Un tercer puesto en el Tour de Francia y dos segundos puestos en La Vuelta a España son los grandes logros a nivel profesional del exciclista Fernando Escartín. En el apartado personal, su palmarés es mucho más extenso. No todo el mundo ha vivido dos de las catástrofes naturales más graves de la historia del país en primera persona: la riada de Biescas de 1996 y la DANA que ha arrasado diversos municipios de la provincia de Valencia, entre los que se encuentra Alfafar, que es desde 2008 su lugar de residencia.
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El actual director técnico de la prueba ciclista más importante del territorio nacional es natural de Biescas. «Cuando vi los coches apilados se me vino a la cabeza lo que había vivido en mi pueblo», recuerda. El 7 de agosto de 1996 una riada se cobró la vida de 87 personas y arrasó el camping de Las Nieves. Por aquel entonces, Escartín empezaba a despuntar. No lo tuvo fácil, ya que sus primeras pedaladas en el ciclismo profesional coincidieron con las últimas de un tal Miguel Indráin. Pero tras conseguir un octavo puesto en el Tour de Francia de 1996 y arrimar el hombro para devolver la normalidad a su localidad natal tras el paso de la riada vivió sus mejores años encima de la bicicleta.
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Gonzalo Bosch
Escartín se subió al segundo escalón del podio de la ronda española tanto en 1997 como en 1998 y firmó su mejor actuación un par de semanas antes de que se cumpliera el tercer aniversario de la tragedia de Biescas, cuando logró el tercer puesto del Tour de Francia, por detrás de Lance Armstrong -posteriomente descalificado por dopaje- y Alex Zülle.
Han pasado 25 años desde entonces, pero la DANA ha hecho viajar al pasado a Fernando Escartín. El desastre le pilló lejos de su casa, pero no tardó en tomar un vuelo, que fue desviado a Málaga a causa de las inundaciones, para regresar con los suyos, que se encontraban en su casa de Alfafar. «Cogí un coche de alquiler desde allí y llegué el miércoles, pero no pude entrar. Me tocó quedarme a dormir en casa de una amiga de la familia», explica el ganador de una etapa reina del Tour de Francia.
El jueves pudo acceder a su vivienda. La fortuna se alió con él y su casa no se vio muy afectada. No obstante, el panorama de Alfafar le sorprendió: «En la tele se podía ver algo, pero hasta que no llegas al sitio no te imaginas». Tras evaluar daños, Escartín y los suyos se pusieron manos a la obra para echar una mano en viviendas de familiares y amigos que no corrieron la misma suerte. «Ha tocado quitar fango y sacar enseres a la calle», resume.
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Al echar la vista atrás y comparar las dos grandes catástrofes naturales que han marcado su vida, el exciclista lo tiene claro: «En Biescas la zona afectada era una recta de 500 metros, aquí es un daño de cientos de kilómetros. Esto no tiene precedentes». El aragonés, que asegura sentirse un poco valenciano tras 16 años viviendo en Alfafar, comprende la desesperación de la población ante una situación tan caótica como inesperada. «El pueblo ha estado solo. Lo que más pena me a es la gente que ha tenido que estar sola», asegura.
Después de pasar unos días en Pamplona por cuestiones de trabajo, Escartín regresa a Alfafar, donde continúan las labores de limpieza de calles y viviendas. Varios Tour de Francia después de su gran éxito profesional, el director técnico de La Vuelta, que asegura que desde la organización de la prueba se tratará de ayudar a las zonas afectadas, se vuelve a calzar las botas para colaborar con sus vecinos. Al igual que aquel verano de 1996 en Biescas en el que empezó todo.
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