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D. GUINDO
VALENCIA.
Sábado, 13 de agosto 2022, 23:48
Las espirometrías son estudios diagnósticos que miden la cantidad de aire que pueden retener los pulmones de una persona y la velocidad de las inhalaciones y las exhalaciones durante la respiración; pruebas que, entre otros procedimientos, facilitan el trabajo de los neurólogos en la asistencia que prestan a los pacientes. Sin embargo, en departamentos como el de Xàtiva-Ontinyent, la demora media para someterse a una espirometría roza los cinco meses, en otros como el Hospital General de Alicante o el de Vinaròs los cuatro; y en áreas de salud como la Ribera o Gandia superan los tres meses. Estas esperas se suman a los retrasos que sufren los pacientes para tener cita con el neumólogo, y que alcanzan los nueve y hasta los doce meses, como avanzó LAS PROVINCIAS el pasado viernes. La falta de suficientes profesionales y la atención al Covid persistente son dos de las razones que explican este incremento de las esperas.
En el caso de las espirometrías, cerca de 6.000 pacientes estaban en lista de espera en junio para someterse a esa prueba, aunque en algunos departamentos como el de Orihuela o Elche las demoras son mínimas, según la respuesta parlamentaria ofrecida por la Conselleria de Sanidad al diputado y portavoz de Sanidad del Grupo Popular en Les Corts, José Juan Zaplana, información que también recogió este diario a finales de julio.
Las esperas para estas pruebas, por tanto, no hace más que agravar la demora que sufren los pacientes a la hora de ser atendidos por los neumólogos en la red pública. El déficit de especialistas -apenas se han creado nueve plazas estructurales en esta especialidad tras el cese de los refuerzos Covid en mayo, entre ellos medio centenar de neumólogos-, las prácticamente inexistentes sustituciones de bajas y vacaciones -por las precarias condiciones ofertadas-, y las secuelas que está dejando el coronavirus en los contagiados están detrás del atasco que sufre una de las especialidades que mejor funcionaban hasta ahora en la sanidad pública valenciana. Ante ello, los profesionales reclaman a Sanidad que en la futura remesa prevista para septiembre se atienda la situación con la creación de un número de plazas adecuado, así como que se refuercen los equipos que realizan tanto las espirometrías como el resto de pruebas diagnósticas
«Somos el paradigma de enfermo crónico y tenemos que asumir muchos pacientes que están en el limbo. Esa cantidad ha aumentado por el Covid persistente, porque los enfermos se quejan de fatiga. Y si aumentamos el número de pacientes y no el de profesionales de manera relevante no podemos asumirlo, por lo que las consultas se están demorando cuando éramos una especialidad que funcionaba muy bien porque hemos desarrollado muchos programas, como el de alta resolución del cáncer o el de la apnea del sueño», destaca la presidente de la entidad. Sin embargo, lamenta que en la actualidad, los pacientes «no están bien atendidos ni controlados porque es imposible asumirlos», lamentaba la presidenta de la Sociedad Valenciana de Neumología, Marta Palop.
De hecho, algunos hospitales han creado unidades específica postCovid, pero «la alteración principal es respiratoria y son pacientes que los acabamos asumiendo nosotros, ¿cómo lo hacemos? Nuestro objetivo es afrontar cuanto antes las patologías crónicas: como pacientes con EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) o asma, que ha sufrido muchos cambios en los tratamientos. Pero no somos suficientes para estar en los agudos y en los crónicos. Tenemos las consultas sobresaturadas y podemos ver a 40 pacientes en una mañana». Al respecto, representantes de la sociedad mantuvieron una reunión a principios de agosto con el conseller de Sanidad, Miguel Mínguez, en la que le expusieron la situación.
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