A. Talavera
Alzira
Viernes, 8 de noviembre 2024, 09:44
42 años han pasado desde que por primera vez un Papa pisara suelo valenciano. Era el 8 de noviembre de 1982 y Juan Pablo II hizo parada en la ciudad del Turia donde veneró el Santo Cáliz, y la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Además, tuvo encuentros con los ancianos, los sacerdotes y los seminaristas.
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Esta visita fue muy especial porque no se limitó a visitar la ciudad de Valencia, Juan Pablo II también quiso estar cerca de los vecinos de la Ribera, afectados pocas semanas antes por la pantanada de Tous. Ahora, 42 años después, tanto esta comarca como gran parte de la provincia de Valencia vuelven a estar sumidas en la desolación por una gran inundación que ha superado en víctimas a la que provocó la rotura de la presa de Tous.
El Papa aterrizó por la tarde en la Muntanyeta de Sant Salvador de Alzira, un lugar reconvertido en helipuerto y que permitía al Pontífice una visión amplia desde las alturas de los estragos de aquella inundación. Más de 5.000 personas lo esperaban en la explanada pero muy pocas pudieron acercarse a él ya que la seguridad era muy férrea.
Este acto, organizado por el Opus Dei, estuvo presidido por una gran pancarta en la que se podía leer 'Totus tuus'. Juan Pablo II firmó en el libro de oro de la ciudad de Alzira y al entrar en el Santuario de la Mare de Déu del Lluch una coral lo recibió con sus melodías.
El Papa se arrodió frente a la imagen de la patrona de la ciudad y rezó durante unos minutos, luego salió al exterior y desde la terraza dirigió unas palabras a los vecinos. Personas que habían acudido andando, muchas de ellas al haber perdido sus vehículos, de diferentes pueblos de la comarca. «Allí donde haya una persona que sufra debe haber un hermano que le ayude», fueron algunas de las palabras que dirigió a los fieles en esos difíciles momentos.
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Tras esto, repartió bendiciones entre los allí presentes. En este Santuario todavía se guardan los azulejos que pisó Juan Pablo II y están expuestos en un lateral del templo pese a que se hizo una reforma. Un recuerdo de una visita histórica.
En esta ocasión el actual Papa Francisco no se ha desplazado hasta Valencia pero en el ángelus del pasado domingo pidió oraciones por todos los afectados por la gota fría más grave del siglo en España.
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«Continuemos rezando por Valencia y por los demás pueblos de España que sufren tanto estos días. ¿Qué hago yo por la gente de Valencia? ¿Rezo, ofrezco algo? Piensen en estas preguntas», ha declarado Francisco al término del rezo. Con esta alocución son ya varias las veces en los últimos días en las que el Pontífice se ha referido a la DANA y ha tenido gestos con los afectados valencianos.
El Papa envió el viernes un videomensaje a través de la Conferencia Episcopal Española en el que expresó su «cercanía» a toda la población de Valencia «en este momento de catástrofe». En los últimos días también ha llamado personalmente al arzobispo de Valencia, Enrique Benavent.
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Además, este jueves Francisco también volvió a expresar su cercanía a Valencia en la audiencia que ha mantenido en el Vaticano con religiosas del Convento de Agustinas de Talavera de la Reina. El Papa ha asegurado: «Estos días estoy muy cerca de España por la tragedia de Valencia».
Además, el Pontífice, que este miércoles rezó ante la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad, ha constatado un gran conocimiento de lo que está sucediendo en España por las inundaciones. «Están sufriendo tanto allí, tanto. Y ahora parece que Barcelona también está con un poco de problemas, nada más que -como ya están un poco duchos en cómo manejar la cosa- están haciendo, están reprimiendo», ha asegurado, tras mostrar nuevamente su cercanía a los afectados por la DANA.
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Una cercanía también del entonces máximo representante de la Iglesia que hace 42 años que voló en helicóptero hasta la Muntanyeta de Sant Salvador en Alzira para dirigir unas palabras a los miles de damnificados que allí le esperaban. Y es que el Santuario de Nuestra Señora del Lluch que preside esta pequeña montaña en la ciudad fue uno de los lugares donde se refugiaron centenares de personas cuando el agua inundó sus casas. Desde este mismo lugar el Papa Juan Pablo II quiso mandarles su ánimo en unos momentos muy difíciles.
En aquel momento ya habían pasado 19 días de la gran tragedia y la zona poco a poco intentaba recuperarse. Una recuperación que todavía no se ha conseguido tras el paso de esta voraz DANA.
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