-RY16upaZU6SaanTL1pMAeMO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
-RY16upaZU6SaanTL1pMAeMO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Las inundaciones provocadas por la dana afectaron, en el ámbito educativo, a más de 48.000 escolares de un centenar de escuelas públicas. La inmensa ... mayoría han podido retomar la presencialidad, la rutina escolar. Bien en sus centros -muchos de ellos siguen reparándose- o en instalaciones de acogida, en caso de que sus escuelas resultaran especialmente dañadas. Y entre estas al menos seis tendrán que reubicarse en barracones a la espera de que se realicen las rehabilitaciones pertinentes. O incluso reposiciones o nuevas construcciones, lo que supondrá que las comunidades educativas pasarán varios cursos en situación de provisionalidad.
Además, las riadas dañaron otros 26 colegios concertados, que en algún caso también tendrán que recurrir a aulas prefabricadas para reubicar a parte del alumnado. En total, según los datos de matrícula que publica el Portal de Transparencia de la Generalitat, 3.643 estudiantes acabarán en barracones, que si todo va bien estarán funcionando, como tarde, tras las vacaciones de Semana Santa.
Desde la Conselleria de Educación ya se ha confirmado este escenario para el estudiantado del instituto Alameda de Utiel (388 alumnos, entre Secundaria y FP), el del colegio de Infantil y Primaria Orba de Alfafar, cuyas instalaciones están precintadas por riesgo de desplome en dos de los pabellones (262) y para los del Ceip Horta de Paiporta (321), que también tiene varias secciones afectadas a nivel estructural.
El listado incluye, de momento, otros centros que tras las inspecciones técnicas fueron marcados con un código rojo, lo que implica un traslado provisional a la espera de determinar su futuro. Según ha podido confirmar LAS PROVINCIAS, se trata del Blasco Ibáñez de Alginet (399), el Lluís Vives de Massanassa (444) y el IES Berenguer Dalmau de Catarroja (1.429, contando al alumnado de FP). La lista se completa con el concertado Larrodé de Catarroja, que hará lo propio con 400 estudiantes de Secundaria aprovechando parte de su patio.
Noticia relacionada
Esta misma semana, durante una visita a Utiel, el conseller José Antonio Rovira recordaba que la instalación de prefabricadas con los necesarios servicios de un centro completo requiere de varios meses. Y que el objetivo, tras las reubicaciones para poder recuperar la actividad, pasa por conseguir que el alumnado vuelva a su entorno. También advirtió de los plazos de ejecución de las futuras infraestructuras educativas. «Se tarda meses, sino años, en construir un colegio, por eso vamos a instalar prefabricadas estables para que puedan retornar a sus localidades», dijo.
Aunque a día de hoy es imposible determinar los plazos -aún no se ha alcanzado a la fase de obras de reconstrucción- sí se han llegado a estimar en algún caso. Por ejemplo, en el Berenguer Dalmau de Catarroja, el centro más grande del listado. La pasada semana se informó a las familias de que podrían pasar entre dos y tres cursos en los barracones, pues las instalaciones originales deben ser demolidas y levantadas de nuevo.
En Larrodé la situación es distinta. La previsión es empezar el montaje la próxima semana para que puedan ocuparse en febrero. Y para finales de curso se confía en haber finalizado las reparaciones de la planta baja para que puedan volver a ocuparlas los alumnos de Infantil y Primaria, actualmente reubicados en las superiores, que son las propias de Secundaria. Estos alumnos, tras la dana, están recibiendo docencia online.
No son los únicos formándose a distancia. También lo hacen los de la ESO del Berenguer Dalmau, pendientes de ser reubicados presencialmente y en horario de mañana en centros de Mislata y Picassent. Incluidos los de Bachillerato, que estudian por las tardes en instalaciones del grupo Florida. Se espera hacerlo en un plazo de dos semanas.
Además, hay alumnos, alrededor de setecientos, que ni siquiera han recuperado la actividad, como sucede con los niños del primer ciclo de Infantil, pues al menos once guarderías siguen cerradas por los daños sufridos.
Por otro lado, los centros que han podido volver a la rutina todavía tienen un largo camino que recorrer para poder hablar de normalidad. Es el caso de los Ceips Horta, Rosa Serrano y Lluís Vives de Paiporta, cuyas Ampas se concentraron el jueves en la sede de la conselleria para reclamar soluciones a la pérdida de horas de clase (en los dos primeros, por los desplazamientos en autobús a los centros receptores o la necesidad de adaptarse a sus horarios) y de servicios como el comedor o las extraescolares.
No son las únicas carencias existentes en la zona cero. También se dan casos de falta de espacios adecuados o de masificación. En el Vil·la Romana de Catarroja, acogido en otros dos centros de la localidad, ha sido necesario reunir dos unidades del mismo nivel (por ejemplo, dos 1º de Primaria) en un solo espacio, lo que implica que dos docentes deben atender a medio centenar de niños juntos en una aula que no tiene las dimensiones necesarias, lo que dificulta, y mucho, el trabajo. La próxima semana la situación mejorará ligeramente con el traslado de parte del alumnado al centro de origen -en plantas altas- aunque todavía existirán algunas unidades 'fusionadas' en los receptores.
En el IES María Carbonell de Benetússer, ante la anegación de la planta baja, ha sido necesario convertir todos los espacios posibles en aulas (incluidos los laboratorios), y esta misma semana se ha podido empezar a utilizar, parcialmente, la calefacción. Un servicio del que no disponen todavía en el 25 d'Abril de Alfafar, que además sufre problemas de conectividad (la conexión a internet es irregular) y ha tenido que organizar dos turnos de patio al no tener todo el espacio disponible, lo que ha obligado a adaptar el horario lectivo de parte de su alumnado.
En el IES Albal, por su parte, se enfrentan a la dificultad de organizar la apertura y cierre de las instalaciones al disponer de una única conserje -hay una baja pendiente de cubrir-, teniendo en cuenta que el alumnado se reparte en tres espacios distintos. Además no hay línea telefónica y funcionan con terminales con tarjeta del Ayuntamiento y, sobre todo, con los personales. Tampoco tienen ascensor, como en Alfafar, una barrera enorme para alumnos con movilidad reducida.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.