La delincuencia al volante se agrava tras la pandemia y supera las 11.000 condenas

A grandes rasgos, un conductor se convierte en delincuente cuando circula a una velocidad muy excesiva respecto al límite permitido, cuando lo hace bajo una gran influencia de alcohol o drogas, cuando actúa con temeridad o desprecio a la vida, si se niega a someterse a controles o si conduce sin permiso, entre otros motivos.

De las más de 34.000 personas que acabaron el año pasado sentenciadas por cometer delitos, alrededor de un tercio son delincuentes viales. Esos 11.000 sentenciados (una media de 27 diarios) superan a los 10.712 de 2019 y a los 10.779 del año 2018. En el año de la pandemia las cifras se desplomaron por el confinamiento y el parón de la actividad judicial.

Por provincias, es en Valencia donde el problema de la delincuencia vial se dispara, al pasar de las 4.829 sentencias de 2019 a las 5.102 del año pasado. De todas las conductas que dan lugar al delito contra la seguridad vial, la inmensa mayoría se deben al consumo de alcohol y drogas. En concreto, cerca de 6.800 de los condenados lo fueron por este motivo.

En segundo lugar, aparece la ausencia de permiso de conducir, bien por no habérselo sacado nunca o por tenerlo retirado por orden judicial sin hacer caso al dictamen en cuestión. Por esta causa se impusieron 3.420 sentencias, según la Fiscalía.

Con motivo del aumento de la siniestralidad durante el verano, el catedrático de Seguridad Vial y presidente de la Federación Española de Seguridad Vial (FESVIAL) ya lanzó estas advertencias: «Hay mucha gente que está más desentrenada porque ha conducido poco o nada durante meses en las carreteras».

Además, «estamos más alterados, hay más agresividad, más distracciones, se duerme peor y estamos más preocupados». Se suma un mayor consumo de medicamentos psicotrópicos. Y mucha gente, «para enfrentarse con la postpandemia o situación de crisis actual consume más alcohol y drogas».

La Fiscalía de Valencia también se detiene a analizar la evolución en la ciudad. Se aprecia un aumento de los accidentes en relación a 2020, si bien bajan respecto al año anterior. De los 17 fallecidos que hubo en 2019 se pasó a 10 en 2020 y a 7 en 2021, de acuerdo con los datos facilitados por la Policía Local al Ministerio Público.

La delincuencia vial deja conductas tan letales como la tragedia sucedida el pasado 30 de mayo en Canals. Un hombre mantuvo una discusión en un pub de la localidad y salió enfurecido en busca de unas persona a las que acusaba de haberle golpeado.

Pero según las investigaciones, lo hizo sin las más mínimas cautelas. Se puso al volante de su coche y circuló en contradirección y a gran velocidad por una céntrica calle de la localidad. En su alocado avance, el conductor mató a una joven pareja que paseaba de madrugada por la zona y luego acabó volcando. Para colmo, dio positivo en la prueba de alcohol y drogas.

Otro ejemplo de la gravedad de algunos de estos casos. En septiembre del año pasado la Policía Nacional arrestó un conductor de 27 años que atropelló a dos jóvenes en el barrio de la Fuente San Luis. Causó daños en tres vehículos y luego cayó con su coche al nuevo cauce del Turia al sufrir un accidente en la V-30 en el término de Valencia.

El individuo fue apresado tres horas después al ser sorprendido por una patrulla cuando intentaba sustraer una motocicleta en una calle de Patraix. Los hechos se iniciaron sobre las cinco de la madrugada.