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MAR GUADALAJARA
VALENCIA.
Lunes, 9 de septiembre 2019, 00:04
Ya no resulta extraño cruzarse a alguien que está inhalando de cigarrillo electrónico o fumando tabaco sin combustión. Las pipas de agua, los pitillos electrónicos o los vapeadores se extienden entre los consumidores más jóvenes, que han caído en el atractivo de estos nuevos productos. Crean dependencia y adicción, poseen las mismas sustancias que el tabaco y son igual de nocivos. La ley antitabaco implantada en 2006 fue tildada de pionera. En 2010 se endureció, reforzando la prohibición de los espacios sin humos. Una década después, la industria sigue ganando la batalla y el consumo de tabaco es el principal problema de salud pública en España. El consumo en la Comunitat no ha dejado de crecer y se sitúa por encima de la media nacional. Expertos en neumología advierten: sólo endureciendo la norma se podría frenar el repunte.
«Al principio esta ley fue efectiva y llegó a ser un referente europeo, pero se ha ido relajando y en los últimos años hay un repunte del consumo. Eso no se puede permitir, es necesario revisarla», explica el doctor en neumología del Hospital Universitario Doctor Peset, Rubén Lera. Alerta de cómo, «entre los jóvenes, los nuevos productos están calando fuerte, iniciándose en la drogadicción hacia la nicotina. La industria es muy inteligente y trata de seguir enganchando a ese consumo y todo ello no lo contempla la ley», lamenta.
El doctor Lera asegura que estos nuevos productos, pese a venderse como menos dañinos, tienen los mismos efectos nocivos que el tabaco. «No lo tienen nada fácil para mejorar la legislación, pero deben hacerlo», insiste José Vicente Greses, doctor de neumología en el Hospital Quirón Salud de Valencia.
«Hay que tener en cuenta que es un producto que está en el mercado legalmente, del que se cobra impuestos y que es capaz de hacer daño. Eso deja en una situación comprometida a las administraciones, aunque las prohibiciones en este ámbito tampoco funcionan», apunta.
Uno de cada dos estudiantes de entre 14 y 18 años ha probado alguna vez el cigarrillo electrónico, según la última encuesta Estudes del Ministerio de Sanidad. Constata el aumento del consumo, ya que hace dos años uno de cada cinco de esos menores aseguraba haber usado los dispositivos. Los datos los facilitó la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Azucena Martí, durante la presentación de una campaña.
La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, defendió las medidas más restrictivas ante el aumento de la adicciones a las drogas legales, proponiendo endurecer las leyes que regulan el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco. Esta droga causa la muerte de unos 500 valencianos al mes y alrededor de 6.000 al cabo del año.
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