«Me han embargado por deudas de mi exmarido»

Nació en Bulgaria hace 44 años. Allí se casó con Valko Sinapov, tuvieron un niño y más tarde su dicha se completó con el nacimiento de la pequeña Mariya. Más tarde decidieron buscar fortuna en España y la familia se fue a Oliva, donde los padres de Hristina vivían desde hacía una década, y él comenzó a trabajar de pintor.

Pasó el tiempo y la pareja decidió poner fin a la relación. En 2016 obtuvieron el divorcio y él regresó a su país. Ella se quedó y trabajó duro para sacar adelante a sus hijos sin recibir ninguna pensión alimenticia por ellos. Según relata, «me busqué la viva, estuve en un bar de camarera y fui ahorrando para pagar la hipoteca de la casa».

Parecía que todo iba bien hasta que un día, a finales de noviembre de 2021, su banco le notifica que le embargaban más de 42.600 euros. El motivo aducido era por deudas de los Recursos del Sistema de la Seguridad Social en vía de apremio. «El mensaje me llegó a las cuatro de la mañana». No entendía lo que pasaba, estuvo una semana sin casi de casa, deprimida, sin casi probar bocado.

Un mes después llegó un segundo mazazo. Por la misma razón le quitaban otros 10.541 euros. La cuantía total supera los 53.000 euros y «no es justo, yo no he hecho nada», lamenta desconsolada.

Su abogado, Felipe Serra, intenta averiguar el motivo de los embargos. Lo poco que descubre es que todo obedece a que el marido de Hristina no pagaba la cuota de autónomo. Él se dio de alta en 2005. Sin embargo, ya no está en el país, pero jamás se dio de baja, de manera que la deuda se ha ido acumulando.

Lo que todavía desconoce es el periodo concreto que le reclaman Valko Sinapov, ya que lo que corresponda a después del divorcio no deberían reclamarlo a la exmujer.

Ahora sólo tiene 24 euros en la cuenta y vive de lo que le prestan las amistades. «Puse dinero para pagar la luz e internet, pero lo quitaron, ¿por qué me hacen esto a mí si ya no tengo nada que ver con él?», insiste. Su preocupación es máxima. Teme perder el piso en el que viven al no poder pagar la hipoteca.

También está angustiada por sus hijos. «El mayor tiene 26 años, pero no está bien, tiene un ligero retraso mental, y mi hija está estudiando Enfermería». Toda esta situación también les afecta a ellos porque ven lo mal que lo está pasando su madre.

El abogado ya ha reclamado a la Seguridad Social la devolución de los embargos y le ha remitido la sentencia de divorcio para defender que su clienta no debería asumir deudas generadas después de la separación. Eso lo hizo antes de que se produjera el segundo embargo, por lo que considera que se ha rozado la prevaricación, pues la Administración ya tenía constancia de la separación legal.

Ahora Hristina está a la espera. Sólo pide «justicia» y recobrar «un dinero que es mío».