PAU SELLÉS
Lunes, 14 de febrero 2022
La cooperación es la estrategia que siguen muchos pequeños municipios valencianos para no quedar varados en el mar burocrático de la administración pública. Tramitar subvenciones, otorgar permisos de quemas agrícolas, o llevar la contabilidad fiscal, son solo algunas de las tareas que en muchos ayuntamientos recaen sobre una única persona.
Publicidad
Esta falta de personal provoca que algunos consistorios como los de Tollos y Quatretondeta se hayan tenido que aliar para compartir el mismo auxiliar administrativo. Ambos municipio pertenecen al Valle de Seta, una subcomarca de El Comtat, y que con poco más de 800 habitantes es una de las regiones más despobladas de Comunitat.
Ignasi (que así se llama el administrativo) acude a Tollos los lunes por la mañana y algunas tardes, mientras que el resto de días hace lo propio en Quatretondeta. «A mí me podrían substituir y el Ayuntamiento seguiría funcionando igual, pero si lo quitan a él no sabríamos qué hacer», reconoce el alcalde quatretondetí Francisco Picazo.
Que la población de este municipio sea de 117 habitantes no es óbice para que la cantidad de trabajo sea «ingente», y es que en la práctica, el auxiliar administrativo ha tenido que asumir muchas de las tareas que le corresponden al secretario interventor que aporta la Diputación de Alicante. «Antes venía dos veces por semana, pero a raíz de la pandemia teletrabaja muchos días, así que la comunicación es fundamentalmente a través del teléfono y el correo electrónico».
Eso hace que 'de facto' el auxiliar también ejerza como jefe de personal de una decena de trabajadores (todos ellos contratados con programas subvencionados de empleo). Según Picazo, «sería fundamental que los pequeños ayuntamientos dispusiéramos de un funcionario o asesor que llevara toda la parte económica».
Publicidad
Noticia Relacionada
En Alcosser la situación es idéntica en cuanto a volumen de personal, con una auxiliar administrativa que ofrece atención presencial tres días a la semana más las visitas de la secretaria interventora. «Nuestra administrativa se desvive y hace más horas de las que le toca para sacar adelante todo el trabajo», reconoce la alcaldesa Lucía Capablanca. A las tareas propias del Ayuntamiento, esta trabajadora suma las correspondientes al juzgado de paz, desde donde ostenta competencias en el orden civil como penal.
La primera edil afirma que no encuentran grandes obstáculos a la hora de tramitar ayudas de la Diputación de Alicante, pero las dificultades llegan cuando recurren a la Generlitat, algo que les ha hecho dejar de pedir subvenciones autonómicas. Entre esos problemas alude a la demora en los pagos, algo que les lastra, máxima teniendo en cuenta su presupuesto anual de unos 220.000 euros.
Publicidad
La elevada burocracia también sobrecarga la gestión municipal, especialmente en el ámbito de la contratación. Algunas grandes inversiones, como la ampliación del cementerio o el acondicionamiento de un centro cultural, llevan tiempo paralizadas por la limitada capacidad del consistorio alcosserí. «Hemos pedido que se encargue la Diputación de licitar esos proyectos, pero aún seguimos a la espera».
Lo mismo ocurre con los fondos europeos para ejecutar proyectos, y es que según la alcaldessa, «sería muy ilusionante pedirlos, ¿pero luego quién se va a encargar de gestionarlos?».
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.