Una de las virtudes de la Comunitat Valenciana es que el mar y la montaña están separados por una distancia muy corta y que en poco tiempo puedes pasar de hacer una ruta a bañarte en el mar. Esta característica de la autonomía mediterránea se ... encuentra también en municipios concretos como Almenara, donde las playas y unas pequeñas cimas rodean un oasis aún poco conocido, els estanys.
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La mejor opción para comenzar una visita al municipio es desde la playa de Casablanca. En general, la costa del norte de Canet, con una mezcla de arena y piedras redondas, está aún poco concurrida y ofrece muchas oportunidades. Si visitamos esta zona se puede disfrutar del sol en primera línea cualquier día del año.
Tras un chapuzón, se recomienda seguir hacia el norte por el paseo marítimo, que aunque ha sido azotado por infinidad de temporales que han obligado a instalar espigones ofrece un itinerario muy agradable, siempre en paralelo al agua. Cuando hace buen tiempo es recomendable hacer una parada en cualquiera de los chiringuitos. Todos tienen una buena oferta pero si tienes que quedarte con alguno apuesta por 'El Chipirón'.
Llegados a la pequeña pedanía que hay rozando el mar es el momento de dirigirse al interior por alguno de los diferentes caminos que tienen como el destino el pueblo. Si retrocedemos podemos andar entre naranjos pero una opción aún más atractiva es dirigirse hacia els estanys, la joya de la corona de la localidad.
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Esta marjal formó parte del extenso humedal que iba en paralelo a la costa valenciana. Tiene un extraordinario valor ecológico debido a que es una parada de descanso para muchas especies de aves migratorias. Se ven desde garzas a cigüeñas, pasando por el fumarel blanco o el águila pescadora. En los alrededores hay varias casetas para observarlos.
Si nos dirigimos al lago principal veremos que el agua brota del 'Ullal de Cavanilles' de acuíferos subterráneos y es habitual ver a muchas personas que disfrutan de la pesca sin muerte cerca del mismo. Tras un pequeño descanso en el área recreativa o en el bar que se sitúa justo al lado es el momento de dirigirse hacia el núcleo del pueblo.
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El municipio cuenta con una muralla que es digna de observar antes de poner rumbo al colofón de la jornada, el castillo. Desde el mismo municipio comienza la ruta para subir a las ruinas de la antigua fortaleza y a medio camino nos encontramos con unas torres con las almenas que dan nombre al municipio. Así, finaliza un día muy completo entre el mar y la montaña en la localidad castellonense.
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