Secciones
Servicios
Destacamos
La amenaza no se ha llegado a concretar. El Gobierno ha rectificado y ha incluido en el Plan Hidrológico del Júcar –aprobado el pasado martes con el voto favorable de todos los regantes de la ribera de río– el convenio de Alarcón que en un primer borrador planteaba excluir del documento de planificación hidrológica.
La presión de los regantes ha conseguido que el Ejecutivo cambie de opinión y abandone una maniobra que estaba pensada para favorecer a los usuarios de Castilla-La Mancha.
Los regantes del Júcar cedieron en 2001 la gestión del embalse de Alarcón al Ministerio de Medio Ambiente. Fue una decisión nada sencilla porque la existencia de este pantano se debió a todos ellos que con su esfuerzo y trabajo estuvieron décadas pagándolo. El entonces Ministerio de Medio Ambiente pretendía asumir su gestión e integrarlo en el sistema hídrico nacional con el objeto de que otros usuarios, en especial los de La Mancha, se beneficiaran de sus recursos.
Fue un acuerdo en el que todos cedieron y con el que todos salieron ganando. Finalmente se consiguió firmar ese 23 de julio de 2001 siendo Jaume Matas ministro de Medio Ambiente.
Todo seguía sin cambios hasta que el actual Gobierno se planteó denunciarlo en el nuevo Plan del Júcar con el objetivo de tener las manos libres para llevar más agua a los regadíos que se encuentran en plena expansión en La Mancha Oriental en detrimento de los usuarios del Júcar en Valencia. Finalmente ha desechado la maniobra y optado por dejar las cosas como estaban.
Ahora bien, aunque el Ejecutivo central ha dado marcha atrás en su decisión de denunciar el embalse de Alarcón, no lo ha hecho en su intento de favorecer a los regantes de Castilla-La Mancha.
Así lo pone de relieve el reparto de fondos Next Generation de la Unión Europea que se han incluido en la planificación hidrológica, según resaltan fuentes de los regantes del Júcar. En este plan se propone la inversión de 70 millones para unas obras de sustitución de bombeos en la Mancha Oriental. En cambio no hay ninguna inversión prevista para los sectores pendientes de modernización de la Acequia Real del Júcar. Además, estas obras de sustitución no harán más que detraer agua de un caudal ya deficitario.
Esta actuación se realiza para cumplir con la previsión del plan de completar el envío de hasta 80 hectómetros cúbicos de agua superficial del Júcar desde Alarcón a los regadíos de la Mancha y así corregir la sobreexplotación del acuífero de La Mancha Oriental. En cambio, las obras pendientes de modernización de los regadíos del Júcar, que retornarán agua al cauce del río, acumulan un retraso cercano a las dos décadas. En la firma del convenio de Alarcón el Gobierno y la Generalitat se comprometieron a que todo el proceso estuviera terminado en 2009. No ha sido así. Y ya se acumulan más de veinte años de retraso desde que se firmó la cesión del pantano.
De los 46 sectores en los que se ha dividido la zona regable que se va a transformar en riego por goteo, sólo 17 se encuentran en funcionamiento dos décadas después. Otros cinco están ahora en obras.
Hay 24 sectores pendientes de los que seis están con proyectos presentados y en tramitación en la Conselleria de Agricultura. Todos estos tienen una dotación consignada en los presupuestos de la Generalitat para el año que viene.
Por otra parte, cinco sectores más están en tramitación en la administración del Estado con una inversión aprobada por el Consejo de Ministros en 2014 y se encuentran en fase de tramitación ambiental.
Otros dos sectores van a ser ejecutados por la empresa pública Seiasa y otros tres por la Seiasa, el Ministerio de Transición Ecológica y la Conselleria de Agricultura.
El problema surge con los ocho que restan y de los que hasta ahora nadie se ha hecho cargo de ellos. En el plan se incluyen como obras a finalizar antes de que concluya el ciclo hidrológico (2027). Pero los regantes ya no se fían después de dos décadas de promesas incumplidas.
Fuentes de la Acequia Real del Júcar consideran que como ninguna administración se haga cargo de ellos y se pidan fondos europeos para ejecución -como para la sustitución de bombeos en Castilla-La Mancha- no se van a realizar en el tiempo previsto.
Los regantes recuerdan que la inversión necesaria para concluir estos ocho sectores es de 45 millones de euros. Además, señalan que de que se terminen estas obras depende la llegada de más agua de calidad a la Albufera.
Los regantes se han comprometido a enviar al humedal 40 hectómetros anuales de agua de calidad tan necesaria para el parque. Pero el requisito previo para que se pueda liberar esta cantidad es que se termine la modernización.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.