A partir del lunes los alumnos no podrán tener el móvil encendido en el interior de los centros educativos. El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana ha publicado este viernes la resolución de la Conselleria de Educación por la que se prohíbe su uso ... a los estudiantes en los colegios e institutos.
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Los expertos se plantean si esto es suficiente y si se debe ir más allá como proponen en Francia. Una comisión de estudio ha presentado sus conclusiones al presidente de la República, Emmanuele Macron, en la que van más allá. Los componentes de este organismo advierten de que las redes sociales son factores de riesgo de depresión o ansiedad y consideran alarmante la exposición de los niños a contenidos pornográficos y violentos.
Como consecuencia, los expertos han apostado por impedir cualquier uso de las pantallas a los niños menores de tres años, y que se limite el acceso a los que tienen entre tres y los seis años a contenidos de calidad educativa acompañados por un adulto.
También proponen prohibir los móviles a los menores de 11 años, mientras que hasta los 13 años no se permita que tengan un teléfono con internet. Desde esa edad apuestan por proporcionan un teléfono inteligente sin acceso a las redes sociales y sólo permitirlo, limitado a lo que se conocen como redes éticas, a partir de los 15 años.
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La psicóloga y profesora de Educación de la Universidad Cardenal Herrera-CEU ha señalado, respecto a la prohibición de utilizar los móviles en los colegios e institutos, que hay que aplicar el término 'innovar' que en su segunda acepción significa volver algo a su anterior estado y se pregunta si no «se habrá llegado tarde para esta generación». En este sentido, ha expresado que «es muy fácil descontrolar pero muy complicado volver a controlar».
También ha señalado que la excepción de que se podrá usar el móvil por motivos pedagógicos que recoge la resolución «me parece un coladero porque quién es el que decide que se pueden usar», se pregunta López.
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Por otro lado, se ha mostrado partidaria de prohibir a los menores el uso de los móviles fuera del ámbito escolar. «Del mismo modo que se prohíbe el tabaco o el alcohol o el tabaco para su protección, hay que hacer con el teléfono. Es por su bienestar y por su salud mental y social», ha explicado y se ha mostrado partidaria de dar muchos más pasos hacia delante.
Rocío López ha apostado por lo que llama «desempantallarse porque el uso es adictivo». En este sentido, ha recordado que se considera abuso de las pantallas estar tres o cuatro horas ante ellas y a partir de ahí ya se convierte en una adicción. «Estamos ante una digitalización descontrolada», ha afirmado la profesora del CEU.
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Además, ha considerado que la prohibición del móvil en las aulas se puede quedar en nada si las familias «no van en la misma dirección» con medidas como favorecer las alternativas al uso de las pantallas, hacer cosas todos juntos o poner límites a los menores.
Este profesor, que además es presidente de la sección de Educación del CSIF, se ha mostrado partidario de prohibir los móviles en el ámbito educativo. «Es algo positivo y necesario», ha explicado. Pero ve que existe un problema y es que «nos va a ser muy difícil concienciar al alumnado. Va a pasar tiempo hasta que todo el mundo lo tenga claro».
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En este sentido, Seco se ha mostrado partidario de un gran acuerdo nacional para limitar el uso de las nuevas tecnologías a los menores. Pero lo ve difícil de alcanzar en estos momentos por el alto grado de crispación entre los partidos. «Tendría que ser una comisión formada por expertos para concienciar a la ciudadanía que es necesario porque ciertos contenidos pueden ser nocivos a ciertas edades», aclara Seco.
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Seco ha apuntado que «a ciertas edades el acceso libre a determinados contenidos y tecnologías va en menoscabo del alumno». Además, en cuanto a la prohibición aprobada por la Conselleria de Educación ha señalado que más que prohibir «lo que hay que hacer es educar y hacer pedagogía. Explicar porqué se toma esta medida».
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José Seco también ha señalado que desde el punto de vista del sindicato la decisión de la conselleria es «es importante y necesaria».
«Es una buena medida para la promoción de la salud en términos generales», ha explicado Andrea Soler, psicóloga y orientadora educativa en un instituto de Secundaria en referencia a la prohibición de Educación de vetar el uso del móvil en los centros educativos. También ha considerado que no hay que centrarse tanto en el punto de vista punitivo y trabajar la medida desde el proyecto educativo.
Por otro lado, ha considerado que a partir del lunes «hay que estar atento a la adaptación de los jóvenes. Es cierto que en algunos casos el móvil podía dar lugar a ciberbullying, pero también para otros alumnos era un refugio. Hay que fijarse y ver conductas alternativas».
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Por otro lado, se ha mostrado partidaria de limitar el uso de las pantallas, «pero no se puede dar la espalda a la sociedad y estamos en una sociedad digitalizada. No podemos ser ajenos a esta realidad».
Soler ha indicado que hay que imponer límites y educar en el uso de las nuevas tecnologías, «unas limitaciones que en ocasiones también se podrían poner en determinados ambientes laborales». Además, ha añadido que «está bien que se aplace el uso del móvil, pero debe ser explicando que es para promoción de la salud y desde la pedagogía».
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Ha matizado también que no se puede ir contra corriente y ha apostado por medidas que «limiten el uso abusivo pero no desde la prohibición pura y dura».
Por otra parte, ha añadido que los padres y los profesores deben dar ejemplo a los alumnos. «Lo que no podemos hacer es cargar las tintas con la adolescencia que tiene muchas cosas positivas. Hay que enseñar a usar estos dispositivos de forma responsable», ha explicado.
Salvador Silvestre es experto en derecho digital y miembro de la junta directiva del Colegio de Abogados de Valencia (ICAV). Considera que la decisión de prohibir el uso de móviles en centros educativos es «adecuada» y se muestra partidario de limitar su uso entre los menores.
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En cuanto a las medidas propuestas en Francia, Silvestre ha señalado que son consecuentes con la legislación europea. En este sentido, ha recordado que la ley de protección de datos española marca los 14 años como la edad en la que el menor puede autorizar el uso de sus datos sin control de sus padres o tutores. «Por debajo de los 14 no se puede sin autorización del padre», aclara. En este sentido se refiere al consentimiento que hay que dar en los términos de uso de la mayoría de redes sociales. «Hay que protegerlos También de las estafas y engaños que se producen a través de internet», apunta este abogado.
Silvestre recuerda que con un smartwatch el menor puede grabar a sus compañeros. «Debe limitarse el uso a los menores. No tienen la necesaria madurez», ha destacado y añade que las herramientas tecnológicas les permiten hacer bullying o tomar imágenes sin permiso. «Se les ha autorizado en una edad temprana y no hacen un uso acertado de la tecnología porque no tienen el criterio suficiente y, por ejemplo, no pueden entender las condiciones de una red social», ha indicado.
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Por otro lado, ha indicado que se debe limitar las horas que están los jóvenes con el móvil «porque es limitar el riesgo». Aunque ha reconocido que cada vez es más difícil controlar a los menores «por eso es importante formarlos».
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