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Son más de 100.000 solicitudes efectuadas al Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) que todavía no ha dado tiempo a abrirles expediente. Este dato es una demostración más que clara de que los peritos no dan abasto para atender a los miles de afectados tras la DANA del pasado 29 de octubre. Basta con pasearse por las calles de -por ejemplo- Benetússer, para encontrar vecinos que han perdido multitud de bienes o vehículos personales y todavía no han sido atendidos. También los hay que sí han recibido la atención pericial, aunque a distancia y con resultados desesperanzadores. A multitud de afectados por la riada les ha tocado vivir una situación devastadora, y la incertidumbre por el futuro les hunde más en la resignación.
Daniel, David, Noel y Alejandro son un grupo de cuatro amigos que se ha reunido en el bar de Daniel, recién abierto por fin tras todas las tareas de limpieza realizadas por ellos y los 'ángeles del barro', los voluntarios. Mientras se toman su primer café en una terraza después de tres semanas, los amigos atienden a LAS PROVINCIAS para contar su experiencia con el CCS. «Yo he realizado cuatro solicitudes al Consorcio, tres vehículos y una propiedad. Hasta ahora sólo he recibido correo para dos de ellos diciendo que han abierto expediente y que un perito se pondrá en contacto conmigo. Es desesperante actualizar el correo cada día nada más levantarme y ver que el mensaje del perito no llega», explicaba Alejandro.
Los amigos contaban resignados que entre todos suman ocho solicitudes de indemnización y tan sólo han recibido notificación en tres de ellas, y para nada más que notificar la apertura del expediente, pero ni rastro de los peritos. «Han pasado tres semanas y estamos exactamente igual. Empezamos a asumir que esto nos ha tocado sufrirlo a nosotros y nadie nos va a sacar de aquí», reflexionaba David, y añadía Noel, «sin perito no hay compensación, y sin dinero algunos no podemos plantear comprarnos otro coche. En el pueblo ya asumimos que nos tenemos que ayudar unos a otros, porque mientras esperamos al CCS los días pasan y algunos han perdido hasta el trabajo». Los amigos explicaban que en el pueblo ahora se ayudan unos a otros. «Si esperamos la ayuda de los que tendrían que ayudar no nos levantamos».
Y es que los cuatro vecinos coinciden en que los peritajes están tardando «demasiado», además de que han perdido toda esperanza de recibir el dinero «justo» por los daños causados. «Yo por ejemplo terminé de pagar mi coche de 13.000€ el mes pasado. Suerte tendré si me dan un 40% de lo que me costó«, terminaba Alejandro.
En el caso de Vicenta y Rafa, para hacer frente a la revisión de todo lo perdido en la vivienda el perito les realizó la inspección un sábado tras haber contactado el jueves anterior. Sin embargo, la visita del trabajador fue virtual. Los técnicos tratan de realizar su informe de esta manera para acelerar los procesos, pero los vecinos afectados lo ven como una «chapuza» que no les permite demostrar la gravedad de los daños. «Le enseñamos con vídeo, fotos y un inventario todo lo que perdimos cuando entró el agua. Nosotros calculamos unas pérdidas de 40.000 euros. El informe pericial nos ha llegado con un resultado de 19.500 euros. Llamamos al perito para preguntar por la cifra y hay cosas del inventario que no han contado. Contentos no podemos estar», explicaba el matrimonio.
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Pese a una segunda conversación con el técnico, la cifra del informe final no ha cambiado. «El CCS explica que si no estamos conformes se puede recurrir dicho informe, pero después de todo lo vivido no estamos mentalmente para meternos en esas historias. Coges el dinero y aceptas tu realidad», explicaba resignada Vicenta.
Si la desesperación de los vecinos por los peritajes es evidente, los vehículos particulares es el sector claramente más ralentizado. De las casi 200.000 solicitudes recibidas por el CCS, más de la mitad es por siniestro de vehículos. En este sentido, la vecina de Benetússer Cristina Grau amaneció el 30 de octubre viendo como su coche, guardado en el garaje, apareció empotrado en el techo y sujetado por una viga. El agua lo levantó más de dos metros. Unos días más tarde, un equipo militar lo sacó a la calle.
«El seguro me advirtió que hiciera fotos de cuando estaba empotrado en el techo del garaje, y yo después envié todo el papeleo. Después me avisaron que vendría un perito, y todavía lo sigo esperando», explicaba resignada Cristina. Además, según la mujer, la aseguradora indicó que tras la visita del perito tendrían que esperar «entre cuatro y cinco semanas» el correo con la cifra que ofrece el CCS: «Si no nos gusta, nos dicen que tocará reclamar».
Mientras tanto Cristina explicaba que, pese a que le han aplazado la letra del coche durante tres meses, debe seguir pagando los intereses. «No me perdonan la letra, me la aplazan. En tres meses tengo que seguir pagando un coche que tengo destrozado, inservible», apuntaba Cristina, quien añadía desesperada, «lo peor de todo es la incertidumbre. Sigo pagando un coche que no sirve, y no sé cuándo llegará la compensación del seguro, que por supuesto no tenemos ni idea de cuánto será, ¿Crees que puedo plantearme si quiera comprarme otro?». Los afectados por la tragedia pierden poco a poco la esperanza por recibir un dinero que se acerque a todo lo perdido, mientras el pensamiento general ya deriva en que no será posible cubrir todo el sufrimiento generado estas últimas tres semanas.
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