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Han pasado casi 27 años desde que el valencianoJavier Sánchez Santos fue declarado, en octubre 1992, hijo de Julio Iglesias. Aunque por poco tiempo. Ahora la historia se repite. Aquel joven adolescente tiene hoy 43 años y su nueva demanda de paternidad prospera a su favor. El juez José Miguel Bort del juzgado de Primera Instancia 13 de Valencia declaró este miércoles al artista padre biológico de Javier. Pero, ojo, aún de manera no firme, pues el fallo puede ser recurrido ante la Audiencia de Valencia. Y tanto la Fiscalía como el abogado del cantante han anunciado su propósito de tumbar la decisión al entender que el asunto ya ha sido juzgado en anteriores procedimientos.
La nueva sentencia de paternidad le llega a Julio en julio y por una relación sexual mantenida en julio de 1975 con la entonces bailarina y madre de Javier, María Edite Santos, también residente en Valencia. Así lo entiende el juez Bort en la relación de indicios con los que sustenta su sentencia. Para empezar considera «desestimada la excepción de cosa juzgada» a la que se aferra Iglesias. Resalta el juez que el artista «se ha negado a someterse a la prueba biológica» de ADN «sin que se haya alegado ni conste causa alguna». En esta tesitura y, según la jurisprudencia que cita, la negativa a la prueba constituye un indicio más de que realmente es el padre en confluencia con otros elementos a los que el Bort da peso.
Así resume lo sucedido entre Julio y Maria Edite en 1975: «El día 19 de julio el cantante y la madre actuaron en el mismo espectáculo en la sala Las Vegas de San Feliu de Guixols», en Gerona. Sus fotos juntos aparecieron en un periódico francés. Además, Javier nació el 19 de abril de 1976, «indicio bastante al haber existido una efectiva ocasión» para una relación sexual. Pero hay más: «Iglesias ha incurrido en un evidente silencio o respuesta evasiva», destaca el juez.
Según el magistrado, el testimonio de María Edite es «verosímil y aporta datos muy concretos sobre el interior del chalé donde el cantante se alojaba en esos días». Bort también tiene en cuenta la «insistencia mantenida durante tantos años» por Javier en su empeño por demostrar la filiación y algo tan popular como «el evidentísimo parecido físico» entre el valenciano y el cantante.
María Peralta compone, junto con Fernando Osuna, el tándem jurídico que ha defendido los intereses de Javier. «Estamos muy satisfechos. Nos lo esperábamos. Pero seguro que la otra parte va a recurrir», valoraba sólo unos minutos después de conocerse el fallo. No se equivocaba. Lo confirmó en declaraciones a EFE el abogado castellonense de Iglesias, Fernando Falomir. En breve, (presumiblemente en septiembre porque agosto es mes inhábil) presentará su recurso de apelación ante la Audiencia de Valencia, igual que en el proceso de 1992. Su argumento, el mismo: es cosa ya juzgada.
Con la dinámica de recursos y si Iglesias decide agotar instancias judiciales superiores, la sentencia aún podría tardar más de tres años en ser firme. Sólo entonces Javier podría apellidarse Iglesias o aspirar a su parte legítima de la herencia en caso de fallecimiento el cantante. Pero esa es otra guerra y aún se ha de librar.
Sentencia de paternidad de julio iglesias
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