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Federico Félix. damián torres
Federico Félix: «La clase política no estuvo a la altura de la reivindicación durante un tiempo»

Federico Félix: «La clase política no estuvo a la altura de la reivindicación durante un tiempo»

10 años de ave ·

El empresario y presidente de ProAVE lamenta las trabas que encontraron al defender el AVE Madrid-Valencia y reclama más unidad en los proyectos conjuntos

Isabel Domingo

Valencia

Viernes, 18 de diciembre 2020, 02:25

Hablar del AVE Madrid-Valencia es hablar del empresario valenciano Federico Félix, que se puso al frente de la reivindicación para lograr que la alta velocidad fuese una realidad.

–¿En qué momento llegaron a la conclusión de que se necesitaba una entidad como ProAVE para reclamar la alta velocidad?

–Surgió porque la N-III fue de las últimas que se hizo en España pese a ser la que más tráfico tenía. Me acuerdo siempre de José Bono [presidente de Castilla La Mancha] porque fuimos a verlo varias veces y la última me echó del despacho porque decía que no era el momento de hacerla por las Hoces del Cabriel. Todo lo demás estaba más o menos claro y ahí estábamos con el señor Bono. Pero José María [Jiménez de la Iglesia] y yo seguimos peleando y nos dimos cuenta de que hacía faltaba un lobby para que también el AVE, que ya estaba en Sevilla, lo tuviéramos en Valencia. Y creamos la fundación ProAVE en el año 1990. En aquel entonces íbamos a ver a los políticos de turno y recuerdo que siempre nos decían que era muy buena idea pero, cuando iban a Madrid, decían lo contrario. La clase política no estuvo a la altura de la reivindicación y no nos ayudó durante un tiempo.

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–Hubo en tiempo en el que, además, el Gobierno decía que el AVE no tocaba por el trasvase.

–Es verdad y, también, una mentira. Era lo que les convenía decir para evitar hacer esta obra y sirvió de excusa durante mucho tiempo. Nosotros, como fundación, sufrimos ataques frontales y, sobre todo, desprecios en actos públicos. Personalmente he sufrido muchos desprecios. Nos llegaron a hacer la vida imposible, lamentablemente con la complicidad de algún dirigente empresarial que, en lugar de estar a nuestro lado, estaba al lado del político. Pero al final se consiguió y el AVE está ahí.

–¿Por qué aquel enfrentamiento con el empresariado?

–La conclusión a la que he llegado es que los intereses políticos del partido están, o por lo menos han estado, por encima de los intereses del presidente de la comunidad y de la propia autonomía. Por eso nació el partido político valenciano, al que nosotros nunca entramos, nunca, aunque estábamos a favor de que defendiera los intereses de la Comunitat. Pero tampoco dio resultados y se diluyó.

–¿Cuál fue el peor momento?

–Cuando lograron, a través de los políticos, que la organización que teníamos, nuestra pequeña estructura, se resintiera hasta tal punto de que éramos 50-60 y nos quedamos en menos de la mitad. La gente, ante la presión política, se fue. Fue un momento delicado. Pero tuve la suerte, no se me puede olvidar, de que José María, Silvino Navarro, José Lladró, Ildefonso Carrascosa... en lugar de estar dudosos, me apoyaron y vimos las ganas de seguir adelante. Aquello me emocionó.

–¿Y el mejor?

–Cuando inauguraron el tramo del viaducto de Contreras. Era el espigón más fuerte que habíamos encontrado y entonces comprendimos que esto salía. Fue muy emocionante para todo ProAVE, incluso más que el viaje inaugural, cuando el rey Juan Carlos o la alcaldesa tuvieron una mención para mí. Luego ha habido anécdotas, como el señor que me paró por la calle y me dijo que le había cambiado la vida porque con el AVE ya podía irse por la mañana a Madrid a trabajar y volver a casa a dormir en vez de estar toda la semana allí. Esas espontaneidades alegran.

–Luego llegó el corredor mediterráneo.

–Cuando acabó el AVE nos dijimos '¿Y ahora qué?' Tuvimos claro que había que apoyar el corredor porque su impacto iba a ser incluso mayor. Hemos conseguido cosas pero menos de las que esperábamos.

–¿Cómo ve Valencia diez años después?

–El AVE ha hecho algo muy grande y no somos capaces de entenderlo. Hemos reducido las emisiones al medio ambiente, se ha beneficiado nuestro turismo y la hostelería. Porque nuestras fuerzas son las que son: somos turismo, es el motor socioeconómico más importante para la Comunitat. Y todas las piezas que ayuden a que eso se consolide, bienvenidas sean.

–¿Por qué a los valencianos nos cuesta reclamar tanto lo que nos corresponde?

–Me he hecho esa pregunta muchas veces y he llegado a una conclusión: las personas tenemos una serie de virtudes y defectos. Las virtudes nos afectan para pedir cosas que nos interesan y los defectos para no hacerlo. El valenciano tiene una serie de cualidades maravillosas pero no somos grupo, nos cuesta hacer piña, porque somos individualistas. Y no es algo de ahora sino histórico. Eso tiene contras para tener un proyecto conjunto pero ventajas para ser más creativos y emprendedores.

–En los cumpleaños, con la tarta, se pide un deseo. ¿Cuál sería el suyo en este aniversario?

–Pues que esa falta de unidad que tantos disgustos nos ha costado y nos cuesta a los valencianos fuéramos capaces de reconocerla e intentar cambiarla. Porque los resultados, cuando nos hemos unido, están ahí.

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