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La identificación por parte de un doctor en Arquitecura de la Politécnica de vestigios de que Valencia se abastecía de agua de Tuéjar gracias al mayor acueducto romano de España (de casi 100 kilómetros) no encaja para destacados historiadores y académicos valencianos. A grandes rasgos, estiman que su trazado se desdibuja en un avance de unos 27 kilómetros y, más allá de esta distancia, cualquier afirmación se basa en la mera probabilidad, pero sin pruebas claras hasta la fecha.
Uno de los más reputados es José Luis Jiménez Salvador, Catedrático de Arqueología de la UV y especialista en historia de Roma. «La arqueología es una ciencia que se basa en el rigor científico y la prudencia a la hora de realizar conclusiones. Y de momento, lo que el doctor Miquel R. Martí pone sobre la mesa no sé en qué se basa se basa».
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Hasta la fecha, insiste, «no hay evidencias científicas de un acueducto tan largo y no basta con unir puntos en un mapa». Lo único que ve constatado es la existencia de una conducción romana que no se abastecería de manantial, como mantiene Martí, «sino del río Tuéjar- Chelva».
Conocida como Peñacortada, «data del siglo I después de Cristo y tiene fragmentos que se conservan en Tuéjar, Chelva, Calles y Domeño. A partir de ahí se pierde la evidencia material del acueducto y, en Losa del Obispo, ya no hemos obtenido evidencias de continuidad. Por tanto tendría justificados unos 27 kilómetros». Su uso, ahonda, podría servir para abastecer de agua potable a un conjunto de poblaciones rurales romanas, pero sólo del interior y circunscritas a la Serranía.
Moviéndonos ya en el terreno de las hipótesis, «cabría la posibilidad de que hubiera llegado, a lo sumo, a Villar del Arzobispo, pues allí hay una concentración importante de villas romanas. Otra hipótesis gira en torno al balneario de Verche, supuestamente romano y a poca distancia del último tramo conservado». Como posibilidad, «consideramos también que hubiera llegado hasta Edeta (Llíria)», ciudad romana importante, «pero habría que documentar 35 o 40 kilómetros de conducción hasta Valencia, término final de la obra hidráulica según los trabajos de Martí. Situados ya en la Valentia romana «hay evidencias de conducciones de agua de esta época para abastecer a la ciudad, pero nada indica continuidad con el acueducto de la Serranía, el de Peña Cortada. Y tampoco el de Manises la tendría», estima Jiménez.
Consultamos también a Javier Martí, licenciado en Arqueólogía y director del Museo de Historia de Valencia. «La idea que maneja Martí se ha planteado otras veces, pero faltan pruebas para justificarla. No hay una base científica arqueológica para sustentarla», expone. «El acueducto romano que abastecía a Valencia no sabemos dónde tuvo su captación de agua. Se encontraron restos en la calle Caballeros o Quart. Que pueda haber alguna continuidad con las acequias musulmanas de Rovella y Favara es posible, pero conectarlo con el acueducto de Peñacortada es avanzar en el vacío. Hay un salto muy grande entre ambas estructuras».
A Enric Guinot, catedrático de Historia Medieval de la Universitat de Valencia (UV) también le «extraña» el planteamiento de Martí. La posibilidad de una obra hídrica de estas dimensiones, critica, «no tiene mucha lógica».
Pero el doctor de la Politécnica se aferra a sus descubrimientos, que constan en una comunicación de 35 páginas presentada el año pasado en un congreso en La Rioja. Y dice estar dispuesto a defenderlos «cuando sea y ante quien sea, ante el inmovilismo o quizá celos de algunos académicos». En esencia, mantiene que la gran obra de ingeniería sí debía tener esos 98 kilómetros.
Se basa en algunas localizaciones de restos, para las que aporta «coordenadas muy concretas», y en una recopilación de fotografías del Ejército de Estados Unidos tomadas en 1956. «El acueducto es visible entre Tuéjar y Domeño, pero entre Vilamarxant y Valencia se conservan 26 kilómetros de manera más o menos intermitente».
A favor Investigador: Manuel R. Martí, arqueólogo y doctor en Arquitectura por la Politécnica. Su visión: Un acueducto de 98 kilómetros entre Tuéjar y Valencia. Cuadra con las costumbres de Roma, con restos, con fotografías y con escritos
En contra: Historiadores: José Luis Jiménez Salavdor, Javier Martí, Enric Guinot. Su posición: El acueducto romano se ciñe a la Serranía y no abastecía Valencia de agua. Razonamientos: No se han encontrado evidencias arqueológicas de tanta distancia. La Valentia romana tenía su acueducto, pero no parece estar conectado con el de Peñacortada. El acueducto de la Serranía no tomaba agua de manantial, sino del río Tuéjar-Chelva, para uso de villas romanas enclavadas en esta comarca del interior de Valencia.
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