La derivación de pacientes al sector privado se ha triplicado en seis años

En concreto, según los datos que maneja el propio departamento autonómico, al término del pasado ejercicio (2022), la cifra de enfermos derivados a hospitales y clínicas privadas casi rozó los 30.000, prácticamente tres veces más que los 11.606 que se contabilizaron en 2016 (el primer año completo con el Botánico al mando del Consell). De hecho, en aquel primer ejercicio la cantidad se había reducido un 13% con respecto a los 13.367 pacientes remitidos a los centros ajenos a la red pública en 2015, ejercicio que arrancó con el PP al frente de la Generalitat. Sin embargo, a partir de ese momento las cifras fueron creciendo progresivamente y se incrementaron a partir de 2020 de forma notable tras la irrupción de la pandemia.

En total, en estos siete años (entre 2016 y 2022), la Conselleria de Sanidad ha derivado a hospitales privados a más de 136.000 valencianos que estaban en lista de espera quirúrgica y que aceptaron el ofrecimiento (es voluntario por parte del enfermo) de ser intervenidos con antelación, pero no en el centro público que les correspondería. Esta cuantía, aunque es algo menor, se asemeja a las 152.000 operaciones realizadas en los denominados autoconciertos (abrir los quirófanos de los hospitales públicos fuera del horario habitual, normalmente por las tardes o los sábados, para incrementar la cantidad de operaciones que se pueden realizar, aunque abonando unas retribuciones adicionales al personal sanitario necesario).

El anterior conseller de Sanidad, Miguel Mínguez, ya anunció que estos planes de choque iban a reducirse y que prácticamente se utilizaban para compensar el incremento de las demoras causado por la pandemia, por lo que una vez estabilizada la situación únicamente se emplearían los autoconciertos en momentos en los que fuese necesario; aunque la apuesta definitiva pasaría, a medio o largo plazo, por incrementar las plantillas y, de esta forma, poder optimizar los recursos disponibles.

Frente a ello, las cifras del propio departamento ponen sobre la mesa que nunca antes se habían operado a tantos pacientes fuera del marco ordinario; actuaciones con las que se ha conseguido que la demora vuelva a los niveles prepandémicos (80 días, de media en febrero de 2020 frente a los 79 días de junio de este año, último dato disponible), pero que no han impedido que crezca la bolsa de pacientes a la espera (de casi 62.000 a cerca de 73.000). De ellos, también se ha incrementado la cantidad de enfermos que lleva más de seis meses esperando una intervención prescrita por su facultativo (de 10.155 a 11.146), cifras que incluso podrían ser mayores puesto que no incluyen a todo aquel paciente que ha rechazado ser derivado a un hospital o clínica privada después del ofrecimiento de Sanidad.

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Además, el Botánico cerró el ejercicio 2022 con casi 375.000 pacientes a la espera de una cita con un médico de especialidades distintas a la de Familia y Comunitaria (sobre todo en Traumatología, Oftalmología y Dermatología), consultas que, una vez diagnosticado el problema, en gran medida nutren de pacientes a los quirófanos. En el momento en el que agilicen estas visitas a las consultas externas o los centros de Especialidades será todavía mayor el número de pacientes que se incorporen a los listados quirúrgicos; de ahí que el nuevo Consell se haya marcado como objetivo alcanzar la máxima eficiencia posible.