sus recados. Al preguntarle si teme contagiarse en el supermercado, manifiesta su confianza máxima en la vacuna. «Hay que vacunarse, muchos científicos han estado volcados en desarrollarla. Yo, además, todos los años me vacuno contra la gripe», añade.

«Hay que vacunarse, muchos científicos se han volcado en desarrollarla»

Si no tiene gestiones pendientes, como él dice, siempre tiene algo que hacer en «la planta baja», un local de su propiedad donde, aparte de alquilar plazas para vehículos, tiene un cuarto con herramientas para realizar pequeñas reparaciones domésticas. «A mí no me gusta estar parado», agrega.

Es por la tarde cuando Sebastián disfruta de los paseos con su hermano Jose y con algunos amigos. «De vez en cuando nos tomamos una cerveza en la terraza de un bar que hay en un parque cercano», confiesa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad