Los expertos exigen que la reconstrucción subsane los errores urbanísticos del pasado

El geógrafo especializado en estudios urbanos y ordenación del territorio y profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona, Oriol Nel·lo, ha explicado que para lleva a cabo una mejor gestión del territorio dentro de un contexto de cambio climático no se necesita menos regulación, «sino más y mejor ordenación». No obstante, Nel·lo ha lamentado que los planes territoriales «son muy antiguos» y, por ende, su contenido está desactualizado.

El experto ha ejemplificado esto alegando que el Plan territorial general de Cataluña se aprobó en el año 1995 y el vigente la Comunitat data de 2011: «Había que repensar, actualizar y fortalecer estos instrumentos para el futuro. Los planes territoriales podrían ser de mucha utilidad si se hacen estrictamente vinculantes para el planeamiento urbanístico».

«La reconstrucción ha de plantear la ubicación de los usos a los requerimientos ambientales. Hemos de ser cuidadosos en evitar superar los límites impuestos por la naturaleza y los usos especulativos», ha asegurado Nel·lo sobre la necesidad de volver a estudiar las clasificaciones del suelo y no tratar el territorio como «mercancía».

El geógrafo ha hecho un llamamiento a la colaboración entre todas las administraciones «para sacar adelante una ordenación en favor de la colectividad». «El provecho privado debe subyugar siempre al interés colectivo. Políticamente hay que priorizar seguridad y bienestar de la población sobre cualquier otro interés», ha sentenciado.

Durante su conferencia, Nel·lo también ha tocado temas como la urbanización del litoral, la «deficitaria» cartografía de riesgos así como la apuesta por una distribución equitativa de los recursos públicos relacionando la segregación residencial con las dotaciones municipales per cápita. El experto ha señalado que la población con menos poder adquisitivo se concentra allí donde puede acceder a un coste más bajo y, paradójicamente, los municipios que concentran a los más vulnerables son aquellos que disponen de menos recursos.

En el apartado de movilidad y el transporte, el catedrático en Geografía Humana por la Universitat de València y comisionado del Gobierno para el Corredor Mediterráneo, Josep Vicent Boira, ha defendido la necesidad de una planificación metropolitana y ha reclamado más inversiones para el transporte público. «Nos hemos enfrentado a una catástrofe metropolitana, sin el área metropolitana», ha denunciado sobre la ausencia de planificación del extrarradio de la capital del Turia a través de una visión integral.

El comisionado del Gobierno para el Corredor Mediterráneo ha reivindicado la ejecución de planes específicos como el de Acción Territorial del Área Metropolitana de Valencia o el proyecto relativo a la Movilidad Metropolitana iniciados por el Botánico. En relación a este último, ha reclamado más inversiones para los servicios de transporte público para aprovechar la reconstrucción como oportunidad para revertir los altos índices de uso del vehículo privado. En este sentido, Boira está de acuerdo con que se paguen ayudas a los conductores que perdieron sus vehículos en el desastre, «pero las administraciones deberían invertir otros 500 millones en un transporte público mucho más robusto, razonable, descarbonizado y sostenible».

Par Boira, la riada del pasado 29 de octubre demostró la «fragilidad» del transporte de mercancías y personas en el área metropolitana de Valencia puesto que las infraestructuras son «muy vulnerables». Y es que ha recordado que el desastre trajo consecuencias como el regreso de la circulación de camiones por dentro de la ciudad: «El tráfico pesado volvió a circular sin restricciones porque no tenemos una alternativa a las grandes infraestructuras de transporte», ha alegado ensalzando las virtudes del ferrocarril como posible solución.

«Cualquier disrupción de los elementos básicos de la movilidad nos lleva a un caos», ha explicado mientras enumeraba los cerca de 130.000 vehículos destrozados, los 160 kilómetros de carreteras afectados, la paralización del metro durante cerca de un mes, los daños en el sector logístico o el importe de las reparaciones.

En el capítulo de recomendaciones, Boira y su grupo de trabajo proponen revisar el estado de las redes de transporte para elaborar planes de contingencia, establecer redundancias como la duplicación del puesto de mando del Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), la monitorización de áreas inundables, rediseñar infraestructuras de paso o mejorar la gobernanza del transporte entre las administraciones incorporando la participación de la sociedad civil a los equipos redactores.

Tanto Nel·lo como Boira han criticado el decreto de medidas urbanísticas urgentes para favorecer las tareas de reconstrucción tras los daños producidos por la dana aprobado por el Consell. Gracias a normativa se podrán hacer efectivos cambios de ubicaciones de viviendas o polígonos mediante planes especiales para «facilitar las labores de reconstrucción».

«Incrementar la desregulación de los usos del suelo alegando la necesidad de la velocidad de intervención, más que llevarnos a mejorar la situación, aumentará los riesgos futuros», ha dicho el profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona. Sobre esto, el comisionado del Gobierno para el Corredor Mediterráneo ha criticado que las modificaciones de inmuebles o fábricas se hagan «sin planificación metropolitana y sin esquema de reflexión de ordenación del suelo ni de la movilidad».