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JUAN SANCHIS
Lunes, 27 de junio 2022, 00:09
valencia. Todo empezó en 2017, cuando un grupo de amigos valencianos visitaron Nacala, una localidad al norte de Mozambique. Allí quedaron conmovidos al ver las condiciones en las que se estaban dando las clases a los alumnos más pequeños. «Habíamos viajado por Iberoamérica. A través de la Delegación de Misiones del Arzobispado de Valencia decidimos desplazarnos a algún país de África y nos pusieron en contacto con una misionera en Mozambique», explica Mireia García, profesora de Religión en un colegio de Benetússer.
«Los profesores ponían mucho esfuerzo y lo hacían muy bien, pero las condiciones materiales eran deplorables con las clases hechas con barro que el primer temporal se llevaba por delante. Además, un aula era debajo de un árbol», señaló García.
A la vuelta del viaje decidieron poner en marcha una recogida de fondos con el denominado Proyecto Ontupaia (nombre de un barrio de Nacala) con el objetivo de ayudar desde Valencia a las Hijas de la Caridad en su labor en Mozambique.
Las Hijas de la Caridad, además de la labor educativa, también realizan un trabajo de acogida entre niños y familias. Tienen también el centro de salud Akumi donde atienden a mujeres embarazadas y niños que en su mayoría son portadores del virus del Sida y también de enfermedades como la malaria, el tifus y la tuberculosis.
Mireia García destaca que al volver del primer viaje de Mozambique pidieron ayuda a gente y rápidamente consiguieron el dinero necesario para reconstruir estas escuelas.
«En un principio las Hijas de la Caridad tenían una escuela, pero muchos usuarios tenían que andar muchos kilómetros. Por ello decidieron dividirlo en diez pequeñas escuelas esparcidas por el barrio», explica Mireia.
A esa primera campaña le siguieron otras para conseguir material como sillas y mesas y a continuación otra para construir un baño en cada una de las pequeñas escuelas.
Las escuelitas ofrecen educación infantil a menores de 6 años en situación de riesgo social y la mayoría sólo hablan macúa, su lengua materna, lo que supone una dificultad a la hora de acceder a la enseñanza Primaria en portugués. Esto, unido a la falta de estimulación precoz y las deficiencias propias del sistema educativo, hace que los niños y niñas tengan grandes carencias en el proceso de aprendizaje, llegando, en muchos casos, a encontrarse alumnos de 10 años sin saber leer ni escribir.
En las instalaciones ofrecen a los alumnos aprendizaje del portugués, estimulan el desarrollo psicomotor en menores de seis años; desarrollan habilidades sociales e implican a la comunidad.
Durante los meses de confinamiento de la pandemia no se quedaron parados y organizaron una colecta para recoger fondos para poner en marcha una cooperativa agrícola de mujeres.
Mireia García señala que en verano suelen acudir algunos del grupo para ver las necesidades que tienen. «Somos siete personas en el grupo pero muchas son las personas que nos están ayudando», explica la joven. Este año la expedición partirá el 21 de julio para pasar tres semanas.
A la ayuda ordinaria surgen las necesidades no previstas. Es lo que ha pasado este año con el huracán tropical 'Gombe' que en marzo pasado dañó las escuelas que habían construido y arrasó la ciudad de Nacala. Además, también resultaron afectadas las casas de los profesores.
Como respuesta, Mireia y sus amigos pusieron en marcha una carrera solidaria virtual para recaudar los fondos y enviar «Un huracán de ayudas» gracias a los donativos que se recojan a cambio de dorsales para participar en la prueba virtual. «Además de recaudar fondos los desperfectos, queremos seguir difundiendo este 'Proyecto Ontupaia' porque necesitan nuestra ayuda», destaca Mireia, mientras se prepara para volver a viajar a Mozambique en julio. Y no es la única: en esta aventura se han embarcado en los últimos años María del Mar, Mar, Javi, Anna y María y tienen las puertas abiertas a todas las personas interesadas en sumarse al proyecto.
Ahora, una vez solucionadas las necesidades educativas, tienen previsto centrar su labor en respaldar la vertiente sanitaria de las Hijas de la Caridad con apoyo al centro de salud.
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