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Manuel García
Valencia
Jueves, 7 de noviembre 2024, 11:13
Recuperar la normalidad. Ese el deseo de todos los valencianos, sobre todo los que sufrieron los efectos de la pandemia, con pérdidas personales y materiales, y los que la vivieron también con angustia. Para una familia ese anhelo de regreso a lo cotidiano es doble.
Ángela Agudo sigue recuperándose en el hospital La Fe de Valencia, a donde llegó en la noche del martes procedente de Tailandia. En el país asiático sufrió un accidente de moto que le causó graves heridas en la cabeza. Parece que lo peor ya pasó, pero aún queda un largo camino por recorrer.
Tras su llegada al centro sanitario valenciano a bordo de un avión medicalizado ahora ha llegado el momento de la realización de pruebas de todo tipo, debido al protocolo de cambio de hospital. El objetivo es conocer al máximo detalle posible el estado de Ángela, que sigue en coma, crítica pero estable, y saber de qué manera actuar a partir de ahora.
El hecho de ver a Ángela, una persona de sólo 26 años, en coma, ha sido un primer shock importante para sus seres queridos, pero todos apuestan por la recuperación. «Estamos intentando mandarle toda nuestra fuerza y le hablamos confiando en que nos pueda escuchar», asegura Marián, su prima.
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La familia espera el resultado de esas pruebas y confía en que el mismo señale que se está produciendo una evolución positiva dentro de un proceso que, según han advertido siempre, será lento.
Su hermano Diego está trabajando como nunca y no tiene la suficiente paciencia para que llegue el fin de semana para poder ir a ver a su hermana. Los efectos de la Dana, que afectaron a la localidad de Godelleta, son notables. Y Diego, con su máquina retroexcavadora, no sabe ni las horas que ha trabajado desde el pasado martes 29 de octubre, la fecha que nadie olvidará ya de por vida.
Mientras tanto, los padres de Ángela, comienzan a recuperarse del gran agotamiento físico y mental sufrido durante el último mes: «Están bastante agotados y un poco desorientados con el cambio de horario. Pero contentos porque al menos terminó la pesadilla de estar en Tailandia y ahora comenzamos la etapa de la recuperación. Para ellos será algo más fácil porque estarán arropados por sus allegados».
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