Las futuras dueñas del cielo eligen Valencia

Carmen procede del IES Los Olmos y cursó la modalidad 'Bachibac', que permite conseguir tanto el título de Bachiller español como el equivalente francés. Y Marina hizo lo propio en el colegio La Enseñanza. Acaban de conocerse (una va a clases en turno de mañana y otra en el de tarde) y tienen un objetivo compartido: alcanzar sus metas profesionales sin renunciar a disfrutar la vida.

«Las claves son el esfuerzo, la constancia y no rendirte, porque las cosas no van a salir siempre bien a la primera, pero también hay que evitar renunciar a la vida social», explica Marina. «Si te centras sólo en los estudios, estar encerrado en un único sitio… te vuelves un poco loca», ejemplifica. Carmen suscribe sus palabras. «El programa francés ya de por sí te obliga a renunciar a horas, a lo que hay que sumar las extracurriculares, pero sí es cierto que yo intentaba salir, como mínimo, una vez a la semana para desconectar, porque no quería que los estudios englobaran toda mi vida. En cualquier caso, sin el apoyo de mis profesores, mis amigos y, sobre todo, mi familia, no hubiera sido capaz de sacar esta nota», explica la joven.

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Las dos tenían bastante claro qué iban a estudiar, pese a que semejante nota de acceso (que implica la perfección en Bachillerato y en las fases obligatoria y voluntaria de la selectividad), les abría la puerta a cualquier grado del sistema universitario español.

«Lo tenía bastante claro», afirma Marina. «Siempre me han hablado muy bien de la UPV y según muchísimos rankings es una de las mejores universidades del mundo», explica. En cuanto a su futuro profesional, dice que el sector de la tecnología y las aeronaves siempre le ha interesado. «Conozco a bastante gente que lo ha cursado o ya está trabajando en ello y me han transmitido cosas muy buenas», explica. «Tanto esta como cualquier otra ingeniería ofrecen muchas posibilidades en el mercado laboral, por lo que no sé dónde voy a parar, pero me encantaría llegar a trabajar en algo relacionado con el sector de la aerodinámica, la mecánica de aviones, coches o naves», reflexiona.

A Carmen, por su parte, la aspiración profesional le viene de sangre. «Creo que es algo genético», resume. «Vengo de una familia de ingenieros y programadores. He crecido en ese entorno y la verdad es que la Aeroespacial siempre ha sido la ingeniería que más me ha llamado la atención», añade. En cuanto a su futuro a medio plazo, apunta a la ISAE Supaero de Toulouse, donde tiene intención de continuar su formación: «La UPV está hermanada con ella, y las instalaciones de ambas son increíbles. Me gustaría continuar mis estudios allí, ya que está centrada en Ingeniería Aeroespacial, el francés como idioma me gusta mucho y también viajar, cambiar de aires o tener nuevas experiencias. Quiero tener pasión en lo que hago», sentencia.