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El estilo de vida ha cambiado mucho en los últimos años, especialmente entre los niños y adolescentes valencianos. El uso cada vez mayor de móviles, ... tablets, videojuegos y demás pantallas provoca mucho sedentarismo y hace que los menores de edad hagan menos ejercicio físico. A esto se le suma además el consumo de comida rápida, ultraprocesados y bebidas azucaradas, lo que crea un cóctel que contribuye a un aumento de la obesidad infantil. Y todo ello desemboca en lo que ahora alertan los expertos. Está habiendo un aumento cada vez más creciente de casos de diabetes en población infantil y sobre todo adolescente en la Comunitat.
Se trata de la diabetes tipo 2, una enfermedad crónica que siempre ha estado asociada más a adultos, pero que con estos cambios de estilos de vida y la adopción de malos hábitos como la mala alimentación y el sedentarismo aparece en edades cada vez más tempranas. Es una tendencia imparable y de hecho actualmente hay en torno a un 17% de niños y adolescentes con obesidad en la Comunitat, mientras que hace dos décadas las cifras eran muy inferiores.
La doctora Eva Solá es la presidenta de la Sociedad Valenciana de Endocrinología, Diabetes y Nutrición (Svedyn) y endocrinóloga del hospital Dr. Peset de Valencia y comprueba a diario este aumento de pacientes en edades cada vez más precoces. «Antes aparecía más en edad adulta, casi nunca veíamos diabetes tipo 2 en niños, pero con la alimentación cada vez más abundante y rica en azúcares y alimentos procesados y el sedentarismo se produce un aumento de la obesidad y se incrementa también la frecuencia de este tipo de diabetes», asegura la experta.
«La alimentación es peor, más abundante, con azúcares, hidratos refinados, refrescos, comida rápida, pobre en alimentos naturales como frutas y legumbres, y esa tendencia al sedentarismo hace que se acumulen calorías en forma de grasa. Es una tendencia que hay en todo el mundo, tanto en la población adulta como la infantil, es una epidemia, que aumenta el riesgo cardiovascular de las personas y que se debe solucionar desde la prevención, promoviendo estilos de vida más saludables en edades tempranas», añade. «El uso de pantallas no ayuda al sedentarismo, los niños ya no se van a la calle a jugar, sino que juegan quietos con la pantalla, y sin ejercicio no se queman las calorías, se quedan en el cuerpo, lo que aumenta la grasa y la obesidad. Esa tendencia facilita la aparición de diabetes tipo 2», argumenta la especialista.
Quienes llevan estos malos hábitos consumen pocos alimentos naturales como verdura, frutas o legumbres y muchos procesados, como fiambres, salchichas, empanados, carne picada, azúcar o refrescos. «Los cereales refinados también se deben evitar, conviene tomarlos integrales, es algo que ayuda a prevenir esta enfermedad. La cantidad y calidad de lo que comemos y cuánto quemamos con ejercicio es lo que previene la diabetes», explica Solá.
«Esa tendencia a consumir bebidas azucaradas, bollería, dulces, ultraprocesados, cereales refinados, van gastando insulina del páncreas de las personas predispuestas y por eso están aumentando los casos de diabetes en la infancia», expone. Incluso los adultos también sufren diabetes tipo 2 cada vez antes. Si a principios del siglo XXI era habitual a los 50-60 años, ahora aparece a los 30-40 años, «pero es señal de alarma que cada vez aparece en edades más tempranas», destaca la endocrina. De hecho, un 20% de adultos valencianos sufren obesidad, respecto al 13% que había hace dos décadas.
Y con esta tendencia clara hacia el aumento de la obesidad y el sedentarismo, Solá apunta que «cada vez habrá diabetes en edades más precoces y en más personas» si no se previene con ejercicio físico y una dieta equilibrada antes de que aparezca la enfermedad. No obstante, la endocrinóloga puntualiza que en niños la diabetes tipo 2 «sigue siendo menos común que la tipo 1, que es de causa autoinmune y no tiene relación con el estilo de vida, pero la tipo 2 ha aumentado muchísimo en menores de edad con respecto a los inicios del siglo XXI», indica.
La diabetes de tipo 2 afecta a la forma en que el cuerpo usa el azúcar para obtener energía, impidiendo que use la insulina adecuadamente, lo que puede aumentar las concentraciones de azúcar en la sangre si no se trata y con el tiempo esta enfermedad puede causar daños graves al organismo, sobre todo al corazón y los vasos sanguíneos. «Es muy seria, tiene un avance progresivo y aumenta mucho el riesgo de una enfermedad cardiovascular y también de cáncer, ya que afecta a la calidad y reduce la esperanza de vida. Aquí el control de la enfermedad influye mucho, pero la diabetes es un claro factor de riesgo cardiovascular», señala Eva Solá.
Los expertos han detectado que hay notables diferencias según el nivel socioeconómico de una familia para la aparición de la obesidad infantil. «Cuando el nivel es menor hay más casos de obesidad, tanto por el precio más alto de los productos frescos saludables como porque quizá haya carencias educativas y no sepan qué es lo más adecuado comer», indica la experta. «La comida rápida es hipercalórica, se debe intentar reducir el consumo de alimentos procesados y priorizar los naturales», asegura. «Por ello, la promoción de hábitos de vida saludables y educar en cómo debemos comer debe hacerse en edades tempranas», aporta.
En esta enfermedad, la prevención y el tratamiento cuando ya se tiene son iguales. Consiste en una alimentación saludable y ejercicio físico. Aunque es cierto que quienes la padecen tienen también que tomar fármacos para controlar los niveles de azúcar y que no avance la enfermedad. Los expertos recomiendan hacer una hora diaria de ejercicio moderado o intenso al menos tres días a la semana, subir escaleras y caminar mucho. Y Solá confía en que con más educación de la sociedad se podrán rebajar las cifras. «Igual que ahora vemos muy mal que se fume delante de un bebé, también se verá mal en unos años el consumo de azúcares refinados delante de los niños. Hay que prevenir desde el principio con medidas de alimentación y estilo de vida, porque la calidad de la alimentación y evitar el sedentarismo prolongan la vida», destaca.
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