El agua es un bien escaso. Y más en el sureste español, donde su carencia es más acuciante y la situación se presenta aún peor ... en los próximos años por las consecuencias del cambio climático. La pelea por cada gota es vital y así se están acometiendo obras de modernización de los regadíos para conseguir un ahorro sustancial.
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Pero estas obras en la Comunitat acumulan un retraso de cerca de dos décadas. La modernización tendría que haber finalizado en 2009 pero hoy, en 2023, están pendientes la mitad de los sectores (24 de 46) de la Acequia Real del Júcar (ARJ). Las obras tendrían que haberse ejecutado por el Gobierno central y parte por la Generalitat, aunque estas están más avanzadas.
Frente a estos retrasos, el regadío en La Mancha está en pleno proceso de expansión. Como ejemplo valga que recientemente se ha firmado un convenio con el Seiasa por el que se extenderá la superficie de regadío en 5.000 nuevas hectáreas en varias comarcas de la provincia.
Pero más allá de los plazos, también es llamativa la inversión en una zona u otra. Los agricultores de Castilla-La Mancha no van a tener que poner ni un euro en estas obras, tal y como ha reconocido el consejero de Agricultura de la Junta, Francisco Martínez, que ha asegurado que entre 2023 y 2027, según el Plan Hidrológico del Tajo recientemente aprobado recibirán 2.000 millones de euros en infraestructuras hidráulicas.
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De hecho, Martínez ha señalado que se trata de «la inversión más grande de la historia del regadío en Castilla-La Mancha» que beneficiará directamente a Albacete con la segunda fase de la sustitución de los riegos por bombeo. La puesta en marcha de estas obras permitirá la recuperación de los niveles freáticos del acuífero de la Mancha Oriental actualmente sobreexplotados. Estas actuaciones cuentan con un presupuesto que ronda los 80 millones de euros.
Así, la Junta de Castilla-La Mancha ha concedido ayudas directas a la Comunidad de Regantes Balazote-La Herrera (Albacete) para la financiación de las obras de modernización y también a la Comunidad de Regantes Estrecho de Peñarroya (Ciudad Real) con el mismo objetivo.
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Estas obras de sustitución de bombeos se realizan para completar el envío de 80 hectómetros cúbicos de agua superficial del río Júcar desde el embalse de Alarcón a los regadíos de La Mancha para corregir la sobreexplotación del acuífero de la Mancha Oriental.
No está sucediendo así en el caso de los regantes valencianos donde la inversión todavía pendiente desde 2009 ronda también los 80 millones de euros, una cantidad muy similar a la de Castilla-La Mancha. Pero en la Comunitat los regantes tienen que abonar hasta el 40% del coste de la actuación. De este modo, recientemente la Acequia Real del Júcar ha firmado un convenio con el Seiasa para la modernización de dos sectores (el doce y el trece). El Ministerio asumirá el 80% de la actuación, pero como hay partidas que no cubre la subvención, los regantes de la Acequia Real tendrá que hacer frente al 40% del importe global.
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En este sentido, una de las alegaciones formuladas por la Acequia Real en su explicación de voto del Plan Hidrológico del Júcar es que todavía hay ocho sectores que no han sido incluidos dentro de las actuaciones a ejecutar con los fondos europeos Next Generation y considera que «será muy difícil ejecutarlos en los plazos previstos y, por tanto, cumplir las previsiones del Plan y los compromisos asumidos con l'Albufera y los regantes de la ARJ en el marco del PHDJ 2022-2027 sin la ayuda de estos fondos».
El importe de la actuación en estos ocho sectores es de 45 millones de euros. Las redes de transporte ascienden a 17,3 millones que en teoría van a ser asumidos por el Ministerio para la Transición Ecológica. El problema es, como resaltan las alegaciones, es que este mismo departamento asumió en 2014 la modernización de otros cinco sectores en los que todavía no han comenzado las obras. Es decir, los regantes no se fían demasiado de las promesas de la administración central.
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Por otro lado, las redes de distribución tienen un coste estimado de 27,4 millones de euros. La ejecución de estas obras ha sido asumida por la Generalitat Valenciana que ha asignado la ejecución de tres sectores que están en tramitación para completarse en 2023 y 2024 pero también consideran que no parece previsible que pueda afrontar la ejecución de las redes de distribución de los ocho sectores pendientes en el plazo previsto si no cuenta con alguna ayuda.
Además, en esta explicación de voto subrayan que no tiene sentido que las obras de sustitución de bombeos se hagan antes que la modernización de los regadíos. En este sentido, recuerdan que llevar agua a los regantes de La Mancha sólo se puede hacer a través del Convenio de Alarcón (firmado en 2001 entre el Estado y los regantes). Esa cesión de aguas tiene una contraprestación y es que se deben ejecutar previamente las obras de modernización de los regadíos en el Júcar.
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La diferencia entre las obras de sustitución y las de modernización son palmarias. Por un lado, las que se van a realizar en La Mancha sacan 80 hectómetros cúbicos del río Júcar mientras las pendientes en la Acequia Real generan un ahorro de 40 hectómetros cúbicos. Además, esta cantidad tiene un claro fin medioambiental.
La modernización de estos sectores permitirá destinar 40 hectómetros de agua de calidad anualmente a la Albufera con el objetivo de recuperar el buen estado ecológico del parque.
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