MARC ESCRIBANO
VALENCIA
Lunes, 19 de diciembre 2022
Las farmacias se están enfrentando cada vez de forma más habitual al problema de la escasez de medicamentos, tanto para los que se adquieren sin receta médica como para los que necesitan de prescripción. Una situación que provoca que la gente recurra a métodos ... ilegales como la compra por Internet en el mercado negro de segunda mano.
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La venta desautorizada de medicamentos está prohibida en nuestro país, pero aún así hay personas que intentan sacar provecho de la situación publicando anuncios en plataformas como eBay o Wallapop con precios desorbitados fuera de mercado que superan los 150 euros por caja, aunque es difícil encontrar estos anuncios ya que terminan siendo eliminados rápidamente por dichas webs ya que quieren evitarse problemas legales.
Algunos de los ejemplos más demandados en las redes actualmente son el Diazepam, una benzodiacepina en escasez que calma principalmente la ansiedad; el Orfidal o el Efferalgan, unas amoxicilinas que están en boga entre los jóvenes valencianos por su uso tranquilizante ante el estrés; o el Ozempic, un semaglutido que limita el apetito y que está diseñado para diabéticos, pero que se ha viralizado después de que clínicas estéticas e influencers lo recomienden por su efecto de pérdida de peso que ha llamado la atención a aquellas personas obsesionadas con perder esos kilos de más de una forma rápida y sin pisar el gimnasio.
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Ante estas ventas en Internet, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) informa tajantemente del peligro que supone acceder a medicamentos sin garantías de calidad, seguridad y eficacia. Y es que los requisitos para la venta legal se especifican en el Real Decreto 870/2013 del 8 de noviembre, que prohibe la venta por procedimientos telemáticos de fármacos sujetos a prescripción médica, los cuales se pueden adquirir únicamente a través de farmacias abiertas al público, legalmente autorizadas y que figuren en el listado publicado por la autoridad competente.
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Y es que estas plataformas como eBay o Wallapop tienen políticas en sus términos y condiciones de uso -esos que nadie lee cuando se registra- donde especifican claramente que es completamente ilegal vender medicamentos que precisan de receta. Esto incluye a los medicamentos para alergias, los anticonceptivos, los alimentos con un uso medicinal específico, los equipos para diagnosticar el VIH, las sustancias inyectables, incluidas las vitaminas, cualquier tipo de insulina, prohormonas, la seudoefedrina en cualquier estado o combinación o la sinefrina. Tampoco se pueden publicar anuncios de productos cuya venta no esté autorizada en España, ni anunciar servicios que ofrezcan intervenciones médicas como inyecciones de bótox, para asegurar de que los anuncios cumplan las normas de salud y seguridad. En cambio, los anuncios de remedios herbales, holísticos o de sustancias similares a los medicamentos no pueden insinuar que constituyen un tratamiento no reglado ni compararse con un medicamento con receta.
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Toda infracción en estas páginas pueden conllevar consecuencias como la eliminación de sus anuncios, la ocultación en los resultados de búsqueda, la reducción de la valoración del vendedor, restricciones de compra, la suspensión de la cuenta o multas. También informan que las tarifas abonadas no se reembolsarán a aquellos que compren a través de un anuncio ilegal.
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El origen de esta problemática según los propios farmacéuticos se encuentra en los laboratorios y los distribuidores. «El laboratorio tiene previsto a lo mejor vender una cifra determinada de unidades al año y fabrica sólo esas cantidades, y ahora que está habiendo mucha demanda, nos faltan en las estanterías y no podemos hacer nada», afirma una farmacéutica valenciana del barrio de San Isidro. «Es algo que está pasando, y no desde ahora, lo llevamos arrastrando casi un año, en verano especialmente fue a lo bestia. Hasta ahora no ha salido en las noticias, pero sí. Pasa sobre todo con medicamentos que no se pueden sustituir, como por ejemplo los que son para gente epiléptica, pero ya está empezando a pasar incluso con aquellos que sí se pueden sustituir, que también escasean. La mayoría son fármacos que sin receta no se pueden vender, así que no es por un tema de que la gente se automedique. Es un problema de distribuidores y laboratorios», añade.
Es una situación común que se reproduce en muchas farmacias, sobre todo en los pueblos, donde el abastecimiento y la capacidad de distribución es menor que en la ciudad. Algunos casos de medicamentos tienen identificadas la raíz del problema, pero otros siguen en el aire a la espera de soluciones. «El problema con el Ozempic ha sido que se han empezado a pautar desde clínicas de estética y sabemos que el desabastecimiento es por eso, los demás medicamentos no tenemos ni idea del motivo, habría que preguntarle a los laboratorios», señala otro farmacéutico de la ciudad.
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El origen de esta problemática según los propios farmacéuticos se encuentra en los laboratorios y los distribuidores. «El laboratorio tiene previsto a lo mejor vender una cifra determinada de unidades al año y fabrica sólo esas cantidades, y ahora que está habiendo mucha demanda, nos faltan en las estanterías y no podemos hacer nada», afirma una farmacéutica valenciana del barrio de San Isidro. «Es algo que está pasando, y no desde ahora, lo llevamos arrastrando casi un año, en verano especialmente fue a lo bestia. Hasta ahora no ha salido en las noticias, pero sí. Pasa sobre todo con medicamentos que no se pueden sustituir, como por ejemplo los que son para gente epiléptica, pero ya está empezando a pasar incluso con aquellos que sí se pueden sustituir, que también escasean. La mayoría son fármacos que sin receta no se pueden vender, así que no es por un tema de que la gente se automedique. Es un problema de distribuidores y laboratorios», añade.
Es una situación común que se reproduce en muchas farmacias, sobre todo en los pueblos, donde el abastecimiento y la capacidad de distribución es menor que en la ciudad. Algunos casos de medicamentos tienen identificadas la raíz del problema, pero otros siguen en el aire a la espera de soluciones. «El problema con el Ozempic ha sido que se han empezado a pautar desde clínicas de estética y sabemos que el desabastecimiento es por eso, los demás medicamentos no tenemos ni idea del motivo, habría que preguntarle a los laboratorios», señala otro farmacéutico de la ciudad.
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