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El matrimonio de Oliva, que no puede regresar a su casa en el campo porque ha sido ocupada por su hijo y su pareja. TXEMA RODRÍGUEZ

«Mi hijo y su novia no nos dejan volver a nuestra casa»

José y Josefa acusan a sus parientes de tirarles del hogar que tienen hace 20 años. Malviven en un piso de Oliva sin muebles ni ropa

Jueves, 27 de enero 2022, 01:56

Nueve meses fuera de su casa de Oliva. Ese el tiempo que hace que Josefa Requena y José María Simó no pueden pisar su parcela de la partida Gorg, donde tienen su residencia desde hace más de 20 años. El motivo es que ... un «hijo y su novia se han adueñado de ella con mentiras y una denuncia falsa», como ellos mismos han contado: «Mi hijo y su novia no nos dejan volver a casa».

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Este matrimonio de 75 años ella y 74 él, tiene cuatro hijos y uno de ellos «lleva mala vida», lo que le está generando muchos problemas. «Tienen 30 años y vivía con nosotros, no lo íbamos a dejar en la calle, pero trajo a una novia que no queríamos que estuviera en la casa de campo con nosotros por que ambos bebían y nos hacían sufrir muchos».

La pareja del chico de 28 años discutió en mayo de 2021 con José Simó, llamó a la Guardia Civil y «dijo que le había pegado y la había amenazado con arma blanca». El hombre ha asegurado que fue una trifulca familiar: «Ella siempre tenía que hacer lo que quería y no me dejaba ni preguntar, incluso quería cambiar la medicación a mi mujer y se enfadaba si me oponía».

Ahí empezó el calvario para este matrimonio. José con casi 74 años se fue engrilletado y pasó la noche en el calabozo. El juez decretó 36 meses de alejamiento de la denunciante y 12 meses de cárcel. Por tanto, ya no pudo regresar a su vivienda, donde estaba la novia de su hijo.

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Piso sin comodidades

Simó y su mujer tuvieron que volver a un piso viejo que tienen en el caso urbano de Oliva, en la calle García Ordóñez, de donde no pueden salir al carecer de ascensor y tener ambos problemas de movilidad. «Mi mujer tiene mal los pies y yo sufro de la cadera y de la espalda, ha relatado el hombre.

«Aquí no hay casi muebles ni comodidades, las ventanas son viejas y no tenemos ni nuestra ropa para poder vestirnos. Está todo en nuestra casa de la partida Gorg», ha explicado el hombre de 74 años. Tras la denuncia y las medidas cautelares llegó el juicio y la sentencia, donde no se pudieron probar los hechos.

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Esa fue la única alegría para José y Josefa en todo este tipo, que creían que todo esa pesadilla estaba a punto de acabar. Pero no fue así. El fallo absolvía a José y anulaba la orden de alejamiento y la pena de cárcel. Pero la sorpresa llegó cuando el matrimonio, acompañado de sus otros hijos, intentó regresar a su casa de campo y no pudieron acceder a ella.

«No podíamos entrar, ni cruzar la puerta. Estaba cerrada a cal y canto y no podíamos pasar a nuestra propia casa, donde tenemos todo lo que hemos logrado a base de trabajo y esfuerzo durante toda nuestra vida», ha contado Josefa Requena entre sollozos. Esta mujer no esconde «la pena que produce» que su propio hijo haya dejado a dos ancianos en la «calle». Dice que es «inhumano».

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«Fuimos varias veces e intentamos entrar, incluso quisimos hablar con ellos, pero no nos permitían acceder a nuestra casa», ha agregado José Simó. La situación era tan complicada que los otros hijos de estos abuelos llamaron a la Guardia Civil de Oliva.

Los efectivos de la Benemérita, según José, les dijeron que no se podía hacer nada. «Están ocupando una vivienda que no es suya, pero aún así los agentes no les podían echar, pese a que la vivienda es nuestra y a la sentencia». José Simó ha explicado que se siente desprotegido: «Creo que no hay justicia, si la hubiera no se permitiría que dos ancianos estuvieran encerrados en un piso viejo sin volver a su casa».

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