Los hospitales de campaña, y más concretamente el instalado junto a La Fe de Valencia, se anunciaron como el recurso estrella de la Generalitat para asumir el temido aluvión de pacientes generado por la pandemia y evitar así el colapso del resto de ... instalaciones sanitarias de la Comunitat. El Consell quería huir del modelo de Madrid, en el que el Ejército, en poco más de 48 horas, fue capaz de habilitar en el recinto ferial de Ifema un hospital provisional con más de 5.000 camas, y apostó por unas infraestructuras que, tras quince meses en marcha y con un coste de entre 12 y 16 millones de euros -todavía está por definir- ofrecen más sombras que luces.
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En este tiempo, el de Valencia apenas ha ingresado a una veintena de enfermos de Covid aunque desde el principio se cuestionó su idoneidad para alojar a pacientes con todas las garantías. Distintos episodios de lluvias y viento lo pusieron de manifiesto, por lo que ni siquiera en la atroz tercera ola, cuando se ocupaban cafeterías y capillas de hospitales para instalar camas, se posicionaron como una alternativa realmente viable -aunque desde la Conselleria de Sanidad siempre han defendido que se han utilizado para hospitalización cuando ha sido necesario-. Hospitales privados, hoteles medicalizados o instalaciones como la antigua Fe de Campanar, acondicionada de urgencia, tuvieron mucho más protagonismo a la hora de aliviar la saturación de la red pública de hospitales frente a unos recursos que, al menos, han servido para la realización de pruebas PCR y contribuir en la campaña de vacunación, entre otras actividades.
Así, el 19 de marzo de 2020 el presidente Ximo Puig anunciaba la construcción de estas tres nuevas instalaciones, con una capacidad total para 1.100 camas, de las que 500 iban a estar disponibles en quince días -aunque en Valencia los primeros, y únicos, pacientes no llegaron hasta enero, diez meses después-.
Desde la Generalitat trasladaron en la presentación que estas instalaciones estaban pensadas para prestar servicio durante grandes periodos de tiempo y que contarían con las mismas prestaciones que uno de obra debido a la gran calidad de los materiales empleados, que permiten aislar el interior del exterior. Incluso indicaron que estarían formados por contenedores desplegables conectados entre sí mediante túneles para generar un aislamiento completo del exterior. Sin embargo, la lluvia y el viento demostraron que no era así.
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Por un lado, el temporal registrado a principios de noviembre del año pasado destapó las carencias del hospital de campaña de La Fe. Áreas encharcadas, goteras y ordenadores inutilizados en estas instalaciones, en ese momento por estrenar, llevaron a la conselleria a reclamar un informe que aclarara lo sucedido.
No se debieron adoptar demasiadas medidas porque apenas dos meses después, y tras ingresar a los primeros 26 pacientes, al día siguiente una veintena de ellos tuvieron que ser reubicados en las instalaciones de la vieja Fe de Campanar -el resto recibió el alta-, puesto que el viento y las bajas temperaturas imposibilitaba que los profesionales pudieran prestar una asistencia de calidad a los enfermos.
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De hecho, especialistas consultados por LAS PROVINCIAS explicaron que el hospital de campaña de Valencia también presenta deficiencias en la climatización (puesto que se trata de equipos utilizados para la celebración de eventos en carpas), los recorridos y vías de evacuación no son los adecuados, la cantidad de baños y duchas son insuficientes, sobre todo de baños adaptados, y faltan zonas de descanso para el personal, entre otras cuestiones.
Así las cosas, los tres hospitales de campaña de la Comunitat han ido desarrollando diversas actuaciones asistenciales durante este tiempo, pero no han supuesto una opción de garantías para el ingreso de pacientes. Según fuentes de Sanidad, ahora está dedicados sobre todo a la realización de pruebas diagnósticas de infección por coronavirus y a la campaña de vacunación contra el virus.
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En concreto, en el de Valencia se han inoculado alrededor de 40.000 dosis de la vacuna contra el Covid. Además, realizan una media de 450 PCR diarias dos días a la semana y el resto, una media de entre 150 y 200. Se trata de pruebas indicadas tanto desde Urgencias como para pacientes que requieren ingreso para la realización de una técnica o una intervención.
En el hospital de campaña de Alicante se han administrado ya unas 39.000 dosis de vacunas contra el Covid. El recinto alicantino sí ha tenido más presencia de pacientes, con 168, aunque la gran mayoría eran contagiados o sospechosos que debían guardar cuarentena. El de Castellón también es punto de vacunación Covid y han pasado por allí, para su inmunización, alrededor de 25.000 personas. Además, se ha utilizado como sala de preingreso hospitalario para reforzar el espacio asistencial del servicio de Urgencias y ha contado hasta ahora con 31 pacientes.
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