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María José Borrego Osete. LP

Una directora de clínicas dentales que decidió reinventarse

María José Borrego Osete, de 45 años, entendió durante el confinamiento que había llegado el momento de empezar esa carrera que siempre le había fascinado y se matriculó en Psicología: «Se puso de manifiesto la vulnerabilidad de la sociedad. Tuve tiempo de reflexionar»

Domingo, 10 de marzo 2024, 00:31

Está ultimando su quinto libro. Todos ellos divulgativos y académicos relacionados con el sector dental, donde acumula una reconocida experiencia de dos décadas. Pero María José Borrego Osete, de 45 años, destila versatilidad. Y durante el confinamiento entendió que había llegado el momento de empezar ... esa carrera universitaria que siempre le había fascinado. Decidió satisfacer un deseo latente. Así, en el curso 2020-21, se matriculó en Psicología y ahora empieza a acariciar el título en la Universidad Internacional de Valencia (VIU). Un volantazo profesional, ya que su futuro va a focalizarse en la salud mental.

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«Cuando vino la pandemia, se puso de manifiesto la vulnerabilidad de la sociedad. Puso de manifiesto la importancia que conlleva el bienestar emocional. Si no hay una buena salud mental, no hay nada. El Covid reafirmó la importancia de la terapia psicológica. Y en ese momento la sociedad comenzó a abandonar el estigma en torno a ella. Todo ello me llevó a iniciar lo que siempre había sido mi vocación», comenta la valenciana María José, quien regresó a la universidad con 41 años: «Nunca es tarde para cumplir los sueños. Es verdad que el camino no es fácil. Requiere muchísima motivación y perseverancia».

Ha hecho malabares para compatibilizar los estudios de Psicología con su trabajo en la gestión y dirección de empresas a nivel nacional e internacional, la publicación de libros y el día a día familiar: «Toda mi trayectoria profesional ha estado vinculada al cuidado y la atención al paciente. Desde mis primeros años tuve muy claro que mi camino profesional iba a estar ligado al cuidado de las personas. Siempre he estado trabajando y estudiando. Siempre tuve muchísimas ganas de estudiar Psicología, pero el ajetreo de vida no me lo permitía. Me había quedado esa espinita clavada. La pandemia fue un antes y un después. Tuve tiempo de reflexionar. El confinamiento, ese parón, nos llevó a analizar todo lo que se estaba viviendo. Decidí que era el momento».

Y se lanzó, decantándose por una universidad online como VIU. Por sus desplazamientos laborales y su ritmo de vida, necesitaba estudiar a distancia. Los exámenes y las tutorías también se realizan de manera telemática: «Todo mi expediente académico son matrículas de honor, sobresalientes y notables. Me llevo muy buena experiencia». Tiene claro por dónde pasa su futuro profesional. «Aunque no voy a dejar de estar vinculada al sector dental, mi dedicación va a estar centrada en la psicología, sobre todo en la práctica clínica. Tengo la intención de establecer una clínica de psicología que abarque varias especialidades: los casos complejos que requieran un abordaje multidisciplinar, la prevención, el bienestar emocional, la neuropsicología y la práctica jurídico-forense. Pretendo seguir formándome, especializándome», afirma. La pandemia también reformuló el concepto de consulta: «El Covid puso de manifiesto la importancia de digitalizar la atención médica y psicológica. La terapia psicológica online se ha quedado. De hecho, es algo que está en auge».

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