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Ramón Adsuara, en el aula de informática del instituto donde ejerció el curso pasado. LP

«Por un error tendré que hacer 180 kilómetros al día»

Ramón Adsuara ha reclamado contra la adjudicación de plazas docentes por no respetarse el orden de asignación y acabar con un destino forzoso incompatible con su conciliación familiar

Joaquín Batista

Valencia

Martes, 29 de agosto 2023, 00:17

Ramón Adsuara es uno de los cuatrocientos profesores que han presentado reclamaciones tras la última adjudicación de plazas, la definitiva. Este docente de FP residente en Castellón se ha visto perjudicado por un error en la ordenación de los participantes de su bolsa de ... trabajo, destrozando sus previsiones de conciliación. Le han asignado forzosamente un puesto en Vilafranca, en el interior de la provincia. Es decir, que no ha pedido y que se le otorga de oficio.

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«Cada día tendré que hacer 90 kilómetros para ir y cumplir con mi jornada y después otros 90 para volver: 180 en total. Con dos hijos pequeños, de uno y tres años, y con mi mujer trabajando. Se nos han descuadrado todos los planes que teníamos», explica este profesional, que confía en que llegue «una solución al error» que ha derivado en noches sin dormir ante la incertidumbre del futuro inmediato.

Su reclamación (a través de la plataforma informática habilitada a la tal efecto, mediante sindicatos y por la vía ordinaria en la conselleria) se fundamenta en que «no se han seguido los criterios de ordenación establecidos». En el primer listado, el previo a la modificación de errores, apareció como no adjudicado. «Había elegido como destinos varios centros de Castellón y alrededores pensando que tenía una buena posición en la bolsa de Informática, la que me interesaba. Y en el peor de los casos, de no obtener plaza, siempre podría optar a vacantes que salgan las primeras adjudicaciones de septiembre», explica Adsuara, que esperaba mantenerse cerca de casa aunque empezara a trabajar un poco más tarde. Su opción ideal era repetir en el instituto de Castellón donde ejerció el curso pasado. Además, era el coordinador de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

El susto llegó el día 23, pocas horas después de que se publicara una nueva lista de interinos tras la subsanación de los errores. De no tener destino pasaba a ser asignado forzosamente al instituto de Vilafranca, a una plaza de la especialidad de Instalaciones Electrotécnicas, para la que también está capacitado.

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Cabe recordar que los participantes en la adjudicación de inicio de curso lo hacen desde todas las bolsas de trabajo en las que están inscritos. Por tanto, cumplen los requisitos para dar clase de sus materias asociadas.

Este padre de familia sólo pidió puestos para Informática, pero el sistema también le baremó en la de Instalaciones Electrotécnicas, lo que no supondría mayor problema de no haber mediado el error que le ha llevado a 90 kilómetros de casa. Y es que para determinar las adjudicaciones de oficio, para plazas que no tienen aspirantes y es necesario cubrir, se empieza por los últimos de la lista de participantes, que es pública. En la citada bolsa eran 420, mientras que él se encontraba en la posición 184. Es decir, para determinar las forzosas de esta especialidad se tendría que haber recurrido primero a los interinos situados entre los puestos 420 y 183. «Sin embargo, algunos de estos, a los que les habría correspondido la asignación de oficio en Vilafranca antes que a mí, salen como no adjudicados, han desaparecido del listado o se les han dado otros centros. No tiene sentido que haya corrido tanto la lista», dice Ramón antes de añadir que tiene compañeros, de la misma especialidad en las otras provincias, en la misma situación.

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«Mi mujer trabaja a turnos, sus padres viven lejos y los míos también trabajan. Lo único que se nos ocurre es recurrir a mi abuela, pero es una persona mayor, nos parece inviable que pueda hacerse cargo de los niños mientras cumplimos nuestras obligaciones. Una cosa es de manera puntual, pero no de forma continua», concluye el docente, que confía en que su reclamación sea una de las que admitirá la Conselleria de Educación.

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