El ferrocarril a Zaragoza, en la encrucijada

Un tractor, con más de diez años de antigüedad y remolcando un apero, es más rápido que un tren de la línea Valencia-Zaragoza a su paso por la localidad de Navarrete. Probablemente habrán visto estas imágenes en los últimos días ya que forman parte de uno de los vídeos promovidos por la plataforma Teruel Existe para llamar a la participación en la manifestación que hoy recorrerá las calles de Valencia. La Comunitat y Aragón, especialmente Teruel, unidas para reivindicar la mejora de la conexión ferroviaria entre las dos autonomías.

El clamor no es nuevo. Se remonta varias décadas atrás pero coge fuerza en 2014 tras conocerse que el puerto de Barcelona quiere impulsar el desarrollo del ramal interior del corredor mediterráneo (Algeciras-Madrid-Zaragoza-Tarragona-frontera francesa) en detrimento del puerto de Valencia, perjudicado por el mal estado de la conexión ferroviaria entre Sagunto y Zaragoza, prácticamente en el mismo estado que en el siglo XIX.

Aragón pidió entonces a la Comunitat hacer frente común ante el Ministerio de Fomento -con Ana Pastor entonces a la cabeza- para reclamar la modernización de la línea y las inversiones, como las del tren-tierra, que se habían quedado en el cajón. Los empresarios dieron un paso al frente -la CEV incluso impulsó dos estudios- y pusieron sobre la mesa la necesidad «irrenunciable» de desarrollar el corredor cantábrico-mediterráneo en el ámbito de las mercancías para mejorar la competitividad de las empresas.

Precisamente el informe de demanda reflejó que la mejora de la conexión permitiría la circulación de alrededor de un centenar de trenes semanales por el eje Sagunto-Zaragoza (entre 48 y 54 por sentido) con un millón de toneladas en mercancías. Este tipo de convoyes llegó a desaparecer por las malas condiciones de la vía y, actualmente, tras varias actuaciones de mejora, hay 30 que utilizan la conexión.

Varias cumbres empresariales y una manifestación en Teruel con 2.000 personas, unido a los sucesivos problemas para la circulación de los trenes de pasajeros y de mercancías, sirvieron para que Fomento -ya con Íñigo de la Serna al frente- reaccionara y presentara un plan director con inversiones de 335 millones hasta 2022 que, actualmente, sigue desarrollando el actual ministro, José Luis Ábalos.

Se tradujo en la instalación del tren-tierra, que permite operar por la noche y con un único maquinista, después de doce años de espera; la eliminación de ocho limitaciones de velocidad (la línea llegó a tener hasta 18, alguna vigente desde 2004); o las obras de renovación de 11 estructuras que han permitido, desde el pasado lunes, que aumente la capacidad de carga de los trenes hasta las 22,5 toneladas frente a la limitación anterior de 20, por lo que la línea queda homologada a las del resto de España.

La propuesta de Fomento, que convocará la próxima semana la comisión de seguimiento del plan integral de la línea, no se queda ahí y Adif anuncia para 2019 la supresión de otras cuatro limitaciones -una de ellas en el punto donde se grabó el vídeo de Teruel Existe- o la licitación de los proyectos para adaptar varias estaciones a los trenes de mercancías de 750 metros. Como actuación destacada, a finales de 2018 saldrá a concurso el proyecto 'joya': la mejora integral de toda la infraestructura ferroviaria

Es en este contexto donde llega el mazazo de Europa al conocerse la exclusión del ramal Sagunto-Zaragoza (la parte sur del corredor cantábrico-mediterráneo) de la revisión de la red transeuropea, es decir, el mecanismo financiero 'Conectar Europa' con ayudas para el periodo 2021-2027. Sí que figura el eje norte Bilbao-Pamplona-Zaragoza.

Con cruce de acusaciones de por medio entre los dos equipos ministeriales (PP y PSOE) sobre si hubo premeditación o no en la exclusión de la propuesta española a Bruselas, el frente común de Valencia y Aragón se reactivó para lograr presentar alegaciones y que Europa contemple la posibilidad de incluir en el mapa el tren a Zaragoza y, por tanto, ser susceptible de recibir ayudas para la ejecución de las obras.

Es aquí donde la Confederación de Asociaciones de Vecinos de la Comunitat Valenciana (Cavecova), a la que se sumó su homóloga de Aragón y otras entidades ciudadanas, planteó una manifestación en Valencia con el objetivo de sacar a la conexión ferroviaria de la encrucijada en que se encuentra. Esto es, reclamar a Europa la consideración de la línea en la red y la necesidad de recuperar el proyecto verdadero del corredor cantábrico-mediterráneo más allá de modernizar la línea actual. Es decir, la doble plataforma diferenciada para pasajeros y mercancías, con un trazado nuevo y electrificado y en alta velocidad.