Dos meses y cinco días. Ese es el tiempo que los más de mil vecinos de la urbanización Montecorona de la localidad de Ador, en ... la Safor, han estado sin agua potable. Han tenido que cargar con garrafas, comprar del supermercado o esperar a un camión cuba que llegaba en momentos «muy puntuales y en horas muy poco prácticas, a las 11 de la mañana por ejemplo», como ha precisado Teresa Bertó, una de las afectadas durante este tiempo.
«A esas horas, días entre semana, la gente está trabajando», ha agregado. El problema apareció el 3 de abril. «Nos comunicaron por un grupo de mensajería instantánea, de vecinos, que el agua de nuestras casas no era potable. No fueron formas, tendría que haber dado la cara aquí ante los vecinos el Ayuntamiento de Ador o la empresa concesionaria del servicio; se limitaron a enviar un mensaje por un canal que no era oficial», ha relatado la vecinoa.
Tras esto, dos meses y varios días de penurias para los vecinos del residencial. «Convocaron después una reunión en el Ayuntamiento y explicaron que el agua tenía niveles altos de un plaguicida, de terbumetón». Eso es lo que obligó a la empresa a avisar de que el agua había dejado de ser potable y que no se podía consumir. «Nos han dado agua con plaguicidas durante años», ha añadido.
«Hemos estado dos meses sufriendo, teniendo que cargar con agua para todo, tanto para guisar como para lavar los alimentos», ha agregado Bertó. Pero esto no ha sido todo, ya durante ese tiempo advirtieron al Ayuntamiento de Ador y a la concesionaria del agua que no estaban dispuestos a pagar por un servicio deficiente.
«El agua que llegaba del pozo Notari no era potable por el plaguicida y han buscado una conexión con otro nacimiento de agua donde los niveles tienen el visto bueno de Salud Pública». Pero, pese a todo, Bertó y el resto de vecinos de las aproximadamente 300 viviendas no están dispuestos a que se les engañe después de lo que han pasado estos dos meses.
«Cuando no podíamos consumir el agua ya dijimos que no la íbamos a pagar a precio de un recurso potable y todo eran buenas palabras y darnos la razón, desde el Ayuntamiento y desde la empresa concesionaria, pero ahora todo ha cambiado», ha indicado la vecina.
Recibos elevados
Bertó asegura que les ha venido el último recibido «hace unos días» casi más caro que los anteriores, «teniendo en cuenta que hemos gastado mucha menos agua es más elevada la factura». En su caso el cobro ha sido de 103 euros, cuando el anterior, cuando se consumía el agua para todos los usos fue de 111 euros».
Bertó y sus vecinos que ya se han quejado a la empresa cuentan que la concesionaria literalmente «se lava las manos». «Nos han dicho que ha sido Salud Pública quien ha modificado los niveles de lo que puede contener el agua. En el caso de este plaguicida, que lleva presente desde 2002, hasta hace unos meses estaba permitido un nivel más alto, que, según la empresa, se ha rebajado».
Por esto, ha indicado, la concesionaria defiende que siempre ha cobrado lo que tocaba. Pero los vecinos entienden que en el momento que los parámetros cambiaron, la empresa tenía que haber dado una alternativa, no dejarlos sin agua potable durante más de dos meses.
Los vecinos están en pie de guerra y ya han dicho que no se van a dejar amilanar por la empresa ni por el Ayuntamiento, que parece el «gran desaparecido» en esta historia. Vamos a reclamar ante Facua, el Defensor del Pueblo, Omic y el Servicio Territorial de Comercio y Consumo.
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