Cajas con droga apiladas en las estanterías y el suelo de una de las cámaras acorazadas de Sanidad Exterior. toni blasco

Aquí se guarda toda la droga decomisada en Valencia

Los depósitos judiciales reciben una tonelada de sustancias estupefacientes al mes de incautaciones en la Comunitat | El aumento de aprehensiones de alijos de cannabis en los últimos meses satura las cámaras acorazadas de Sanidad Exterior y causa problemas de salud

Javier Martínez

Valencia

Sábado, 19 de octubre 2019, 19:15

Los depósitos de droga están saturados en Valencia. Las cajas repletas de cogollos y hojas de cannabis se encuentran apiladas en el suelo por falta de espacio. El aumento de incautaciones de alijos de marihuana en los últimos meses ha desbordado las previsiones. Las dos cámaras acorazadas de Sanidad Exterior están llenas de sustancias estupefacientes. Los agentes de la Guardia Civil, la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional confiscan una tonelada de droga, al menos, cada mes en las operaciones que realizan en la Comunitat Valenciana.

Publicidad

Mientras los jueces tratan de agilizar la destrucción de los alijos, los procedimientos de cultivo de cannabis se desarrollan de forma alarmante con instrucciones obtenibles por internet. Los agentes antidroga desmantelan varias plantaciones de marihuana cada semana, pero las bandas de traficantes proliferan o se reorganizan y montan al poco tiempo más invernaderos en naves industriales o casas con conexiones ilegales a la red eléctrica.

El auge del tráfico de cannabis, con importantes beneficios y bajo reproche penal, la lentitud de las diligencias previas y los análisis de muestras necesarios para los procedimientos judiciales han saturado los depósitos de droga hasta el punto de que, ante la falta de espacio, la Guardia Civil y la Policía Nacional se ven obligadas a almacenar alijos durante varios días en calabozos o cuartos cerrados con llave en cuarteles y comisarías.

Guardias civiles y policías almacenan droga en calabozos y habitaciones por falta de espacio

El ritmo de destrucción de las sustancias estupefacientes se agilizó con el cambio de protocolo impulsado por el Gobierno tras los asaltos a los depósitos de Valencia, Málaga Cádiz o Huelva, entre otras ciudades, en los que bandas de delincuentes robaron grandes cantidades de droga antes de que fuera quemada.

A ello se añade el hecho de que el almacenamiento de cannabis parece innecesario e inútil, ya que su rápida degradación y putrefacción hace que sea imposible realizar nuevos análisis, algo que no sucede con la cocaína y las drogas de diseño. Además, las hojas y cogollos no pueden ser devueltos a los procesados, aunque fueran absueltos, ya que el estado en que se encuentran a los pocos días de su incautación los convierte en una sustancia orgánica inservible para cualquier fin.

Publicidad

Para la realización de cualquier análisis posterior que pudiera ordenar un juez o un tribunal a lo largo del procedimiento, siempre queda la muestra que los empleados de Sanidad Exterior separan del alijo para analizar su pureza y realizar contraanálisis.

Las plantas de cannabis que se almacenan en los depósitos se pudren, están parasitadas con insectos y orugas que se convierten en mariposas y desprenden olores y partículas con perjuicios de salubridad y riesgos de salud para el personal que trabaja en las instalaciones. La concentración de gases y olores causan dolores de cabeza e incluso náuseas a los funcionarios que pesan la droga y apilan las cajas. Para comprobar los efectos nocivos, uno de los trabajadores se sometió a un test salival de detección de sustancias estupefacientes y dio positivo en cocaína tras descargar y pesar un gran alijo de esta droga.

Publicidad

Además, el almacenamiento de cannabis puede causar también problemas técnicos, como averías en los sistemas de alarma de los depósitos debido a la elevada generación de humedad por el proceso de putrefacción. LAS PROVINCIAS fue testigo de la saturación de los almacenes de droga de Sanidad Exterior, con la condición de no revelar la ubicación de las cámaras acorazadas, y de la extraordinarias medidas de seguridad que tiene el edifico, como un circuito cerrado de televisión con cámaras que graban las 24 horas del día, sistemas de alarma con sensores sísmicos, puertas con sistema de apertura retardada y vigilantes que custodian el interior y exterior de los depósitos. Allí se almacenan todas las semanas cientos de kilos de droga en cajas blancas para las muestras y marrones para los alijos.

Traslado y quema de los alijos con grandes medidas de seguridad

Los traslados de los alijos de droga se realizan entre grandes medidas de seguridad para evitar que bandas organizadas de delincuentes asalten los camiones que transportan cocaína, hachís y marihuana. El destino de los alijos es una planta incineradora en el norte de España. Allí se destruye la droga intervenida en la Comunitat Valenciana y en otras regiones de España.

El depósito judicial del Puerto de Valencia ya sufrió un espectacular robo en la Nochevieja de 1997. La banda de Cásper, un grupos de butroneros que fue desmantelado años después, agujereó una de las dos cámaras acorazadas del edificio de Sanidad Exterior. Era el primer asalto de este tipo perpetrado por una banda organizada de delincuentes en nuestro país. Los ladrones robaron 106 kilos de cocaína y 50 litros de piperonal, un precursor utilizado para elaborar pastillas de 'éxtasis'.

Tras este asalto, la Delegación del Gobierno reforzó las medidas de seguridad en el edificio para acabar con cualquier tentación delictiva. Los jueces también agilizaron las diligencias para vaciar los almacenes y quemar con más rapidez la drogas confiscadas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Enamórate de LAS PROVINCIAS: suscríbete 12 meses por 12 €

Publicidad